lunes, 16 de marzo de 2015

Primer piropo diminuto


Piropos diminutos
Eres como ver un hormiguero


Sólo basta mirar un hormiguero
(entenderás que te compare con él),
es como si cantara un jaranero
la experiencia de comer pan con miel.

Cada hormiga traza como pincel
esculturas en forma de agujero,
de feromonas cubren su sendero
como la tinta grabada en tu piel.

¡Ven a ver!, existiendo se organizan:
de mañana, noche y tardes nubladas;
saben, comparten. Ellas socializan

Trepan a árboles con flores moradas.
Su vida, todas juntas, garantizan,
desde las larvas hasta las al-hadas.

Caparazones juglares

domingo, 15 de marzo de 2015

Arribos del pensamiento II

Arribos del pensamiento

Conclusiones de tesis: Agradecimiento encantado

Hace tiempo leí un texto de Freire que me impactó de manera interesante, en él se acercaba al tema de la ciudad como educadora, pero también como educable. Con este autor aprendí a utilizar un lenguaje relacional, al menos desde una percepción conceptual. El educador es siempre educando, y el educando es siempre educador.
Al principio creí no comprenderlo, pero poco a poco observo que no sólo es comprensible, sino que implica más cosas de las que podría haber llegado a vislumbrar. Pues la imaginación tiene ciertos matices diferentes con la experiencia vivida y el proceso cognoscente. Desde la postura freiriana educativa, me comencé a acercar a la noción de cultura, conscientización, educación, amor y política desde una perspectiva que implicó muchos cambios.
Recientemente observo maravillado uno de los aspectos que son mencionados en sus reflexiones pedagógicas, que malabarea con una inconmensurabilidad que no se explica por ningún abismo infinito que hayamos imaginado. La inexplicable propiedad perceptiva que tiene la vida funcionando desde hace tantos años deslumbra al poder observarla. La capacidad interpretativa de la mente en función de un sinnumero de condicionantes externos, con una dirección ciega de exploración, lanza la posibilidad creativa que solemos mencionar muy a la ligera.
Recientemente he observado la práctica educativa con ojos abiertos y curiosos y descubro un mar en el que nos encontramos todas las personas, interactuando totalmente, enseñándonos y aprendiendo en conjunto. Vinculándonos por telarañas infinitas que reaccionan a las vibraciones que se presenten para decodificar la información de lo que estamos construyendo. La capacidad de la genética, de los órganos, de la complejidad neuronal y lo que de ahí resulte, es algo que está a la mirada de cualquiera que voltee a verlo; pues está presente cada que nos detenemos a observar. Es tan evidente que se esconde como la carta que el Dupin de Allan Poe descubre.
Me parece sorprendente, pues desarrollar esa habilidad de ver lo evidente requiere clarificar las técnicas de observación, para eliminar lo borroso.
Creo que entiendo un poco sobre el maravillarse de Freire al hablar de la educación. De la enseñanza y el aprendizaje. ¿Saben?, contamos con un potencial de/para ver el mundo que me deja sin palabras. Lo noto cuando comparto con otras personas estas observaciones, ya sea con gente muy informada o con niños. Este último mes lo he visto en diferentes aspectos y el calorcito hogareño del pecho arde con una constancia que ayuda mucho en momentos que parecen demasiado fríos. Disfruto demasiado compartirlo, independientemente de los modos que elijo, los resultados son igual de sorprendentes. Me encanta que no tengamos de otra más que ser educadores-educandos. Que seamos al mismo tiempo seres que aprenden y enseñan. Explicación social.
Me sobrepasa observar la curiosidad viva de las personas, su caminar para lograr un bienestar. Me sobrepasa el sentimiento al conocer gente que lo hace muy evidente (a la que admira las plantas y las nubes... con tatuajes).
Me puede. Me sobrepasa. Me encanta. Me enseña. Lo agradezco profundamente.


