viernes, 24 de julio de 2015

Basta de piropos diminutos

Piropos diminutos 
No eres el hormiguero 

A veces, al ir caminando, te encuentras un hormiguero. Te detienes, lo miras, te asombras y sientes que flotas entre las nubes, parece que todas las respuestas han sido contestadas, que la hoguera del estómago ha vuelto a encenderse. 
Lo quieres, te gusta. Piensas en volver a cada momento para observarlo y conocerlo. El hormiguero anda bajo su rutina y sus preocupaciones; empiezas a desesperarte. Le llevas hojas, y ramitas, y semillas y lo que se te ocurre. Quieres que te quiera el hormiguero. Que se encienda su hoguera como se ha encendido la tuya. Quieres cantarle cosas lindas para mostrar lo bonito que es haber encontrado tan hermoso, asombroso, hormiguero. Quieres volverte la tierra para servir de túneles seguros y espaciosos. Quieres al hormiguero. 
No sabes cómo poder llevártelo, ni cómo comunicar lo que te ocurre. Te enfurruñas con el hormiguero. Le preguntas por qué no te quiere. ¿Acaso es igual que los otros hormigueros que no te siguieron? ¿Es acaso igual que las nébulas y las montañas, igual al cosmos que no te sigue? 
Te sientas a observar qué solución puede haber para resolver el problema –la maravilla del asombro.
No hay de otra. Te pones de pie y sigues caminando. Recuerdas que el hormiguero no es el objetivo del viaje, sólo es otra maravilla del camino. 


Caparazones juglares
19 abril 15

Arribos del pensamiento V

Arribos del pensamiento
Conclusiones de tesis: El saber

Ayer, como nos suele suceder a la mayoría de nosotrxs, iba pensando discursivamente mientras caminaba. Me cuestionaba sobre el saber desde dos concepciones: el que se aprende-enseña y el que se adquiere de acuerdo a la experiencias que persiguen la intención de estar felices y libres de sufrimiento, la sabiduría que todxs tenemos como fuente de nuestra experiencia.

Descubrí que aunque ambas están relacionadas, la primera obedece a una delimitación autoimpuesta, encerrada, aunque no por eso desechable; y la otra se clavaba desde la profundidad de la motivación de la vida misma superando el enclave educativo.

La primera constituye un proceso conceptual para poder ser puesta de manifiesto y la segunda puede pasarlo por alto.
Me lo preguntaba porque, al observar a una persona con un problema intelectual y biológico ligeramente serio, la primera parte representa retos mucho mayores que la segunda. Pues ésta opera independientemente de los alcances que tengamos sobre la primera.
En pocas palabras esa segunda reflexión se la mata al más grande pedagogo que reconozco: Freire, pues aunque en esencia dicen términos realmente similares, en la primera es básicamente conceptual mientras que la segunda implica una comprensión experiencial que en la medida que se profundiza cobra un significado marcadamente impactante.
Digamos que la segunda es un trabajo más fino. Y que desde ahí la comprensión y convivencia se profundiza de manera dichosa y repleta de regocijo.
Pero eso lo venía pensado solamente, me falta la comprensión experiencial profunda.



