viernes, 25 de diciembre de 2015


Territorios liberados
Apreciación

Podemos apreciar cada que:
Tomamos algo, decimos una palabra, nos sentamos o caminamos, encontramos un sonido, comemos alimentos sólidos, vamos al baño y nos limpiamos, nos aseamos. Cada vez que entendemos, que nos damos a entender, que nos vestimos o desvestimos. Apreciar la interacción a la que estamos sujetos.
Podemos apreciar el que hayamos dedicado mucho tiempo en nuestra más tierna infancia a desarrollar todas las capacidades que hacemos en nuestra vida cotidiana. Regocijarnos en que desde antes de nacer tenemos vínculos afectivos y cooperativos para posibilitar nuestra existencia.
Podemos reconocer la fuerza en los músculos del cuello, en la coordinación ojo-mano, en el decir lo que queremos, en digerir alimentos, en mantener el equilibrio. En aprender a comunicarnos.
Podemos apreciar lo que ya tenemos y partir de ahí. Con dicha, con alegría. Basta notar lo que ya está ahí.
Apreciar a cada pequeñx que nos recuerda lo que tenemos. Otorgarle cariño y comprensión. Cada pequeñx es nuestrx maestrx.

14 agosto 15
Territorios liberados

Sendero de paraponeras


Sendero de paraponeras
El enfoque

Vendríase viendo el cómo miramos
Obturando constantemente la retina.
Dibujando en el aire los contornos
que transmutan lo que vemos día con día.

12 agosto 15

Problemas ontológicos


Problemas ontológicos

Si he de admitir que el problema de la ontologización en las cosas existe, también he de admitir que la jerarquización es irrelevante.
Con lo que esto implica: si se cree en la existencia del nivel óntico y ontológico, a un primero no le siguen segundos y terceros. Pues la cosa es. No es antes que las otras, sólo es –en todo caso– antes que ella misma.
Nada puede ser más que una cosa que es. Es distinto a eso que no es.
Pues si se ha de creer en la ontologización como si realmente existiera el ser de la cosa, habría que saber que se parte de un presupuesto tautológico e irrefutable hasta que se es comprendido del todo. Hasta descubrir el error que nos haría dejar de sostenerlo. Abstracta o experiencialmente.
Como si se buscará el límite en el que se encuentra.
Estaríamos confundidos. Muy confundidos. Pero sin jerarquización.

7 agosto 15

Qué pasa en el mundo


Qué pasa en el mundo III/III

Nos movemos en un mundo de confusión y dolor,
preguntándonos cómo podremos hacer para sobrevivir.
Lo percibimos como algo peligroso, que nos arrancará la existencia.
Es aquello que nos mata después de darnos vida.

Desde la confusión y el dolor nos movemos continuamente.
tratando de escapar o resignándonos a vivirlo así,
pero tanto en la primera, que escapamos hasta el cansansio;
como en la segunda, exhaustos por la propia confusión y el dolor.
no se termina ni la confusión ni el dolor.

Ah, qué frustración da vivir en un mundo de confusión y dolor.
Da tristeza, se causa el miedo. Está cabrón.
¿Cómo sería un mundo sin confusión y sin dolor?
¿Sería abierto, posible, menos apabullante?
¿Qué se necesitaría para construirlo, qué ejemplos existen?

¡Quiero salir de aquí!
¡No quiero esta confusión y dolor!
¡Quiero algo que funcione, y no placebos disfrazados de medicina!

Así es caminar en un mundo de confusión y dolor.
¿Con qué cuento para echar luz a mis pasos?
¿Cómo puedo intensificar la llama hasta iluminarlo todo?
Quisiera encender la hoguera para que todxs podamos ver lo que ocurre,
y no sé cómo hacerlo.

Me han dicho que no hay que hacer nada,
sólo descansar y notarlo.
Que sólo hace falta reconocer que ya está ahí,
y que para lograrlo es necesario entrenar
esa capacidad de notar que todxs tenemos.

4 agosto 15

Andar entre certezas


Andar entre certezas

Me pasa algo, cuando un camino me convence lo ando.
Cuando un camino avanza hacia una dirección con la que me siento identificado, exploro ese camino.
Cuando la dirección es altruista y colectiva, me invita a sumarme.
Hace que me plantee cómo involucrarme en el andar de un modo comprometido. Me señala viajeros. Me dibuja paisajes.
Andando y andando se hallan otro tipo de certezas.
Certeza número uno: no estoy de acuerdo con el asesinato de las 4 chicas y el fotógrafo, ayer en el D.F.
Certeza número dos: hay que construir otro mundo, y es posible.
Certeza número tres: se necesitan métodos efectivos para esa construcción.
Certeza número cuatro: los métodos se encuentran en el camino.
Certeza final: Se avanza en el camino desde la experiencia ganada en el camino. Significando que desde ahí se está creando otro mundo posible.

2 agosto 15

Primera plana


Primera plana

He de empezar contándolo todo por el final.
Más de 10 mil personas han muerto hoy en diferentes zonas del país, sus causas de muerte, a pesar de ser en lugares tan apartados, convergen en un punto: todas son evidentes, demasiado evidente.
Esta tragedia sólo puede explicarse por partes. Comenzaré por la que esté semanario experimentó.
El día de hoy, pasando la media tarde, un grupo de activistas ambientales se dieron cita a las orillas del Río Coleto en la provincia de Santa Rita. Su objetivo era hacer un llamado a toda la nación utilizando a la prensa como medio para denunciar la contaminación hídrica a gran escala que las empresas, coludidas con el gobierno, están liberando a la corriente día con día.
Al lugar llegaron, al principio, medios independientes, pero al descubrir el desenlace, la noticia ha sido parte de una red de información que se encuentra en distintos noticieros internacionales. Corrió como pólvora sin poder detenerse.
Los hechos ocurrieron de la siguiente manera: tras arribar al lugar, se podía observar un despliegue policiaco considerable protegiendo las empresas, trabajaban bajo la suposición, por demás lógica, de que la protesta se representaría como todas las protestas del país. Ignoraban el giro repentino de la situación, sorprendiéndolos por distintos frentes. Les estalló.
Una breve crónica sería que al iniciarse la protesta, se leyeron diferentes comunicados apuntando las responsabilidades de la contaminación, los efectos devastadores para la población local, tanto de humanos como de animales, los problemas con la flora y con las conexiones de ese brazo de agua en distintos niveles, tanto sociales como biológicos, incluso geológicos, resaltando la violación de tratados, leyes y sentido común frente a un descontrol evidente del manejo de desechos y de la utilización de materiales para la generación de productos con un periodo de utilidad mínimo frente a los daños que produce. Posteriormente, para sorpresa de los testigos de la protesta (tanto prensa como policías) el grupo completo de activistas se arrojó al río.
El espectáculo fue brutalmente estremecedor, los gritos de dolor, la piel abrasada, la rapidez con que murieron, la certeza de la protesta misma, conmovió a todxs.
La situación es grave debido a que para sacar esos cuerpos del agua se requiere una coordinación monumental de rescate y de recursos (como trajes, máscaras, vehículos, etc.) con los que no cuentan, ni siquiera, los bomberos de las regiones vecinas. Se necesitan especialistas en rescates asociados con químicos.
Pero, a pesar de este espectáculo, mi sorpresa fue mayor cuando me enteré por medio de compañerxs del semanario que este mismo evento se había repetido en, al menos, dos lugares más (aunque después nos enteramos de otros tres), bajo la misma lógica de protesta: los otros grupos habían actuado de la misma manera, arrojándose a ríos contaminados tanto por fábricas como por mineras. Todo vinculado por normatividades incumplidas.
Así se convirtió en noticia internacional.
Los sucesos que se han desatado en las últimas horas están siendo relatados por distintos medios, este semanario incluye algunas opiniones y otro tipo de información que estamos siguiendo con mucho interés.
Por otro lado, también desde esta noticia, lo que se puede rescatar muestra al tipo de activismo con el que nos hemos encontrado; auto nombrándose como grupo: “la lluvia de tristeza”, esta especie de colectivo muestra un nivel de organizacion y radicalidad contundente que presume de no haber desaparecido. Actuó desde un disfraz de colectivo medioambiental moderado, adoptando esquemas usuales de convocatoria. Sin embargo, la información de sus convocatorias no mencionaban, en ningún lugar, el desenlace inesperado de lanzarse al río. Las preguntas aún son muchas.
Lo único que podemos informar es lo que dice el último comunicado que se leyó (del que tenemos una copia), en cada uno de los lugares de estos eventos, al cuál este semanario se adscribe y respalda como lucha legítima. El mensaje íntegro dice:

Cuando me acuesto lloro:
Lloro sudando miedo.
Lloro gimiendo tristeza.
Lloro surcos en mis mejillas.