Saber reorganizado
Revolución Fantástica
13 marzo 15

Del comienzo al no me acuerdo VII

Del comienzo al no me acuerdo 
Cuando me gusta 

Me gana, me desborda, me derrite. Cuando existe ese encanto me vuelvo pajarillo madrugador que imprime en cada trino lo sublime del universo, soy el rayo de sol que obsequia calor a la sangre de los reptiles, la necesidad poética de las palabras. El deshielo de los volcanes, el maíz y el jitomate, el perro confiado a las caricias que lo llevan a convertirse en el mejor amigo del humano. Me convierto en quien olvida sus malos ratos, embriagado de placeres hipnotizados, sediento del néctar de quien quedé prendado. Me asombro de notar cómo me secuestran las ideas de adornarlo todo, de cuidar y entregarme por completo. Me arrastra a veces, al punto de azotarme contra las piedras de mi aferramiento, deseoso de que eso nunca termine, que el cariño que se me obsequia siga en cada momento. Así también se construyó un temor a esa emoción, temor de no cubrir mis expectativas al pie de la letra (borroso e incomprensible pie de letra); temor que me ocultó como insecto nocturno, como conejillo asustado en campo traviesa como si hubiera un águila volando hacia mí en picada. Me he escapado cubierto en lágrimas para olvidarlo todo, para hundirme en el fango. 

Pero cuando aparece de nuevo, regreso a trinar, a irrigar los campos por los que paso, a cobijar las escamas de los lagartos. Se me presenta como una verdad innegable que supera mis escondrijos incómodos, que se clava como una flecha en las expectativas para trascender los deseos y posibilitarse sin temores de vulnerabilidad. Me gana, me desborda, me derrite. Es el calorcito que se siente cuando en vez de querer a alguien para siempre, convives con tus cuates, con tu familia y tus mascotas. Es lo mismo que sientes al ver crecer a las plantas, o a los bichos que le caen a esas plantas, es aquello que te sostiene como si volaras en nubes cuando descubres lo importante que es aprender a trabajar en conjunto, respetando la interacción a la que nos vemos sujetos. 

Acostumbrarse a esa sensación sin caer en los viejos patrones no es tan fácil, pues a veces la rechazo por temor a que se acabe, a que cambie, a no exprimentarla con sabiduría. Se presenta como un gran obstáculo, pero así es el irse acostumbrando. Es bonito buscar los aspectos que han fallado para permitir que el cariño sea inconmensurable, sin las fronteras que se le pueden llegar a crear. Que se manifieste el genio detrás de los juegos de palabras para expresar lo inexpresable, para disfrutar de los demás en su máxima expresión, para vislumbrar dentro de quienes nos ayudan a despertar estas emociones esa maravilla que cada quien posee para encender el amor infinito. La alegría burbujeante. Acostumbrarse para no verse rebasados por la embriaguez de la emoción, sino para usarla en beneficio de todos los seres. Familiarizarse con lo que ya está ahí. 

Pero aún me gana, me desborda, me derrite; y agradezco cuando surge. Refuerza la coraza. Entre la sensación de cariño y amor; y la de miedo y necesidad de protección, las dos primeras son las invulnerables.

Caparazones juglares
9 marzo 15

Arribos del pensamiento I

Arribos del pensamiento
Conclusiones de tesis: Procesos de interacción



¿Quién soy yo si pierdo la memoria?, ¿qué esencia mía quedaría en mí que me haga seguir siendo ese yo tan anhelado que cuidé y construí durante tanto tiempo?; habrá que preguntárselo al abuelo.