Saber reorganizado
Revolución Fantástica
17 abril 15

Cortarse las letras

Cortarse las letras


¿Quién soy yo para contar historias de emociones desbordantes?, ¿acaso soy el arquitecto de novelas que construyó los monumentos de su propio idioma?, ¿acaso el loco incoherente que penetra en la tierra para despejar el espacio en túneles de letras? ¿Soy el morador del lago del conocimiento dispuesto a sustentar a todas las disciplinas del saber?, ¿el volcán que escupe versos maravillosos y pequeños mientras descansa haciendo llover ideas inspiradoras?, ¿soy la cueva de los tratados, archivo sustancial para reconocer las historias del mundo?, ¿o el majestuoso juglar trota-bosques que en odas recitaba millares de palabras similares (en cantares enormes) y entonadas ante los habitantes crédulos del campo?
¡¿Quién soy yo para hacerlo si ni siquiera me alcanzan las palabras?! Si en mi experiencia siempre lo sublime del sentir se escapa en su propia sublimación de sentirse sin pasar por la conceptualización como el hielo seco hecho vapor oloroso, brotando como grito ahogado que sólo muestra la incapacidad de diferenciar un ahhh de un ahhh, cuando en uno se llora deseando el final de todo y en el otro se celebran los ojos que me cautivan como el mundo a los animales. 
¿Quién soy yo para transmitir algo que no comprendo y que, cuando comprendo, las palabras no pueden alcanzarlo, diluyéndose para dejar únicamente el golpeteo constante de reacciones químicas y un sistema biológico actuando de acuerdo a lo que se ha interpretado?
¿Quién soy yo para contar lo que me desborda si lo que se desborda termina con "aquel yo" que sabe contar y que aparece exclusivamente cuando la emoción se cuarteó dejando espacio para colarse entre las grietas del suceso inesperadamente?
¿Quién soy para adornar el lenguaje de un celador que se siente en la necesidad de expresar la inmensidad de lo que le ocurre con la esperanza de acariciar tus ojos y oídos y abrazar tu corazón y piel con letras y no con el asombro que se queda sin palabras?
Habría que pedir disculpas por creer que existe un yo externo y otro interno que deciden las cosas que hago sin nunca posicionarme como el que hace las cosas hechas. Matizar mis alcances en actos de impotencia para contrarrestar mis ataques de soberbia al sentirme jugador profesional del sonido escrito.
Debería simplemente permitir que la emoción se aclare para que la comprensión se proyecte como fuente de reconocimiento, como motivación para entregar todo lo que he querido sólo para mí. Permitirlo en vez de arrojarme a la falsa necesidad de relatarlo.
Las palabras que hacen crecer no son las que se dicen para unx, son las que dicen todxs mientras me esfuerzo para escuchar, no son los versos construidos para alimentar los deseos personales, sino lo que se lee para el beneficio de lxs demás.
No soy nada de eso, no soy bueno para esto, las palabras no me alcanzan.
Y a la palabra asombro no le cabe el asombro que estoy experimentando. Las palabras son las fronteras que dibujan un contorno para dimensionar lo que se señala. No puedo más que tratar de escribir mucho, pues la emoción no es un concepto concreto. Rodea lo que siento. Algo vacío.
Lo sé, es una frontera amplia, aunque me da gusto que aún no intente escribir novelas. 