Cuando me levanto lloro:
Lloro lágrima viva en la colina.
Lloro lluvias de agua cristalina.
Lloro vida que contaminas.

Cuando me detengo sudo:
Sudo los muertos que se asesinan.
Sudo la sangre de mi familia.
Sudo la fiebre y la toxina.

Para poderse curar
Se llora
Se duele
Se suda
Se lluvia
Y si ante la muerte no se sale con vida,
Entonces se lluvia tristeza.

Comprendemos los argumentos que usamos, comprendemos lo que estamos denunciando.
Afirmamos que producir así nos está matando. Por lo tanto moriremos.
Afirmamos que el problema se está saliendo de nuestras manos. Por lo tanto nos escapamos.
Afirmamos que las posibilidades de transformación en este país no pueden ir por las vías de siempre. Por lo tanto actuamos.

Comprendemos que comprender es difícil, por eso lo explicaremos claramente: Esto debe detenerse aquí mismo antes de que la tragedia sea mayor. Haremos lo necesario para demostrarlo. Al final lo que importa son las plantas, los animales y todos ustedes. No nosotros.

Continuaremos demostrando. Hasta qué los que queden se den cuenta de lo que sea que esté pasando.

Somos la gota fría
La tormenta helada
Somos el colectivo que se escurre
en la lluvia de tristeza.

13 julio 15

Susurros en la oreja


Susurros en la oreja

No sé guardar silencio.
No me sé quedar callado.
Me encuentras siempre hablando,
silbando, cuenteando, imaginando.

No puedo mantenerme en mutismo,
sin cantarle al mundo con el cuerpo.
Me la paso haciendo ruido,
como león de orgulloso rugido.

No se me da la vida taciturna,
con euforia rompo el silente ambiente.
Pendenciero bufón de la charlatanería,
en carcajadas se retuerce mi retahíla.

Soy estruendo, rechinar de puertas, gritos, trueno, grillo.
Somos viento, olas, ríos. Somos cataratas, fiestas, crepitar de llamas.
Son estentóreos terremotos, impacto de meteoros. Inmensos conciertos de ballenas.
Eres una antena de radio, un violín, la caja toráxica que resuena, años y años de vocales cuerdas.

No le entiendo al sumiso recatado;
Por eso a ratos con tañido exploto:
¿Qué de anormal tiene ser ruidoso,
si siempre he sido un silencio incómodo?

Si hago escándalo es porque escuchas,
e interpretas lo que oyes.
¿Si no existiera físicamente el sonido,
cómo sabríamos que esto, ahora, es un suspiro?

7 julio 15

Diálogos entrecortados


Diálogos entrecortados

Lo creo cierto: entre más nos autocentramos en nosotrxs mismxs hay mayor insatisfacción. Dañamos a lxs demás y nos dañamos a nosotrxs mismxs.
Cultivar esa apertura es importante. Comparto la idea de que al notar el daño que estamos generando, a lxs demás y a nosotrxs, buscaríamos remediarlo y desearíamos dejar de causar ese daño.
Estoy seguro: sólo se trata de reconocer ese vínculo que siempre está ahí y permitirnos actuar desde ese reconocimiento.

---Debemos tener en cuenta que los vínculos más fuertes que puedes crear con cualquier persona es a partir de las experiencias, sean buenas, malas, creativas, indeseables o invaluables. Eso modifica la estructura de cualquier relación. Lo que sí es que siempre hay un dilema de ¿hasta dónde se tiene que dar a los que te rodean? ¿Hasta que duela? ¿Hasta donde se tenga?; ¿o ser tan humanamente rico como para dar aunque no se tenga?

--- No lo sé de cierto, decía Sabines, pero lo supongo...
En mi caso, en el que aún soy autocentrado, noto que esa selección de vínculos se da, como dices, por esa experiencia. Pero esto sigue siendo autocentrado, dependiente de mi interpretación. Y me he dado cuenta que mi interpretación hecha así no tiene mayor benficio, porque al empezar con algunos empiezo a generalizarlo. Como si de la nada gente que no conozco, y que entra en esas categorías experiencales anteriores, se transformaran en una actitud que tomo frente al otro. Totalmente autocentrado.
Cuando se lanza la idea de amarás a tu prójimo como yo te he amado, no hay diferencia experiencial, no hay selección dependiente de nuestros vínculos. Esa es nuestra trampa autocentrada. Y repito yo mismo caigo en la trampa y por lo tanto mi capacidad de dañar y dañarme es alta.
Por otro lado el tema de dar es algo que, debido a ese autocentrismo, no tenemos muy desarrollado, y por lo tanto no es sobre lo que tenemos que hacer sino hasta donde podemos conectar. Una vez que se empieza a entrenar este dar, podemos hacerlo un hábito mental, que se muestra tan extenso como el espacio. Sin límites autocreados. Y si al mismo tiempo cultivamos una mente que va comprendiendo lo que existe, ese dar se vuelve preciso para el momento en el que se tiene que dar. Se puede distinguir las posibilidades del dar, se puede observar qué cosas se pueden dar y cuales no. Y creo que al final se puede estar dando sin que duela, infinitamente. Absolutamente.
El dar se convierte en una condición de vida. Al estilo de los ejemplos de personas que dan "aunque duela". Me pregunto si realmente fue un hasta que duela para ellos, o qué tanto lo fue.
Pero de nuevo, no lo sé de cierto, sólo lo supongo.

7 julio 15

Sinopsis 792: De rodillas


Sinopsis 792: De rodillas

Así las cosas: después que el "rey celestial" cayó, uno de los almirantes de la marina se arrodilla para pedir perdón por lo que ha hecho el gobierno mundial, sin consultarlo a su superior. A pesar de la furia del nuevo almirante de flota, quien es algo detestado por la muerte de "puño de fuego", la ética de la marina continúa manifestándose con el acto de este Tigre.
El encontronazo entre el nuevo "puño de fuego" con el Luchador por todos conocido, el capitán de la primera flota de los piratas de Teach, presupone que esto puede subir a confrontaciones más directas. Nada nuevo bajo el sol después de conocer la historia de estos tres hermanos.
Mientras tanto los sombrero de paja están por descubrir la situación de todos sus miembros. Y el nuevo mundo se prepara para ver qué hacer con la más reciente alianza.
La trama se sigue descubriendo.

2 julio 15

El blanco


El blanco

Fue atravesado por la flecha certera. El único lugar abierto de su coraza permitió que la punta se le clavara. Reconoció el dolor, miró su punto vulnerable, observó con calma a la tenaz arquera. Sonrió al descubrir cómo, a pesar de no existir razón aparente para el ataque, sus movimientos habían provocado que la reacción casi instintiva de la guerrera acertara en un detalle tan pequeño como el que contenía su herida. La presteza, la capacidad para deducir la vulnerabilidad de lo otro, su justificación sin fallas (tú tuviste la culpa por hacer tal cosa), sus escudos cubriendo sus puntos vulnerables. Era majestuosa, sólida, inmensa.
Se retiró con la flecha clavada, sin emitir sonido.
Descubrió la ilusión de la flecha. El sitio vulnerable estaba limpio. Retiró otro pedazo del caparazón. A la próxima le gustaría presentar un blanco más grande para ayudar a que el esfuerzo de cualquier arquero sea menor para acertarle.
Que no sea necesario tanto entrenamiento enfocado en el lastimar al otro. Ayudar a que se rompa esa supuesta necesidad.