Existen ciertas reacciones que han sido catalogadas por la psicología moderna; desde la psicología se presentan observaciones que nos son cercanas, también desde la sociología. Independientemente de que en la psicología moderna se utiliza un lenguaje técnico, los proceso psicológicos son un fenómeno humano que influyen de manera directa en la realidad. Cada persona tiene una reacción psicológica frente al mundo. Y a esto lo podemos llamar del modo en que queramos. Sin embargo, a pesar de que cada uno experimente desde su propia percepción, es una realidad que no existe un sólo humano que no haya nacido dentro de una sociedad, de hecho no existen humanos solitos e independientes, todos habitamos en eso que llamamos sociedad, pero incluso más: no existe un sólo ser que no esté interrelacionado con otro, llámese ser a un caballo o a una montaña, pues lo cierto es que los conceptos son sólo abstracciones, y el mundo no es abstracto. Es experiencial.
Leía un librito sobre las cárceles y el que lo escribe, comenta en una parte que, en las relaciones de poder, existen técnicas de poder, de control, y que se han desarrollado al punto de llegar al control psicológico. Menciona una idea que últimamente veo que ronda otras tantas anécdotas y preocupaciones, la vieja dicotomía entre emoción y pensamiento. Asimov en su libro sobre la Fundación y el Imperio, menciona al Mulo, un mutante que controla las emociones, sin embargo en la tercera parte de la saga mete un cierto elemento interesante. El control de emociones es un objetivo para las relaciones de poder, y al mismo tiempo desde ahí va alimentando una conceptualización racional. Ambas cosas suceden en la persona, y condicionan ciertos comportamientos.
Sin embargo, a pesar de eso, existen otros mecanismos que no corresponden con el uso de técnicas para el control, y que más bien es eso que permite que haya poder y cosas por el estilo, es decir la capacidad humana, psicológica, experiencial, construyéndose en la que se basa cualquier tipo de relación percibida.
Y es que cada persona, al existir en un mundo social, está capacitada para percibir el mundo, existe toda una compleja estructura biológica corporal que lo permite. Esa estructura actúa de acuerdo a ciertas necesidades que se le presentan, pero además, tiene memoria. Recuerda patrones, construye sobre los recuerdos, genera hábitos. Pues la memoria es como un sendero, no como una fotografía. Son senderos que se caminan o se dejan de caminar, se agrandan o disuelven entre la maleza.
Desde ahí nacen los saberes, el conocimiento, desde ahí se ha construido este mundo que nos rodea. Desde la interacción con el mundo. Desde la interacción con nuestras necesidades, desde lo que percibimos y también desde los cuentos que nos contamos. Porque al vivir en sociedad nos encontramos en una extraña relación que se le puede llamar enseñanza-aprendizaje. Pues todos estamos aprendiendo y todos estamos enseñando. Al mostrarnos enseñamos, al mostrarse se aprende. Y cada persona se halla expuesta al mundo, así como el mundo está expuesto ante la persona. Cuando esa diferencia entre lo de allá y esto se disuelve se ha terminado de aprender. De otro modo no podría haber nada que enseñar.
Hubo un momento en el que buscaba la resistencia como una cuasi-ontología de cada persona, lo cierto es que es falso. No existe tal, no somos sujetos que resisten de manera innata. Pero, a diferencia de las conclusiones que se quedan ahí, en este caso, también puedo afirmar que eso no quiere decir que exista un dominio en sí mismo en cada persona. Es un proceso constante de creencia, al grado de modificar la realidad de acuerdo a esa creencia. Luciendo tan real como lo que pensamos que es real. Nos la creemos.
Construimos constantemente la dominación, y en consecuencia la resistencia. Pues no hay uno sin lo otro, a pesar de cada contraparte. El cómo lograr romper la contradicción cíclica en la que nos encontramos depende, definitivamente, de una escapada del lenguaje técnico de la psicología moderna, para irnos a la psicología antigua, a esos saberes milenarios que no pecan de ingenuidad inexperta en el tema, como sí lo hace la joven psicología moderna. Puede ser importante el vincularlo con los descubrimientos que se están haciendo por otros caminos y comparar la sabiduría que encierran las acciones que todos hacemos. Resulta que la misma capacidad de aprender y enseñar se conecta con la experiencia, con los pensamientos y con cualquier cosa que tengamos; es la capacidad de un cuerpo orgánico para existir en una profunda interacción en donde todo es interdependiente. Los discursos ecológicos, la idea de ecosistema, los lenguajes de la teoría de sistemas nos hablan de eso, y siguen confundiéndose porque es algo nuevo para el pensamiento occidental. La observación directa de la realidad nos muestra cosas que nos sacan de balance. Pero sólo en un inicio. Como todo lo nuevo que se aprende.
La posibilidad que se presenta es tan constante que el contactar con esto que posibilita lo posible encierra un saber que supera cualquier concepción que antes hubiera podido llegar a tener. Está ahí como el espacio.
O sea, vincularse con procesos que permitan mostrar técnicas para que las personas contacten con eso que ya tienen es de primordial importancia para mi compromiso de transformación del mundo, al menos desde la pedagogía crítica. El reconocer la posibilidad del autor de las cárceles sobre la utilización de técnicas individualizantes para ejercer el control sobre el otro es un buen punto de partida para reconocer la acción del docente frente al estudiante. Para reconocer que las relaciones de poder se están reproduciendo en el mismo momento en que se reproducen y que cambiar este hábito de reproducción puede ser valioso para interactuar con el otro que por diferentes medios se resiste a ese control, desde la razón que sea, pues su razón es la misma que la nuestra, está repleta de su experiencia, de lo que sabe. Por eso escuchar es importante. Eso lo dicen los abuelos. El mío anda con demencia senil, olvida cosas, y enseña otras ¿quién es él?, ¿es otro abuelo al que era cuando no tenía demencia senil?, ¿él que me dice?
Nuestra relación se modifica cuando lo escucho. Y aprendo muchas cosas si presto atención.