Caparazones juglares
8 abril 15

viernes, 17 de julio de 2015

Un beneficio de meditar

Un beneficio de meditar 

Hace una semana me preguntaban qué había cambiado, qué beneficios he percibido, con la meditación; cuál era el mayor.
En un primer momento es difícil responder con claridad pues los cambios son muchos y enormes. Son distintas partes que se han movido y que representan modificaciones sustanciales en mi vida, desde la postura física, hasta la toma de decisiones pasando por un filtro ético que se ha fortalecido. Después de pensar un rato mencioné distintas cosas, pero, la que considero que marca una diferencia más clara es la referente a mi interacción a dos niveles: personal y social.
Durante mucho tiempo he aprendido a utilizar la lógica y la retórica como puntos claves para mis argumentaciones, hacerme de amplias referencias, reflexiones y puntualizaciones para permitirme tomar diferentes caminos y así salvar mi intervención en cualquier momento.
Está forma de moverme, no es sólo algo que hago frente a lxs demás, es también algo que hago internamente.
Sobra decir que esto genera muchos problemas, y que al irse modificando esa generación de problemas también se modifica. A lo largo de esta observación ocurren muchas cosas, pues, en la medida en que la lucha por tener la razón se me presenta como algo que noto, las acciones, actitudes y decisiones se abren como un abanico de posibilidades distintas al mero hábito que venía realizando y perfeccionando. La lucha se modifica.
No se me ha quitado del todo, sino que ha cambiado. Conforme voy practicando y escuchando, noto que esta manía de querer tener la razón se encuentra enraizada en algo más profundo que mis años de estudiante de sociología.
Incluso más, se sostiene en una especie de seguridad absoluta de que yo soy quien sabe por el simple hecho de ser yo.
Me parece interesante observar cómo, a pesar de tener elementos teóricos, así como posicionamientos políticos al respecto, mi costumbre me lleva a querer tener la razón. Pues, aunque he venido considerando los elementos multideterminantes de las realidades sociales de acuerdo a los condicionantes externos a la persona que, por medio de la educación y socialización, se impregnan en su desarrollo personal; no reconozco, al momento de discutir, la sabiduría personal y la razón plena que cada quien tiene de responder de acuerdo a su construcción cotidiana por buscar su bienestar. Aunque sé que todo organismo "busca" las mejores formas para su propia sobrevivencia me suelo empeñar en vislumbrar sólo mi argumentación para tener la razón.
Gracias a esa profundización ética me parece que se empieza a manifestar esa sabiduría interna de un modo silencioso y constante. Me gustaría querer tener menos la razón.
En la medida en que esa manía no entra en juego, mis interacciones con la gente cambian. Me es cada vez más innecesario convencer, discutir y querer cambiar a lxs demás.
Me queda claro que apenas tengo lo que he aprendido, lo que he comprendido, y que eso se ha equivocado en ocasiones, justificarme para tener la razón es navegar en el sinsentido del aferramiento a mis creencias. Y al ser éstas meras creencias no tengo ninguna seguridad a la que pueda asirme como para justificar una batalla campal contra quienes se me presenten enfrente, aún si esos son mis "otros yos"; no existe ninguna razón para querer tener la razón.
Sin embargo, a pesar de esta reflexión, ¡aún sigo actuando así! Me doy cuenta que mi intelectualidad y mi accionar difieren en la medida en que el hábito responde a lo que voy alimentando. Por lo que sigue siendo importante actuar en consecuencia, y para eso es importante notarlo, reconocerlo.
Reconocer directamente la forma en que respondo en el momento en que respondo. Y eso lo estoy logrando al meditar.
En mi experiencia no es un asunto energético ni místico, es el simple darse cuenta (mientras descansas) acompañado de personas que han desarrollado técnicas para darse cuenta y profundizar al respecto.
Es cierto que no tienes que cambiar nada al meditar, sino simplemente permitir que las cosas sean como son y familiarizarte con ellas, en lugar de fabricarlas y creerte la fabricación (como actualmente lo vengo haciendo, al grado de creerme que, entonces, las cosas son así).
Es claro que me falta mucho por hacer y reconocer. Y los beneficios son súper amplios. Me imagino que entre más practique más claro se va a hacer.
Ese es, brevemente (jajaja) un beneficio de la meditación basándome en mi experiencia. 

1 abril 15

Tercer piropo diminuto

Piropos diminutos
Corazón de hormiguero

En la cocina va andando
con paso firme una hormiga,
como ideas va buscando
asirse de una buena comida.

Una idea nunca brota sola,
como tampoco una exploradora,
No sólo, la marea, es una ola,
profundo, mira, la comunidad mora.

Si una hormiga algo encuentra
convence a otras y rastro deja
y de a poco la comida entra
pues todo depende de lo que se teja.

Se tejen ideas, como blusas cortas.
Se tejen palabras como chales rosas.
Se tejen miradas sobre medias rotas,
Se tejen movimientos y otras cosas.

Andan hormiguitas en las flores
Entre risas y sonrisas de colores
Se detienen, inspeccionan y van marchando
devorando toda clase de sabores.

Observa y dime cómo suena
El clamor del sueño comunero.
Enderézate, relájate y sólo nota
Cómo late, en tu pecho, el hormiguero.