30 junio 15

Ofertas de verano


Ofertas de verano

No vengo a pedirte nada, estoy acá para ofrecer.
Te ofrezco mi asombro, mi curiosidad ilimitada, mi sorpresa ante la maravilla.
Te ofrezco entonces el respeto también, el cuidado y el aprendizaje necesario para hacerte compañía y poder ser de ayuda.
Te ofrezco cariño y gentileza, interés y amistad.
Puedes no confiar en mí, o no ofrecer lo mismo. Puedes cambiar de parecer y modificar cualquier cosa que desees. Te ofrezco paciencia y humildad.
No pido nada a cambio, toma lo que gustes y la cantidad que sea, puedes tomar todo lo que se te antoje, cuando quieras y dónde quieras. Te ofrezco mi esfuerzo para que siempre puedas tomarlo.
No importa quien seas. Es tuya esta oferta.
Ahh, por cierto, invita a quien te dé la gana.

28 junio 15

Sólo es una idea

Sólo es una idea

A pesar de poder diferenciar los distintos tipos de violencia que existen -repletos de contexto y contenido-, es posible seguir reconociendo que la violencia genera violencia.
Definitivamente no se trata de decir, simplemente, no violencia. Poder cortar de tajo un hábito es realmente difícil (de eso se trata un hábito), y la espada no corta lo que no puede cortarse.
Pero se puede actuar desde esa intención, así, cuando la violencia aparece puede ser ni alabada ni satanizada, y más bien reconocer de dónde se genera y a qué causas obedece. Se puede empezar a diferenciar un poco más, se puede reconocer de un modo más vasto lo que la violencia implica y alentizar nuestra reactividad.
Últimamente han circulado muchos contenidos de violencia en nuestra vida cotidiana, y por eso mismo existen reacciones de muchos tipos. Algunas personas la condenan y sienten que debe parar, pero responden con la misma lógica. Están envueltos en violencia, por lo que la violencia sigue generando violencia. Otros pretenden detener todo tipo de violencia inmediatamente discutiendo con los otros sus puntos de vista, manteniendo reacciones de agresividad. A veces hay algunos que les responden diciendo que frente a la violencia que se ejerce es necesario poner un hasta aquí, como sí sólo la violencia pudiera hacerle frente a la violencia. Sigue existiendo esa sensación violenta.
A veces este contenido lo aprendimos al vivir los castigos, pensando que éstos nos ayudan a moldear nuestra conducta, diferenciándonos unos a los otros a un grado en que habría de comportarse a la defensiva o a la ofensiva según sea el caso frente al deseo del otro. Sintiéndonos esencialmente diferentes.
Podemos hablar de la violencia de estado o del maltrato a los animales. Podemos hablar del enriquecimiento ilícito y de la explotación, o del maltrato cotidiano en diferentes expresiones, podemos observar la fijación de tanta gente al entrar en el mundo violento, la saña y crueldad, o la desesperación del desahogo. Reaccionamos, queremos detenerlo, queremos que se detenga, nos sentimos profundamente amenazados, o tristes, o molestos; ¡no sabemos cómo responder!... y entonces, al parecernos tan vital la respuesta, respondemos desde donde nos encontramos, con las herramientas que tenemos. Nos defendemos instintivamente como si en eso se nos fuera todo, y generalmente esa reacción es violenta.
Y aunque sea cierto que hay diferentes personalidades que están reaccionando, es un hecho que frente a tanta violencia que existe tengamos ese tipo de reacción. Es algo a lo que nos podemos anclar, agarrar, fijar para responder. Al grado que nos confunde y nos va haciendo perder la dirección frente a lo que ocurre. Llevándonos a actuar, poco a poco, desde la perfección de la agresividad.
Se sigue reproduciendo la violencia.
Y entonces ¿cómo salir de esa curva continua que, en más o menos trecho, nos sigue volviendo al mismo sitio del que partimos pero más encarrerados?, ¿cómo dejar de seguir caminando en ese círculo violento?
Con la idea de no ser violentos, con esa intención, con tenerlo en el horizonte, como punto de llegada. Sólo eso nos puede ayudar a mantener el camino y compartir la idea de que ese es el camino, eso es lo que se tiene que caminar. Ese debe ser el paso constante. El cada paso. Lo que está presente en cada momento, lo que de hecho está ocurriendo. Es tener esa idea, esa intención.
El otro camino puede ser abrumador y las consecuencias de los actos llegar a niveles muy altos de sufrimiento físico y mental.
Es una verdad innegable.
Es importante, sí, considerar las condiciones y entender entonces el por qué actuamos así. Nos permite ver qué es lo que se está haciendo. Tanto en quien violenta como en quien es violentado. Nos permite observar las partes que lo constituyen y vislumbrar la respuesta, vincularnos con la intención para actuar comprendiendo y ayudar a disolver la violencia. La comprensión se va haciendo hábito.
Yo no creo que salir de un sistema represor sin eliminar del todo la violencia sea realmente salir de un sistema represor. La violencia es resultado de un sistema represor, pero también un sistema represor es resultado de la violencia.
Es la consecuencia de no ir por un camino no violento. De nuevo la importancia de tener la intención de no serlo.
Quizás no es una idea tan importante. Sólo es una idea.

26 junio 15

A falta de sonetos


A falta de sonetos

A la miel
por no ser para el hocico del asno

Veíase que andanando andaban,
como cuetes tronadores, lógicas pirañas.
No era que aeste nialotro se direccionaban,
ni que de llegar se preocuparan las arañas.

Esque aeste apresar las presas esperaban,
como cazadoras, fieras alimañas;
y a occidente banquetes que se daban,
como dignas portadoras de guadañas.

Tejían su tela diacondía, ¡ah!, ¡qué fuerte!
Y en vez de ropas, oyído, tendían su trampa.
Verdecir es: existe entre matorrales la acechanza.

¿Qué denuestra muestra esta suerte?
el no quiero y el quisiese en destrampa,
¿habría qué hacer para entrando todos en bonanza?

24 junio 15

La curiosidad (escrita en tiempos)


La curiosidad (escrita en tiempos)
a mi tío. Por su lectura curiosa.

1
La curiosidad es hermosa.
La curiosidad es una cualidad muy hermosa.

2
Respetar esta cualidad es respetarnos.
Hay otras cualidades que podríamos respetar.

3
Por ejemplo: ¿qué es la muerte?
¿Acaso no es más que el reconocimiento de la muerte?
¿Cómo saberlo?

4
¿Qué cualidades tiene la muerte?
¿Hay algo más que se pueda reconocer ahí?

5
Podemos ver, también con curiosidad,
qué estamos haciendo, hacia dónde nos llevará
nuestro consumo, nuestras ideas, nuestras acciones

6
¿Es que acaso no es también la curiosidad una expresión de la mente?
¿Por qué no son hermosas también sus otras expresiones?
¿Podremos observarlas?, ¿cómo hacerlo?

27 mayo 15

Decisiones


Decisiones

Diré:
Se presentan momentos en los que nos parece que tenemos que tomar decisiones, obedece a ese tener que seleccionar ante lo que se nos presenta y también a esa creencia de tener que tomar decisiones.
Y sin embargo, podemos decir que decidimos. Ya sea como acción a esa creencia o a un suceso que puede describirse.
Describo la decisión que tomo al momento de levantarme para ir al baño, y cuando hago una u otra cosa. Decidimos frente a lo que sucede, tomar la bici o el camión o tomar el coche. Hay decisiones que obviamos o no reconocemos. Podríamos decir que decidimos a propósito o porque no nos queda de otra, o que deciden por nosotros (y eso no es lo que nos gusta o queremos). O hemos dicho que fue nuestra decisión, a pesar de no saber de antemano los resultados.
Parece evidente que decidimos. Y si es tan evidente, por qué no conocerlo un poco más.
Podríamos toparnos con esa noción que tenemos de la decisión y cómo lo estamos aplicando a nuestra vida. Olisquear el aroma de las decisiones que hemos tomado, o que tomaremos. Podemos jugar a decidir. Pensar qué decidir, intuir qué hacer y actuar de acuerdo a nuestra decisión, con la expectativa de que nuestra decisión sea la mejor posible (la dotamos de contenidos), o al menos lo suficiente.
Y nos revolcamos entre pensamientos y emociones, creyendo que tenemos que decidir, enredados en el camino.
Pero, si todo ya está ahí, entonces no queda nada por decidir, sólo observar nuestros patrones de selección si es que aparecen, de la actividad que ya hacemos para aprender de nosotros mismos -quizás empecemos a ver cómo los demás lo hacen.
Y a pesar de la última decisión, resolución, que acabo de tomar, a pesar de seguir creyéndomelo, a pesar de que aún decido, quizás, y sólo quizás no haya nada que decidir, y podría ser que sólo es que yo creo que realmente "tengo" que decidir.
¿Cómo saberlo si lo estoy dando por sentado?