Saber reorganizado
Revolución Fantástica
6 marzo

Del comienzo al no me acuerdo VII

Del comienzo al no me acuerdo 

Andar en túneles

Uso esto como una pizarra en la que se ponen notas para archivar información, generalmente las señalo para acomodarlas según ciertos temas de interés que me he ido construyendo en carpetas dentro de la computadora y en el archipiélago poético que traigo por ahí. Practico escribir cosas de diferentes maneras, a veces les copio a quienes he leído, lo tomo y lo pongo a jugar, mimetizando mi narración con cualquier cosa, versos, cuentitos, ensayos breves, juglaría y cosas así.
Me distraigo mucho, me cuelo por los huecos que encuentro, como gusano excavando túneles, dirigiéndome según «mi voluntad», buscando sin luz, pero disponiendo de múltiples otros sentidos y codificaciones para vincular «mi voluntad» con la excavación frenética. El problema de la distracción es que me pierdo. Y en ese perderse, me distraigo. Como si anduviera en espirales. Cuando te das cuenta que andabas perdido, dicen, no hay que hacer nada más, pues ya regresaste. Es como cuando despiertas con un gallo en la cabeza, la posición en la que estuvo tu cabello con la superficie crearon un patrón de peinado que al intentar bajarlo duele un poco, pero se va bajando en la medida en que lo alisas.
El facebook me distrae, y mi mono anda contento. Aunque también se hacen evidentes las formas en que se generan problemas. Es como cuando llega un gato a casa y notas que hay que cambiar ciertas cosas para generar un hábitat más buena onda para ambos. Se pueden poner tubos de PVC en las partes altas de la casa para que ande por ahí.
Hay muchos hábitos que se pueden observar. Cuando me distraigo es más difícil observarlos.


Caparazones juglares
6 marzo 15

Tropezones del pensamiento VI

Tropezones del pensamiento 
Justificaciones de Tesis: Aplicación cotidiana 


Hay una diferencia interesante cuando hablamos de la transformación política, una diferencia que nos la muestran los compañeros que han luchado en procesos armados de nuestra América Latina; puede ser: o luchar porque se necesita urgentemente un cambio, o luchar porque la construcción que debe hacerse requiere todos los principios éticos para el bienestar de los demás, de todos los seres, con un amor y cariño inmerso en la ternura. Bajo líneas impregnadas de sabiduría para construir lo correcto. Sin entrar en discusiones bizantinas sobre el bien y el mal, sino hacer, directamente, lo correcto. En el primero la premura nos hace olvidarnos del segundo, y hacemos las cosas con ansias, peleando con todxs. Discutiendo más que construyendo.

No sé, al menos desde ahí nos cantan los autores latinos, desde ahí escribe el querido Omar Cabezas y narra su experiencia el Che. Desde ahí parte la educación en Freire.