Caparazones juglares
31 marzo 15

Arribos del pensamiento IV

Arribos del pensamiento 
Conclusiones de tesis: Disciplina alienada 

He estado pensando en la alienación, esa separación entre nuestro trabajo y lo que produce, arrancados de lo que hacemos. Hoy, justamente, observé como lxs sociólogxs nos hallamos en un dilema enorme: entendemos la alienación de manera abstracta, llegando a grados de preocupación legítima sobre las consecuencias sociales que acarrea, pero al mismo tiempo estamos tan alienadxs como lxs demás.
El trabajo sociológico no provee los medios de existencia más que por atributos inventados al hacer mera abstracción de lo que no comprende. No se despelleja las manos en los campos ni se fortalece los músculos labrando la tierra. No reconoce en los animales su fuente de energía ni se detiene para admirar el sol que evapora las aguas que mantienen su vida día con día. Está alienado de la alienación misma. Se abandona a sus pensamientos, encerradx en reflexiones que se monetizan con verdades lógico-deductivas de la realidad que no reconoce. Habla de la alienación como si no fuera esclavx de sus propios pensamientos y posicionamientos, como si de verdad contemplara al mundo desde «sí mismx».
Lxs sociólogxs no somos personas libres: siempre queremos hablar de los condicionamientos externos, de las estructuras inmensas, de los sistemas absolutos, del permanente constructivismo. Estamos alienadxs de nosotrxs mismos. Le permitimos a nuestras expectativas explotarnos para vaciarnos de contenidos y amoldarnos a las necesidades de redacción y legitimidad oral y escrita, a las reglas «necesarias» del pensamiento. Somos lxs alienadxs que no se reconocen como tal a pesar de reconocer la alienación. Nos tildamos con identidades pre-fabricadas, pues inventamos identidades. Nos creemos nuestra tarea y no tenemos callos en las manos ni en los pies. Estamos alienadxs.
Y sólo lo descubrimos cuando dejamos de hacer sociología. Cuando utilizamos nuestras manos y nos apropiamos de nuestro trabajo, cuando podemos sembrar y cocinar nuestros alimentos, armar nuestros muebles, producir nuestros medios de vida con las manos, cuando al terminar la faena regresamos a leer, estudiar y escribir. Cuando efectivamente no somos lxs alienadxs que creemos no ser.
Saber reorganizado
Revolución Fantástica
25 marzo 15

jueves, 16 de julio de 2015

Segundo piropo diminuto

Piropos diminutos
Sensación de asombro 

En el suelo se ve un agujero
rodeado por muchas piedritas.
Es un maravilloso cancionero
que entonan las hormiguitas.

Si entras puedes encontrar
laberintos labrados en la tierra;
presta atención y verás lo que encierra
conecta tu asombro y siéntelo vibrar.

Mira cómo se tocan las antenas,
se encuentran para conversar.
Dicen que así ven las que son ciegas,
a esas y a las otras hay que respetar.

El hormiguero no es sólo arquitectura,
pues vacío sería una mera estructura.
Del hormiguero brota vida,
ahí las hormigas tienen cabida.
Se alimentan, se cuidan, descansan...
se parecen a ti, ¡ven!, ¡acércate y mira!