25 mayo 15

De panzas y rascadas


De panzas y rascadas

Habría que hablar del placer. De descansar en el placer.
La sensación placentera de la caricia, del músculo inmóvil. Del hundido tronco de madera que aún no toca el fondo del lago.
Habría que hablar del placer de descansar en el placer. De la sensación del cariño y la entrega total que no deambula por terreno accidentado, del amor que no tropieza. Hablar sobre la imposibilidad de hablar sobre descansar en el placer, de la necesidad de hacerlo. De la alegría de ofrecernos para el beneficio del otro, rescatando desde lo experimentado aquello que sabemos. Ofrecer los dedos, el tiempo, el espacio. Ofrecer, poco a poco, todo. Completo, suelto. Ofrecer el cariño y el deseo, ofrecer el placer.
Habría que hablar de ofrecer el placer, de ofrecer el descansar en el placer. Ofrecer la sensación de felicidad suspendida, de la posibilidad del cariño.
Habría que hablar de los gestos de los otros cuando se les acaricia con cariño, habría que hablar de las rascadas de panza de los perros.
Habría que hablar del amor ecuánime. Habría que hablar de las ventajas de practicar esa ecuanimidad.
Habría que hablar entre los que hablan, para invitar a observar el habla y también descansar en ella.

14 mayo 15

Twqz, la venerable que ve entre las tinieblas


Twqz, la venerable que ve entre las tinieblas

Al principio fue el estruendo, el oído es un sentido que percibe todo el tiempo.
Es sólo hasta que se apaga que comienza, súbitamente, el silencio.
Se le pone atención cuando ella ladra. Es olfato y tacto combinado, movimiento venerable y profundamente sabio. Asombroso experimento intencionado.
Son sus pasos suspiros desde dentro, peticiones de cariño los rasguños de sus garras. Venerable tronco que de un bosque es su centro
Sus ciegas copas se mecen en el viento.
Sobre nubes avanza cada vez más lento.
Su edad se pierde en el olvido, desde pequeña nos ha sobrevivido.
Llegó a pasitos creciendo y corriendo, perdió sus dientes, su matriz y sus oídos.
Es una sabía, venerable de las montañas, me sigue siempre, a donde sea que vaya. Se acurruca en la cama, me acompaña en las mañanas.
Nuestra perrita hermana, Twqz: la venerable que conoce las tinieblas.

27 abril 15

Bondad básica


Bondad básica

Hace rato, entre andar pensando y tratando de descansar la atención en el sonido, pasó algo. No fue un acontecimiento histórico, tampoco el cielo iluminado sobre los volcanes. Fue algo sencillo. Casi inmediato. Frágil y etéreo. Pero fue una certeza absoluta. Una comprensión rara. Una locura.
La bondad básica, esa motivación de ser felices y estar libres de sufrimiento, como centro de cada ser sintiente, está presente todo el tiempo. Desde ahí se actúa. Pero tenemos una gran capa de creencias, sensaciones, fabricaciones y hábitos que nos obstruyen estar en contacto directo. Y así nos vemos engañados.
Pero al notar lo otro, la necesidad del amor bondadoso y la compasión (o empatía si así lo prefieren), así como de la sabiduría, son ampliaciones de lo que de hecho ya está. Poder contactar con eso es una ventaja cognitiva interesante. Y escuchar las enseñanzas es un privilegio que agradezco mucho.
Creo que eso me ayuda a comprender la importancia de mantener ese reconocimiento estable y el por qué de la práctica diaria. Poco tiempo, muchas veces.

20 abril 15

viernes, 24 de julio de 2015

Basta de piropos diminutos

Piropos diminutos 
No eres el hormiguero 

A veces, al ir caminando, te encuentras un hormiguero. Te detienes, lo miras, te asombras y sientes que flotas entre las nubes, parece que todas las respuestas han sido contestadas, que la hoguera del estómago ha vuelto a encenderse. 
Lo quieres, te gusta. Piensas en volver a cada momento para observarlo y conocerlo. El hormiguero anda bajo su rutina y sus preocupaciones; empiezas a desesperarte. Le llevas hojas, y ramitas, y semillas y lo que se te ocurre. Quieres que te quiera el hormiguero. Que se encienda su hoguera como se ha encendido la tuya. Quieres cantarle cosas lindas para mostrar lo bonito que es haber encontrado tan hermoso, asombroso, hormiguero. Quieres volverte la tierra para servir de túneles seguros y espaciosos. Quieres al hormiguero. 
No sabes cómo poder llevártelo, ni cómo comunicar lo que te ocurre. Te enfurruñas con el hormiguero. Le preguntas por qué no te quiere. ¿Acaso es igual que los otros hormigueros que no te siguieron? ¿Es acaso igual que las nébulas y las montañas, igual al cosmos que no te sigue? 
Te sientas a observar qué solución puede haber para resolver el problema –la maravilla del asombro.
No hay de otra. Te pones de pie y sigues caminando. Recuerdas que el hormiguero no es el objetivo del viaje, sólo es otra maravilla del camino. 


Caparazones juglares
19 abril 15

Arribos del pensamiento V

Arribos del pensamiento
Conclusiones de tesis: El saber

Ayer, como nos suele suceder a la mayoría de nosotrxs, iba pensando discursivamente mientras caminaba. Me cuestionaba sobre el saber desde dos concepciones: el que se aprende-enseña y el que se adquiere de acuerdo a la experiencias que persiguen la intención de estar felices y libres de sufrimiento, la sabiduría que todxs tenemos como fuente de nuestra experiencia.

Descubrí que aunque ambas están relacionadas, la primera obedece a una delimitación autoimpuesta, encerrada, aunque no por eso desechable; y la otra se clavaba desde la profundidad de la motivación de la vida misma superando el enclave educativo.

La primera constituye un proceso conceptual para poder ser puesta de manifiesto y la segunda puede pasarlo por alto.
Me lo preguntaba porque, al observar a una persona con un problema intelectual y biológico ligeramente serio, la primera parte representa retos mucho mayores que la segunda. Pues ésta opera independientemente de los alcances que tengamos sobre la primera.
En pocas palabras esa segunda reflexión se la mata al más grande pedagogo que reconozco: Freire, pues aunque en esencia dicen términos realmente similares, en la primera es básicamente conceptual mientras que la segunda implica una comprensión experiencial que en la medida que se profundiza cobra un significado marcadamente impactante.
Digamos que la segunda es un trabajo más fino. Y que desde ahí la comprensión y convivencia se profundiza de manera dichosa y repleta de regocijo.
Pero eso lo venía pensado solamente, me falta la comprensión experiencial profunda.