Sociologización educativa
Revolución Fantástica
5 de marzo

jueves, 5 de marzo de 2015

Tropezones del pensamiento V

Tropezones del pensamiento
Justificaciones de tesis: Huecos académicos

Mientras espero la opinión de los sinodales observo los espacios de pausa, de calma, de no tesis.
Hace algún tiempo leía en uno de esos primeros textos de la carrera, que cuando observamos un árbol contemplamos las hojas, el tronco, ramas, flores e incluso algún nido; sin embargo no prestamos atención a los espacios entre las hojas (o algo así recuerdo, aunque seguro no lo fue del todo).
Lo leí en una clase de un profesor con una didáctica muy interesante, con unas cualidades que permitían acercar la información para que el estudiante la observara desde la perspectiva sociológica con una habilidad, una competencia, sumamente admirable. La tenía muy claro; pero contaba con una personalidad autocreída -y creada- algo espeluznante. A él le pedí que fuera mi asesor de tesis, pero sus distintas ocupaciones y movimientos en su vida no lo permitieron.
La vez que revisé el texto me tocaba exponerlo, recuerdo la sensación de la exposición, pues estaba eufórico por lo que leía, me iba haciendo sentido, como cualquier cosa con la que te vas familiarizando. Veía cosas que se acercaban a lo que a mi parecer estaba buscando. Cuando mencioné ese detalle de los huecos entre las hojas, y comencé a distraerme en mis propias ideas, me cortó y regresó al punto de la lectura que se supone debía exponer (aunque yo no sabía bien a bien qué cosa era la que tenía que exponer); era una práctica inteligente, pues si no los demás nos quedábamos con debralles que no iban al cuento con la lectura. Sin embargo eso se quedó en la memoria. Impulsando una cierta forma de observación que me gusta ejercitar, con lo que el gustar implica. Entrar en las grietas para adornar el escrito. La narración con la que se llena el discurso.
Imaginemos la tesis como un árbol, un árbol que he estado observado más de dos años: tiene sus raíces que llegan hasta mis intenciones subjetivísimas que caen en lo absurdo, pasando por intereses colectivos y aprendizajes entre todos. Te puedes pasear por su tronco: Poder y socialización, con nudos organizativos y huecos tipológicos. O pasear por las ramas para encontrar historias escolares, disertaciones políticas y de poder, interacciones sociales e implicaciones éticas. Fijarse en las flores que lanzan una propuesta para que ser polinizadas, para compartir sus néctares a cualquier ave o insecto que la pida a cambio de poder crear el hermoso proceso de la vida en la reproducción por semillas, la belleza de los pistilos y estambres madurando en la corola y fecundando inhalaciones y exhalaciones de la tierra en la que vivimos. La tierra respira. En ellos se encuentran hormigas y piratas, tazas de café y pequeños detalles ilustrativos que son el sustrato que alimenta las propias raíces, pues todos los muertos alimentan a los vivos. Por eso hay que morir, para alimentarnos. Son pequeñas notas en los pies de página que de manera subrepticia se colaron como los dragones que habitan las distintas islas de mi archipiélago poético. Aparecen de momento, se cuelan entre los espacios vacíos, es la cualidad del vacío, permite que sucedan cosas. Que se pueda rellenar. Veamos las hojas, receptoras de luz para autoalimentarse: tantas referencias experienciales y bibliográficas, de experimentos de redacción y juegos de palabras para que se alimente por sí misma, para que la tesis solita pueda funcionar con sus nutrientes, para que sirva a cualquiera que se acerque, para que vaya conforme a lo que necesita para alimentarse.
Y están los huecos, en esos huecos sucedieron muchas cosas en el proceso de observación. Hubo llantos, también fiestas. Idas y venidas de mis gustos por gente, hubo una nebulosa que le tocó experimentar estos huecos rellenados por piratas que abordando una carta decidieron mejor narrar la manera en que las uñas se cortan; hubo algunos chilitos y epazotes. Recetas nuevas e inventadas, discusiones entre carpinteros. Pedaleadas de bicicleta, viajes, miedos. Hubo mucha música, algunas películas. Ejercicios de memoria. Entre las hojas se dibujaron posibles didácticas, bibliotecas con libreros y palabras.
Yo no sé si tenía mucho sentido hablar de eso en mi exposición, pero aún así lo hice. ¿Qué pasa cuando te das cuenta de todo?, ¿cuando te das cuenta de completamente todo?, ¿hasta qué punto podemos darnos cuenta de qué? Al final, independientemente de lo que me dicen de cómo hay que observar, la experiencia de observar es ésta que me ocurre.
Ya narrar es otro punto, ese tiene que ver con las ansiedades de querer compartir todo, y buscar estrategias para que te lean, así son las flores, se pintan de colores para llamar la atención de los animales.