Caparazones juglares
18 marzo 15

miércoles, 15 de julio de 2015

Arribos del pensamiento III

Arribos del pensamiento

Conclusiones de tesis: La estrategia 

Dos cosas: 1) voy comprobando los efectos del trabajo personal, eso me ha diluido ciertas tendencias que traía. El trabajo personal cubre varias áreas: la emocional, la intelectual, la ideológica, la educativa, la corporal. En cada una de ellas hay posibilidad de familiarizarme con la mente, en cada una de ellas se puede acceder a una sabiduría que ya está ahí; 2) la visión de la «realidad social» que estamos viviendo la comienzo a observar desde otra perspectiva. No es que se apague la crítica, es que se agudiza, o se transforma. Está en construcción, y es una construcción que para lograrse requiere una investigación profunda de los detalles de la vieja construcción. Así, al leer antropología, sociología, pedagogía, literatura, poesía, al ver cine u otras maneras de expresión, se pueden adquirir herramientas para poder acercarse con una idea a lo que se está explorando, sin embargo esto no es lo único, pues en cada experiencia lo que ocurre es distinto y se necesita conectar con ese saber que, si no se desarrolla, reproduces lo aprendido de manera mecánica sin importar si esa es la solución más adecuada o no. En un caso concreto: Frente al caso de Aristegui, hay distintas opiniones, y yo también tengo mi posicionamiento, no creo que sea un tema de libertad de expresión, ni creo que eso implique necesariamente tener que defender un espacio como el de MVS, mi postura va más por otro lado, eso no quiere decir que apoye la censura, ni que me preocupe poco porque un programa que tocaba temas que otros noticieros, no con un nivel tan elevado de audiencia pueda desaparecer. Sin embargo observar con detalle es importante, en los dos puntos que mencioné: 1) si me molesta esta acción, mi respuesta viene desde la molestia y sé, por experiencia, que cuando me molesto no pienso con la claridad de cuando me encuentro tranquilo y analizo con cuidado la situación; lo mismo que si me entristezco o desespero. Esa no es una opción válida y; 2) la situación social tiene muchas vertientes que deben observarse para, al menos, encaminar las acciones pertinentes (que incluyen el primer punto, de manera continua) para una solución de la problemática. Es decir: existen muchos problemas que necesitan nuestra atención urgente, una atención directa.
El asunto definitivamente parece que se sale de nuestras manos si no nos detenemos a observar con cuidado. He leído opiniones a las que me suscribo, críticas a la propia Aristegui y desesperación frente a la inminente muestra de dominación que escala estratos sociales.
Sin embargo, a pesar de esto, hay elementos que no se deben perder: la exploración personal frente a lo que estamos experimentando frente al mundo. De entrada eso es lo que tenemos, y siempre está ahí. Reconocer eso puede permitir notar que, independientemente de esa apariencia de algo que «se sale de nuestras manos», hay una cierta confianza de que algo no se sale de nuestras manos y desde la confianza se puede seguir alimentando la esperanza y la motivación para la transformación que se necesita. Me refiero a que encendernos como torito de feria no nos lleva más que a correr en círculos asustando a algunos, pero la estructura que explota sigue sobre nosotros. Pero si continuamos bajo una lógica de actuación encaminada al bienestar de todxs (incluyendo los demás seres vivos) el horizonte se amplía de maneras importantes, mostrando que dejarnos llevar por esas emociones no logrará la transformación que nos proponemos. Se pone en evidencia, incluso, las conductas e ideologías que hemos interiorizado frente a problemas que se nos presentan y nuestra poca habilidad para reconocer la solución. El entrenamiento diario, en ese caso, ya no sólo es interesante, es una necesidad estratégica para confrontar de un modo crítico la realidad en la que nos encontramos. Los análisis de poder son importantes en este sentido, pero no vistos únicamente desde una de las contrapartes, sino desde la relación misma, así podemos voltear a ver las acciones que se contraponen a los ejercicios de dominación para hallar posibilidades de resistencia que escapen a la mirada y práctica inquisitiva. Desde hace años se va viendo una situación extremandamente tensa, y seguimos tensando. El resultado es obvio, la cosa se va a romper, y eso implica mucho dolor, mucha muerte, mucha injusticia, y si nos sumergimos en las emociones e ideas que aparecerán en ese momento, probablemente, poco aprendizaje y por lo tanto un menor reconocimiento del saber que se generará. En cambio, sin en lugar de seguir jalando se afloja la cosa, puede no reventar y quizás podamos reconocer el aprendizaje, el saber, que esto implicará.
No sé cómo se resolverá el tema, ni la realidad mexicana y del mundo, pero sí sé que en la medida en que siga trabajando desde estos dos puntos no iré tan ciego como iba antes.
Hasta donde entiendo la lucha de clases no es contra personas en particular, sino contra ideologías que se van impregnando en la «interiorización» de la persona, cuasi ontologizándola, «fusionándola» con ciertas ideologías. A decir de Freire, las clases opresoras están tan absortas en esa creencia que desde ahí no puede venir la transformación verdadera, sólo desde la experiencia directa de los estragos inhumanos de los oprimidos surge el saber necesario para liberar a los opresores y a los oprimidos de la opresión. Para eso es necesario explorar la sabiduría que ya se tiene y actuar desde ahí en cada momento, encaminados en la motivación y en el deseo de una liberación general, de una nivelación equitativa, no de un rompimiento mayor.
Sólo quería decir esas dos cosas.


Saber reorganizado
Revolución Fantástica
17 marzo 15