Saber reorganizado
Revolución Fantástica
17 abril 15

Cortarse las letras

Cortarse las letras


¿Quién soy yo para contar historias de emociones desbordantes?, ¿acaso soy el arquitecto de novelas que construyó los monumentos de su propio idioma?, ¿acaso el loco incoherente que penetra en la tierra para despejar el espacio en túneles de letras? ¿Soy el morador del lago del conocimiento dispuesto a sustentar a todas las disciplinas del saber?, ¿el volcán que escupe versos maravillosos y pequeños mientras descansa haciendo llover ideas inspiradoras?, ¿soy la cueva de los tratados, archivo sustancial para reconocer las historias del mundo?, ¿o el majestuoso juglar trota-bosques que en odas recitaba millares de palabras similares (en cantares enormes) y entonadas ante los habitantes crédulos del campo?
¡¿Quién soy yo para hacerlo si ni siquiera me alcanzan las palabras?! Si en mi experiencia siempre lo sublime del sentir se escapa en su propia sublimación de sentirse sin pasar por la conceptualización como el hielo seco hecho vapor oloroso, brotando como grito ahogado que sólo muestra la incapacidad de diferenciar un ahhh de un ahhh, cuando en uno se llora deseando el final de todo y en el otro se celebran los ojos que me cautivan como el mundo a los animales. 
¿Quién soy yo para transmitir algo que no comprendo y que, cuando comprendo, las palabras no pueden alcanzarlo, diluyéndose para dejar únicamente el golpeteo constante de reacciones químicas y un sistema biológico actuando de acuerdo a lo que se ha interpretado?
¿Quién soy yo para contar lo que me desborda si lo que se desborda termina con "aquel yo" que sabe contar y que aparece exclusivamente cuando la emoción se cuarteó dejando espacio para colarse entre las grietas del suceso inesperadamente?
¿Quién soy para adornar el lenguaje de un celador que se siente en la necesidad de expresar la inmensidad de lo que le ocurre con la esperanza de acariciar tus ojos y oídos y abrazar tu corazón y piel con letras y no con el asombro que se queda sin palabras?
Habría que pedir disculpas por creer que existe un yo externo y otro interno que deciden las cosas que hago sin nunca posicionarme como el que hace las cosas hechas. Matizar mis alcances en actos de impotencia para contrarrestar mis ataques de soberbia al sentirme jugador profesional del sonido escrito.
Debería simplemente permitir que la emoción se aclare para que la comprensión se proyecte como fuente de reconocimiento, como motivación para entregar todo lo que he querido sólo para mí. Permitirlo en vez de arrojarme a la falsa necesidad de relatarlo.
Las palabras que hacen crecer no son las que se dicen para unx, son las que dicen todxs mientras me esfuerzo para escuchar, no son los versos construidos para alimentar los deseos personales, sino lo que se lee para el beneficio de lxs demás.
No soy nada de eso, no soy bueno para esto, las palabras no me alcanzan.
Y a la palabra asombro no le cabe el asombro que estoy experimentando. Las palabras son las fronteras que dibujan un contorno para dimensionar lo que se señala. No puedo más que tratar de escribir mucho, pues la emoción no es un concepto concreto. Rodea lo que siento. Algo vacío.
Lo sé, es una frontera amplia, aunque me da gusto que aún no intente escribir novelas. 


Caparazones juglares
8 abril 15

viernes, 17 de julio de 2015

Un beneficio de meditar

Un beneficio de meditar 

Hace una semana me preguntaban qué había cambiado, qué beneficios he percibido, con la meditación; cuál era el mayor.
En un primer momento es difícil responder con claridad pues los cambios son muchos y enormes. Son distintas partes que se han movido y que representan modificaciones sustanciales en mi vida, desde la postura física, hasta la toma de decisiones pasando por un filtro ético que se ha fortalecido. Después de pensar un rato mencioné distintas cosas, pero, la que considero que marca una diferencia más clara es la referente a mi interacción a dos niveles: personal y social.
Durante mucho tiempo he aprendido a utilizar la lógica y la retórica como puntos claves para mis argumentaciones, hacerme de amplias referencias, reflexiones y puntualizaciones para permitirme tomar diferentes caminos y así salvar mi intervención en cualquier momento.
Está forma de moverme, no es sólo algo que hago frente a lxs demás, es también algo que hago internamente.
Sobra decir que esto genera muchos problemas, y que al irse modificando esa generación de problemas también se modifica. A lo largo de esta observación ocurren muchas cosas, pues, en la medida en que la lucha por tener la razón se me presenta como algo que noto, las acciones, actitudes y decisiones se abren como un abanico de posibilidades distintas al mero hábito que venía realizando y perfeccionando. La lucha se modifica.
No se me ha quitado del todo, sino que ha cambiado. Conforme voy practicando y escuchando, noto que esta manía de querer tener la razón se encuentra enraizada en algo más profundo que mis años de estudiante de sociología.
Incluso más, se sostiene en una especie de seguridad absoluta de que yo soy quien sabe por el simple hecho de ser yo.
Me parece interesante observar cómo, a pesar de tener elementos teóricos, así como posicionamientos políticos al respecto, mi costumbre me lleva a querer tener la razón. Pues, aunque he venido considerando los elementos multideterminantes de las realidades sociales de acuerdo a los condicionantes externos a la persona que, por medio de la educación y socialización, se impregnan en su desarrollo personal; no reconozco, al momento de discutir, la sabiduría personal y la razón plena que cada quien tiene de responder de acuerdo a su construcción cotidiana por buscar su bienestar. Aunque sé que todo organismo "busca" las mejores formas para su propia sobrevivencia me suelo empeñar en vislumbrar sólo mi argumentación para tener la razón.
Gracias a esa profundización ética me parece que se empieza a manifestar esa sabiduría interna de un modo silencioso y constante. Me gustaría querer tener menos la razón.
En la medida en que esa manía no entra en juego, mis interacciones con la gente cambian. Me es cada vez más innecesario convencer, discutir y querer cambiar a lxs demás.
Me queda claro que apenas tengo lo que he aprendido, lo que he comprendido, y que eso se ha equivocado en ocasiones, justificarme para tener la razón es navegar en el sinsentido del aferramiento a mis creencias. Y al ser éstas meras creencias no tengo ninguna seguridad a la que pueda asirme como para justificar una batalla campal contra quienes se me presenten enfrente, aún si esos son mis "otros yos"; no existe ninguna razón para querer tener la razón.
Sin embargo, a pesar de esta reflexión, ¡aún sigo actuando así! Me doy cuenta que mi intelectualidad y mi accionar difieren en la medida en que el hábito responde a lo que voy alimentando. Por lo que sigue siendo importante actuar en consecuencia, y para eso es importante notarlo, reconocerlo.
Reconocer directamente la forma en que respondo en el momento en que respondo. Y eso lo estoy logrando al meditar.
En mi experiencia no es un asunto energético ni místico, es el simple darse cuenta (mientras descansas) acompañado de personas que han desarrollado técnicas para darse cuenta y profundizar al respecto.
Es cierto que no tienes que cambiar nada al meditar, sino simplemente permitir que las cosas sean como son y familiarizarte con ellas, en lugar de fabricarlas y creerte la fabricación (como actualmente lo vengo haciendo, al grado de creerme que, entonces, las cosas son así).
Es claro que me falta mucho por hacer y reconocer. Y los beneficios son súper amplios. Me imagino que entre más practique más claro se va a hacer.
Ese es, brevemente (jajaja) un beneficio de la meditación basándome en mi experiencia. 

1 abril 15

Tercer piropo diminuto

Piropos diminutos
Corazón de hormiguero

En la cocina va andando
con paso firme una hormiga,
como ideas va buscando
asirse de una buena comida.

Una idea nunca brota sola,
como tampoco una exploradora,
No sólo, la marea, es una ola,
profundo, mira, la comunidad mora.

Si una hormiga algo encuentra
convence a otras y rastro deja
y de a poco la comida entra
pues todo depende de lo que se teja.

Se tejen ideas, como blusas cortas.
Se tejen palabras como chales rosas.
Se tejen miradas sobre medias rotas,
Se tejen movimientos y otras cosas.

Andan hormiguitas en las flores
Entre risas y sonrisas de colores
Se detienen, inspeccionan y van marchando
devorando toda clase de sabores.

Observa y dime cómo suena
El clamor del sueño comunero.
Enderézate, relájate y sólo nota
Cómo late, en tu pecho, el hormiguero.

Caparazones juglares
31 marzo 15

Arribos del pensamiento IV

Arribos del pensamiento 
Conclusiones de tesis: Disciplina alienada 

He estado pensando en la alienación, esa separación entre nuestro trabajo y lo que produce, arrancados de lo que hacemos. Hoy, justamente, observé como lxs sociólogxs nos hallamos en un dilema enorme: entendemos la alienación de manera abstracta, llegando a grados de preocupación legítima sobre las consecuencias sociales que acarrea, pero al mismo tiempo estamos tan alienadxs como lxs demás.
El trabajo sociológico no provee los medios de existencia más que por atributos inventados al hacer mera abstracción de lo que no comprende. No se despelleja las manos en los campos ni se fortalece los músculos labrando la tierra. No reconoce en los animales su fuente de energía ni se detiene para admirar el sol que evapora las aguas que mantienen su vida día con día. Está alienado de la alienación misma. Se abandona a sus pensamientos, encerradx en reflexiones que se monetizan con verdades lógico-deductivas de la realidad que no reconoce. Habla de la alienación como si no fuera esclavx de sus propios pensamientos y posicionamientos, como si de verdad contemplara al mundo desde «sí mismx».
Lxs sociólogxs no somos personas libres: siempre queremos hablar de los condicionamientos externos, de las estructuras inmensas, de los sistemas absolutos, del permanente constructivismo. Estamos alienadxs de nosotrxs mismos. Le permitimos a nuestras expectativas explotarnos para vaciarnos de contenidos y amoldarnos a las necesidades de redacción y legitimidad oral y escrita, a las reglas «necesarias» del pensamiento. Somos lxs alienadxs que no se reconocen como tal a pesar de reconocer la alienación. Nos tildamos con identidades pre-fabricadas, pues inventamos identidades. Nos creemos nuestra tarea y no tenemos callos en las manos ni en los pies. Estamos alienadxs.
Y sólo lo descubrimos cuando dejamos de hacer sociología. Cuando utilizamos nuestras manos y nos apropiamos de nuestro trabajo, cuando podemos sembrar y cocinar nuestros alimentos, armar nuestros muebles, producir nuestros medios de vida con las manos, cuando al terminar la faena regresamos a leer, estudiar y escribir. Cuando efectivamente no somos lxs alienadxs que creemos no ser.
Saber reorganizado
Revolución Fantástica
25 marzo 15

jueves, 16 de julio de 2015

Segundo piropo diminuto

Piropos diminutos
Sensación de asombro 

En el suelo se ve un agujero
rodeado por muchas piedritas.
Es un maravilloso cancionero
que entonan las hormiguitas.