Sociologización educativa
Revolución Fantástica

Senderos de paraponeras XIII

Senderos de paraponeras 
Que se alimenten de plantas

 La visión es parca cuando centramos nuestros esfuerzos en nuestro propio beneficio, la visión es amplia y se sostiene por sí misma cuando todos nuestros esfuerzos buscan constantemente el beneficio de todos los seres, incluyéndonos. Basta virar la mirada para reconocer esta verdad. Basta mirar las acciones que suceden para reconocer la falsedad y la equivocación de nuestros esfuerzos egoístas. 
 Habrá que cultivar la segunda, como si fuera una plantita, sembrar y cuidar, ponerla bajo condiciones favorables, presenciar su brote y su crecimiento, desarrollar paciencia para que las flores se abran y los frutos maduren, disfrutar la múltiple fauna que llegará a esa planta. Dejar que sea una planta silvestre, para que alimente a quienes lo necesiten. Hay que aprender a cultivar lo que es de beneficio para todos los seres. Es importante. 

27 febrero 15

Unas joyas hermosas

Unas joyas hermosas


El trabajo se trataba de algo que requería bastante tiempo, décadas enteras. Pero representaba una muestra ejemplar de sublime belleza. La percepción que la gente tenía ahora gracias a la publicidad, permitía contemplar nuevas fuentes de deseo que al mismo tiempo contribuyeran a preservar un ecosistema bastante maltrecho. Era una publicidad inteligente, contrastaba imágenes de destrucción con diamantes y oro, cambiando la imagen a una selva esplendorosa con aves volando y silbando al compás del aullido de monos y ramas bañadas por el sol. Con una leyenda que decía, ¿a qué le llamamos belleza?, para terminar con la imagen de los distintos productos que se ofrecía y una leyenda de invitación a consultar los demás materiales informativos sobre la producción y su manejo (materiales que contenían una amplia producción audiovisual explicando el proyecto que también salía en diferentes comerciales. Así, al contrastar la sensación de lo hermoso con el resultado insano de una codicia alimentada de manera insostenible por objetos altamente contaminantes y destructores del entorno natural, se giró la visión a una belleza descubierta años atrás: Las plumas de las aves.


En sus actividades laborales necesitaba hacer uso de un bagaje conceptual y experiencial de posibles elementos integradores que podrían ayudar a trabajar en equipo para resolver los asuntos de la empresa: El laboratorio ecológico que investigaba las mejores condiciones del ecosistema para que las distintas especies de aves pudieran vivir en abundancia y en grandes cantidades; los biólogos y químicos contra-restando con reacciones situaciones bio-químicas desfavorables para el cuidado de las diversas especies de plantas y animales necesarios para una biodiversidad adecuada y un suelo con las propiedades requeridas, tratamientos de aguas y cosas por el estilo; el área de recursos humanos, responsable de capacitaciones y reparto equitativo de la riqueza, consultora de transacciones para la sobrevivencia plena de su personal, los requerimientos para un soporte en cuestión de salud, tanto humana como veterinaria; el centro de enseñanza, para todos los integrantes de la comunidad empresarial (dirigida hacia la extensión familiar de los trabajadores); los artesanos y joyeros, responsables de los tejidos y diseños, de la conservación de las artes nacientes, antropólogos, historiadores, arqueólogos, etc.; los recolectores de plumas, expertos escaladores de árboles, valientes exploradores de campos selváticos, de páramos amplios, de zonas áridas o congeladas y demás terrenos propios para el nacimiento de las plumas de las aves utilizadas en el proceso; los labradores y sembradores de árboles, arbustos y hierbas necesarias para el alimento de las especies que convivían en el ecosistema, aprovechando los recursos para alimentarse y extender la empresa. Además de las relaciones con las distintas empresas que trabajaban también en otras formas de sacar provecho del ecosistema de un modo más sabio, de modo verdaderamente inteligente y con responsabilidad ética.

Era un trabajo complicado que implicaba mucho esfuerzo, por lo que agradecía el buen alimento que se cocinaba en la comunidad que le dotaba de fuerzas y energía para cumplir con un labor de tal envergadura. Los resultados, sin embargo, eran sumamente provechosos, las plumas preciosas valían ahora más que el oro asesino, con la ventaja de poder prescindir de éste para llenar un amplio mercado.

Cuando se cumpliera el proyecto en su totalidad, podrían existir pueblos integrados activamente a esta naturaleza extensa donde la comprensión del orden social saltará a la vista de cualquiera que habitase el nuevo paraíso.