Si entras puedes encontrar
laberintos labrados en la tierra;
presta atención y verás lo que encierra
conecta tu asombro y siéntelo vibrar.

Mira cómo se tocan las antenas,
se encuentran para conversar.
Dicen que así ven las que son ciegas,
a esas y a las otras hay que respetar.

El hormiguero no es sólo arquitectura,
pues vacío sería una mera estructura.
Del hormiguero brota vida,
ahí las hormigas tienen cabida.
Se alimentan, se cuidan, descansan...
se parecen a ti, ¡ven!, ¡acércate y mira!

Caparazones juglares
18 marzo 15

miércoles, 15 de julio de 2015

Arribos del pensamiento III

Arribos del pensamiento

Conclusiones de tesis: La estrategia 

Dos cosas: 1) voy comprobando los efectos del trabajo personal, eso me ha diluido ciertas tendencias que traía. El trabajo personal cubre varias áreas: la emocional, la intelectual, la ideológica, la educativa, la corporal. En cada una de ellas hay posibilidad de familiarizarme con la mente, en cada una de ellas se puede acceder a una sabiduría que ya está ahí; 2) la visión de la «realidad social» que estamos viviendo la comienzo a observar desde otra perspectiva. No es que se apague la crítica, es que se agudiza, o se transforma. Está en construcción, y es una construcción que para lograrse requiere una investigación profunda de los detalles de la vieja construcción. Así, al leer antropología, sociología, pedagogía, literatura, poesía, al ver cine u otras maneras de expresión, se pueden adquirir herramientas para poder acercarse con una idea a lo que se está explorando, sin embargo esto no es lo único, pues en cada experiencia lo que ocurre es distinto y se necesita conectar con ese saber que, si no se desarrolla, reproduces lo aprendido de manera mecánica sin importar si esa es la solución más adecuada o no. En un caso concreto: Frente al caso de Aristegui, hay distintas opiniones, y yo también tengo mi posicionamiento, no creo que sea un tema de libertad de expresión, ni creo que eso implique necesariamente tener que defender un espacio como el de MVS, mi postura va más por otro lado, eso no quiere decir que apoye la censura, ni que me preocupe poco porque un programa que tocaba temas que otros noticieros, no con un nivel tan elevado de audiencia pueda desaparecer. Sin embargo observar con detalle es importante, en los dos puntos que mencioné: 1) si me molesta esta acción, mi respuesta viene desde la molestia y sé, por experiencia, que cuando me molesto no pienso con la claridad de cuando me encuentro tranquilo y analizo con cuidado la situación; lo mismo que si me entristezco o desespero. Esa no es una opción válida y; 2) la situación social tiene muchas vertientes que deben observarse para, al menos, encaminar las acciones pertinentes (que incluyen el primer punto, de manera continua) para una solución de la problemática. Es decir: existen muchos problemas que necesitan nuestra atención urgente, una atención directa.
El asunto definitivamente parece que se sale de nuestras manos si no nos detenemos a observar con cuidado. He leído opiniones a las que me suscribo, críticas a la propia Aristegui y desesperación frente a la inminente muestra de dominación que escala estratos sociales.
Sin embargo, a pesar de esto, hay elementos que no se deben perder: la exploración personal frente a lo que estamos experimentando frente al mundo. De entrada eso es lo que tenemos, y siempre está ahí. Reconocer eso puede permitir notar que, independientemente de esa apariencia de algo que «se sale de nuestras manos», hay una cierta confianza de que algo no se sale de nuestras manos y desde la confianza se puede seguir alimentando la esperanza y la motivación para la transformación que se necesita. Me refiero a que encendernos como torito de feria no nos lleva más que a correr en círculos asustando a algunos, pero la estructura que explota sigue sobre nosotros. Pero si continuamos bajo una lógica de actuación encaminada al bienestar de todxs (incluyendo los demás seres vivos) el horizonte se amplía de maneras importantes, mostrando que dejarnos llevar por esas emociones no logrará la transformación que nos proponemos. Se pone en evidencia, incluso, las conductas e ideologías que hemos interiorizado frente a problemas que se nos presentan y nuestra poca habilidad para reconocer la solución. El entrenamiento diario, en ese caso, ya no sólo es interesante, es una necesidad estratégica para confrontar de un modo crítico la realidad en la que nos encontramos. Los análisis de poder son importantes en este sentido, pero no vistos únicamente desde una de las contrapartes, sino desde la relación misma, así podemos voltear a ver las acciones que se contraponen a los ejercicios de dominación para hallar posibilidades de resistencia que escapen a la mirada y práctica inquisitiva. Desde hace años se va viendo una situación extremandamente tensa, y seguimos tensando. El resultado es obvio, la cosa se va a romper, y eso implica mucho dolor, mucha muerte, mucha injusticia, y si nos sumergimos en las emociones e ideas que aparecerán en ese momento, probablemente, poco aprendizaje y por lo tanto un menor reconocimiento del saber que se generará. En cambio, sin en lugar de seguir jalando se afloja la cosa, puede no reventar y quizás podamos reconocer el aprendizaje, el saber, que esto implicará.
No sé cómo se resolverá el tema, ni la realidad mexicana y del mundo, pero sí sé que en la medida en que siga trabajando desde estos dos puntos no iré tan ciego como iba antes.
Hasta donde entiendo la lucha de clases no es contra personas en particular, sino contra ideologías que se van impregnando en la «interiorización» de la persona, cuasi ontologizándola, «fusionándola» con ciertas ideologías. A decir de Freire, las clases opresoras están tan absortas en esa creencia que desde ahí no puede venir la transformación verdadera, sólo desde la experiencia directa de los estragos inhumanos de los oprimidos surge el saber necesario para liberar a los opresores y a los oprimidos de la opresión. Para eso es necesario explorar la sabiduría que ya se tiene y actuar desde ahí en cada momento, encaminados en la motivación y en el deseo de una liberación general, de una nivelación equitativa, no de un rompimiento mayor.
Sólo quería decir esas dos cosas.


Saber reorganizado
Revolución Fantástica
17 marzo 15

lunes, 16 de marzo de 2015

Primer piropo diminuto


Piropos diminutos
Eres como ver un hormiguero


Sólo basta mirar un hormiguero
(entenderás que te compare con él),
es como si cantara un jaranero
la experiencia de comer pan con miel.

Cada hormiga traza como pincel
esculturas en forma de agujero,
de feromonas cubren su sendero
como la tinta grabada en tu piel.

¡Ven a ver!, existiendo se organizan:
de mañana, noche y tardes nubladas;
saben, comparten. Ellas socializan

Trepan a árboles con flores moradas.
Su vida, todas juntas, garantizan,
desde las larvas hasta las al-hadas.

Caparazones juglares

domingo, 15 de marzo de 2015

Arribos del pensamiento II

Arribos del pensamiento

Conclusiones de tesis: Agradecimiento encantado

Hace tiempo leí un texto de Freire que me impactó de manera interesante, en él se acercaba al tema de la ciudad como educadora, pero también como educable. Con este autor aprendí a utilizar un lenguaje relacional, al menos desde una percepción conceptual. El educador es siempre educando, y el educando es siempre educador.
Al principio creí no comprenderlo, pero poco a poco observo que no sólo es comprensible, sino que implica más cosas de las que podría haber llegado a vislumbrar. Pues la imaginación tiene ciertos matices diferentes con la experiencia vivida y el proceso cognoscente. Desde la postura freiriana educativa, me comencé a acercar a la noción de cultura, conscientización, educación, amor y política desde una perspectiva que implicó muchos cambios.
Recientemente observo maravillado uno de los aspectos que son mencionados en sus reflexiones pedagógicas, que malabarea con una inconmensurabilidad que no se explica por ningún abismo infinito que hayamos imaginado. La inexplicable propiedad perceptiva que tiene la vida funcionando desde hace tantos años deslumbra al poder observarla. La capacidad interpretativa de la mente en función de un sinnumero de condicionantes externos, con una dirección ciega de exploración, lanza la posibilidad creativa que solemos mencionar muy a la ligera.
Recientemente he observado la práctica educativa con ojos abiertos y curiosos y descubro un mar en el que nos encontramos todas las personas, interactuando totalmente, enseñándonos y aprendiendo en conjunto. Vinculándonos por telarañas infinitas que reaccionan a las vibraciones que se presenten para decodificar la información de lo que estamos construyendo. La capacidad de la genética, de los órganos, de la complejidad neuronal y lo que de ahí resulte, es algo que está a la mirada de cualquiera que voltee a verlo; pues está presente cada que nos detenemos a observar. Es tan evidente que se esconde como la carta que el Dupin de Allan Poe descubre.
Me parece sorprendente, pues desarrollar esa habilidad de ver lo evidente requiere clarificar las técnicas de observación, para eliminar lo borroso.
Creo que entiendo un poco sobre el maravillarse de Freire al hablar de la educación. De la enseñanza y el aprendizaje. ¿Saben?, contamos con un potencial de/para ver el mundo que me deja sin palabras. Lo noto cuando comparto con otras personas estas observaciones, ya sea con gente muy informada o con niños. Este último mes lo he visto en diferentes aspectos y el calorcito hogareño del pecho arde con una constancia que ayuda mucho en momentos que parecen demasiado fríos. Disfruto demasiado compartirlo, independientemente de los modos que elijo, los resultados son igual de sorprendentes. Me encanta que no tengamos de otra más que ser educadores-educandos. Que seamos al mismo tiempo seres que aprenden y enseñan. Explicación social.
Me sobrepasa observar la curiosidad viva de las personas, su caminar para lograr un bienestar. Me sobrepasa el sentimiento al conocer gente que lo hace muy evidente (a la que admira las plantas y las nubes... con tatuajes).
Me puede. Me sobrepasa. Me encanta. Me enseña. Lo agradezco profundamente.


Saber reorganizado
Revolución Fantástica
13 marzo 15

Del comienzo al no me acuerdo VII

Del comienzo al no me acuerdo 
Cuando me gusta 

Me gana, me desborda, me derrite. Cuando existe ese encanto me vuelvo pajarillo madrugador que imprime en cada trino lo sublime del universo, soy el rayo de sol que obsequia calor a la sangre de los reptiles, la necesidad poética de las palabras. El deshielo de los volcanes, el maíz y el jitomate, el perro confiado a las caricias que lo llevan a convertirse en el mejor amigo del humano. Me convierto en quien olvida sus malos ratos, embriagado de placeres hipnotizados, sediento del néctar de quien quedé prendado. Me asombro de notar cómo me secuestran las ideas de adornarlo todo, de cuidar y entregarme por completo. Me arrastra a veces, al punto de azotarme contra las piedras de mi aferramiento, deseoso de que eso nunca termine, que el cariño que se me obsequia siga en cada momento. Así también se construyó un temor a esa emoción, temor de no cubrir mis expectativas al pie de la letra (borroso e incomprensible pie de letra); temor que me ocultó como insecto nocturno, como conejillo asustado en campo traviesa como si hubiera un águila volando hacia mí en picada. Me he escapado cubierto en lágrimas para olvidarlo todo, para hundirme en el fango. 

Pero cuando aparece de nuevo, regreso a trinar, a irrigar los campos por los que paso, a cobijar las escamas de los lagartos. Se me presenta como una verdad innegable que supera mis escondrijos incómodos, que se clava como una flecha en las expectativas para trascender los deseos y posibilitarse sin temores de vulnerabilidad. Me gana, me desborda, me derrite. Es el calorcito que se siente cuando en vez de querer a alguien para siempre, convives con tus cuates, con tu familia y tus mascotas. Es lo mismo que sientes al ver crecer a las plantas, o a los bichos que le caen a esas plantas, es aquello que te sostiene como si volaras en nubes cuando descubres lo importante que es aprender a trabajar en conjunto, respetando la interacción a la que nos vemos sujetos. 

Acostumbrarse a esa sensación sin caer en los viejos patrones no es tan fácil, pues a veces la rechazo por temor a que se acabe, a que cambie, a no exprimentarla con sabiduría. Se presenta como un gran obstáculo, pero así es el irse acostumbrando. Es bonito buscar los aspectos que han fallado para permitir que el cariño sea inconmensurable, sin las fronteras que se le pueden llegar a crear. Que se manifieste el genio detrás de los juegos de palabras para expresar lo inexpresable, para disfrutar de los demás en su máxima expresión, para vislumbrar dentro de quienes nos ayudan a despertar estas emociones esa maravilla que cada quien posee para encender el amor infinito. La alegría burbujeante. Acostumbrarse para no verse rebasados por la embriaguez de la emoción, sino para usarla en beneficio de todos los seres. Familiarizarse con lo que ya está ahí. 

Pero aún me gana, me desborda, me derrite; y agradezco cuando surge. Refuerza la coraza. Entre la sensación de cariño y amor; y la de miedo y necesidad de protección, las dos primeras son las invulnerables.

Caparazones juglares
9 marzo 15

Arribos del pensamiento I

Arribos del pensamiento
Conclusiones de tesis: Procesos de interacción



¿Quién soy yo si pierdo la memoria?, ¿qué esencia mía quedaría en mí que me haga seguir siendo ese yo tan anhelado que cuidé y construí durante tanto tiempo?; habrá que preguntárselo al abuelo.