Caparazones juglares
13 febrero 15

Del comienzo al no me acuerdo VI

Del comienzo al no me acuerdo
Preguntas y respuestas

Reconozco que la forma de preguntar que tenía no era la más adecuada, pues suponía respuestas de manera "semi-apriorística" para la propia pregunta, venía de una conclusión anterior que condicionaba le indagación. Ahora mismo, después de conocer otras maneras de preguntar, observo con asombro que en las preguntas que no requieren de respuesta se encierra un saber rico en nutrientes para la interacción constante con el mundo.
En la filosofía que he leído, el ser que se pregunta sobre el ser, o el sujeto cognoscente que pregunta, presupone una respuesta. Esa búsqueda infinita de respuesta, como si de necesidad biológica se tratara, genera una especie de ansia cultural, filosófica y social para resolver todos los problemas del mundo.
Sin embargo, los problemas del mundo, en realidad, son interpretaciones problemáticas que le damos a las circunstancias, esto debido a que somos esos seres que preguntan, que problematizan.
Creer que por el simple hecho de hacer preguntas deberían de existir respuestas, me ha hecho caer en suficientes engaños para dudar de manera sana sobre el hecho de preguntar. Sin necesidad de llegar al nihilismo cartesiano que sólo se resuelve con respuestas antepuestas a la reflexión. El preguntarse sin querer arribar al respondernos puede mostrar cosas impresionantes. Respuestas no buscadas y por lo tanto necesarias.
En éste que es mi caso, vislumbro esa ansiedad sociológica de responder todo, de tener una respuesta clara para solucionar las cosas que veo que me preocupan. Problemas no menores, y no sólo lanzados por mí, y que por lo mismo su respuesta no sólo depende de mi pensamiento, sino de mi adherencia a una lógica de actuación que permita resolver acciones cometidas. El sólo preguntarse sin buscar respuesta muestra además esa necesidad autocreada de querer responder, de arrojar por la borda cualquier otro pensamiento o idea que me llegue pues parece que el asunto requiere lanzar al agua todo lo demás para aligerar el viaje y así conseguir llegar con una velocidad tempestuosa a la meta. Aunque no sepa cuál es la meta, por lo que decido la meta al cansarme y no soportar más la velocidad del viaje.
Se puede aprender a aceptar que no tenemos las respuestas de todo y que eso no está tan mal como pensamos en un principio, que además hay ciertas equivocaciones al responder que complican las cosas, y quizás que la problematización sólo fue un momento ocioso que nos delimitó tanto la perspectiva que, enfocándonos en seguir el objetivo, solemos perderlo con facilidad. Un ejercicio nos puede mostrar cómo el enfoque unilateral hace que perdamos de vista lo que veíamos. Intenten seguir una mosca en el cuarto, cada movimiento y vuelta que dé, síganla con la cabeza, si la pierden por sólo un instante, el ejercicio quedará demostrado. Tendrán que volver a buscarla hasta encontrarla y seguir con la misma forma de perseguirla. Ahora, en vez de llevar la cabeza a cada movimiento, acomódense en un lugar donde se pueda ver el cuarto en su totalidad y no persigan a la mosca. Con seguridad la estarán viendo recorrer el espacio del cuarto sin perderla, a menos que se distraigan. Al no enfocarse sólo en ella, no se pierde del foco.
Lo mismo con las preguntas, al no querer alcanzarlas podemos ver lo que se encuentra en el movimiento de las preguntas. Observar el preguntar, puede resultar más provechoso que encontrar la respuesta.
Al menos, eso es lo que he aprendido, gracias a que otras personas me lo han comentado. De manera indirecta (aunque se vuelve totalemente directa) me enseñaron a dejar de querer responderme siempre, sólo lanzaron un comentario y permitieron que lo explorara. En el permitir que el otro haga, hay una enseñanza más profunda que en el dar indicaciones, pues éstas son sólo un medio para acceder a las sabidurías que constantemente están floreciendo en cada uno de nosotrxs.
Y entonces, hay pequeños instantes de comprensión que no requieren de más cosas que se le adhieren. Y, aunque regresa el hábito de querer responder todo, esos pequeños momentos, permiten que se siga preguntando. Pues, como bien lo cuentan los filósofos, el humano es aquel que se pregunta. Tiene la capacidad de hacerlo.
Inferir de ahí que es el único que responde, es un gran error. Sin embargo respondemos. Y no hay contradicción en esto. La contradicción está en lo que creemos que sucede, no en lo que realmente pasa.

26 febrero 15