Existen ciertas reacciones que han sido catalogadas por la psicología moderna; desde la psicología se presentan observaciones que nos son cercanas, también desde la sociología. Independientemente de que en la psicología moderna se utiliza un lenguaje técnico, los proceso psicológicos son un fenómeno humano que influyen de manera directa en la realidad. Cada persona tiene una reacción psicológica frente al mundo. Y a esto lo podemos llamar del modo en que queramos. Sin embargo, a pesar de que cada uno experimente desde su propia percepción, es una realidad que no existe un sólo humano que no haya nacido dentro de una sociedad, de hecho no existen humanos solitos e independientes, todos habitamos en eso que llamamos sociedad, pero incluso más: no existe un sólo ser que no esté interrelacionado con otro, llámese ser a un caballo o a una montaña, pues lo cierto es que los conceptos son sólo abstracciones, y el mundo no es abstracto. Es experiencial.
Leía un librito sobre las cárceles y el que lo escribe, comenta en una parte que, en las relaciones de poder, existen técnicas de poder, de control, y que se han desarrollado al punto de llegar al control psicológico. Menciona una idea que últimamente veo que ronda otras tantas anécdotas y preocupaciones, la vieja dicotomía entre emoción y pensamiento. Asimov en su libro sobre la Fundación y el Imperio, menciona al Mulo, un mutante que controla las emociones, sin embargo en la tercera parte de la saga mete un cierto elemento interesante. El control de emociones es un objetivo para las relaciones de poder, y al mismo tiempo desde ahí va alimentando una conceptualización racional. Ambas cosas suceden en la persona, y condicionan ciertos comportamientos.
Sin embargo, a pesar de eso, existen otros mecanismos que no corresponden con el uso de técnicas para el control, y que más bien es eso que permite que haya poder y cosas por el estilo, es decir la capacidad humana, psicológica, experiencial, construyéndose en la que se basa cualquier tipo de relación percibida.
Y es que cada persona, al existir en un mundo social, está capacitada para percibir el mundo, existe toda una compleja estructura biológica corporal que lo permite. Esa estructura actúa de acuerdo a ciertas necesidades que se le presentan, pero además, tiene memoria. Recuerda patrones, construye sobre los recuerdos, genera hábitos. Pues la memoria es como un sendero, no como una fotografía. Son senderos que se caminan o se dejan de caminar, se agrandan o disuelven entre la maleza.
Desde ahí nacen los saberes, el conocimiento, desde ahí se ha construido este mundo que nos rodea. Desde la interacción con el mundo. Desde la interacción con nuestras necesidades, desde lo que percibimos y también desde los cuentos que nos contamos. Porque al vivir en sociedad nos encontramos en una extraña relación que se le puede llamar enseñanza-aprendizaje. Pues todos estamos aprendiendo y todos estamos enseñando. Al mostrarnos enseñamos, al mostrarse se aprende. Y cada persona se halla expuesta al mundo, así como el mundo está expuesto ante la persona. Cuando esa diferencia entre lo de allá y esto se disuelve se ha terminado de aprender. De otro modo no podría haber nada que enseñar.
Hubo un momento en el que buscaba la resistencia como una cuasi-ontología de cada persona, lo cierto es que es falso. No existe tal, no somos sujetos que resisten de manera innata. Pero, a diferencia de las conclusiones que se quedan ahí, en este caso, también puedo afirmar que eso no quiere decir que exista un dominio en sí mismo en cada persona. Es un proceso constante de creencia, al grado de modificar la realidad de acuerdo a esa creencia. Luciendo tan real como lo que pensamos que es real. Nos la creemos.
Construimos constantemente la dominación, y en consecuencia la resistencia. Pues no hay uno sin lo otro, a pesar de cada contraparte. El cómo lograr romper la contradicción cíclica en la que nos encontramos depende, definitivamente, de una escapada del lenguaje técnico de la psicología moderna, para irnos a la psicología antigua, a esos saberes milenarios que no pecan de ingenuidad inexperta en el tema, como sí lo hace la joven psicología moderna. Puede ser importante el vincularlo con los descubrimientos que se están haciendo por otros caminos y comparar la sabiduría que encierran las acciones que todos hacemos. Resulta que la misma capacidad de aprender y enseñar se conecta con la experiencia, con los pensamientos y con cualquier cosa que tengamos; es la capacidad de un cuerpo orgánico para existir en una profunda interacción en donde todo es interdependiente. Los discursos ecológicos, la idea de ecosistema, los lenguajes de la teoría de sistemas nos hablan de eso, y siguen confundiéndose porque es algo nuevo para el pensamiento occidental. La observación directa de la realidad nos muestra cosas que nos sacan de balance. Pero sólo en un inicio. Como todo lo nuevo que se aprende.
La posibilidad que se presenta es tan constante que el contactar con esto que posibilita lo posible encierra un saber que supera cualquier concepción que antes hubiera podido llegar a tener. Está ahí como el espacio.
O sea, vincularse con procesos que permitan mostrar técnicas para que las personas contacten con eso que ya tienen es de primordial importancia para mi compromiso de transformación del mundo, al menos desde la pedagogía crítica. El reconocer la posibilidad del autor de las cárceles sobre la utilización de técnicas individualizantes para ejercer el control sobre el otro es un buen punto de partida para reconocer la acción del docente frente al estudiante. Para reconocer que las relaciones de poder se están reproduciendo en el mismo momento en que se reproducen y que cambiar este hábito de reproducción puede ser valioso para interactuar con el otro que por diferentes medios se resiste a ese control, desde la razón que sea, pues su razón es la misma que la nuestra, está repleta de su experiencia, de lo que sabe. Por eso escuchar es importante. Eso lo dicen los abuelos. El mío anda con demencia senil, olvida cosas, y enseña otras ¿quién es él?, ¿es otro abuelo al que era cuando no tenía demencia senil?, ¿él que me dice?
Nuestra relación se modifica cuando lo escucho. Y aprendo muchas cosas si presto atención.

Saber reorganizado
Revolución Fantástica
6 marzo

Del comienzo al no me acuerdo VII

Del comienzo al no me acuerdo 

Andar en túneles

Uso esto como una pizarra en la que se ponen notas para archivar información, generalmente las señalo para acomodarlas según ciertos temas de interés que me he ido construyendo en carpetas dentro de la computadora y en el archipiélago poético que traigo por ahí. Practico escribir cosas de diferentes maneras, a veces les copio a quienes he leído, lo tomo y lo pongo a jugar, mimetizando mi narración con cualquier cosa, versos, cuentitos, ensayos breves, juglaría y cosas así.
Me distraigo mucho, me cuelo por los huecos que encuentro, como gusano excavando túneles, dirigiéndome según «mi voluntad», buscando sin luz, pero disponiendo de múltiples otros sentidos y codificaciones para vincular «mi voluntad» con la excavación frenética. El problema de la distracción es que me pierdo. Y en ese perderse, me distraigo. Como si anduviera en espirales. Cuando te das cuenta que andabas perdido, dicen, no hay que hacer nada más, pues ya regresaste. Es como cuando despiertas con un gallo en la cabeza, la posición en la que estuvo tu cabello con la superficie crearon un patrón de peinado que al intentar bajarlo duele un poco, pero se va bajando en la medida en que lo alisas.
El facebook me distrae, y mi mono anda contento. Aunque también se hacen evidentes las formas en que se generan problemas. Es como cuando llega un gato a casa y notas que hay que cambiar ciertas cosas para generar un hábitat más buena onda para ambos. Se pueden poner tubos de PVC en las partes altas de la casa para que ande por ahí.
Hay muchos hábitos que se pueden observar. Cuando me distraigo es más difícil observarlos.


Caparazones juglares
6 marzo 15

Tropezones del pensamiento VI

Tropezones del pensamiento 
Justificaciones de Tesis: Aplicación cotidiana 


Hay una diferencia interesante cuando hablamos de la transformación política, una diferencia que nos la muestran los compañeros que han luchado en procesos armados de nuestra América Latina; puede ser: o luchar porque se necesita urgentemente un cambio, o luchar porque la construcción que debe hacerse requiere todos los principios éticos para el bienestar de los demás, de todos los seres, con un amor y cariño inmerso en la ternura. Bajo líneas impregnadas de sabiduría para construir lo correcto. Sin entrar en discusiones bizantinas sobre el bien y el mal, sino hacer, directamente, lo correcto. En el primero la premura nos hace olvidarnos del segundo, y hacemos las cosas con ansias, peleando con todxs. Discutiendo más que construyendo.

No sé, al menos desde ahí nos cantan los autores latinos, desde ahí escribe el querido Omar Cabezas y narra su experiencia el Che. Desde ahí parte la educación en Freire.

Sociologización educativa
Revolución Fantástica
5 de marzo

jueves, 5 de marzo de 2015

Tropezones del pensamiento V

Tropezones del pensamiento
Justificaciones de tesis: Huecos académicos

Mientras espero la opinión de los sinodales observo los espacios de pausa, de calma, de no tesis.
Hace algún tiempo leía en uno de esos primeros textos de la carrera, que cuando observamos un árbol contemplamos las hojas, el tronco, ramas, flores e incluso algún nido; sin embargo no prestamos atención a los espacios entre las hojas (o algo así recuerdo, aunque seguro no lo fue del todo).
Lo leí en una clase de un profesor con una didáctica muy interesante, con unas cualidades que permitían acercar la información para que el estudiante la observara desde la perspectiva sociológica con una habilidad, una competencia, sumamente admirable. La tenía muy claro; pero contaba con una personalidad autocreída -y creada- algo espeluznante. A él le pedí que fuera mi asesor de tesis, pero sus distintas ocupaciones y movimientos en su vida no lo permitieron.
La vez que revisé el texto me tocaba exponerlo, recuerdo la sensación de la exposición, pues estaba eufórico por lo que leía, me iba haciendo sentido, como cualquier cosa con la que te vas familiarizando. Veía cosas que se acercaban a lo que a mi parecer estaba buscando. Cuando mencioné ese detalle de los huecos entre las hojas, y comencé a distraerme en mis propias ideas, me cortó y regresó al punto de la lectura que se supone debía exponer (aunque yo no sabía bien a bien qué cosa era la que tenía que exponer); era una práctica inteligente, pues si no los demás nos quedábamos con debralles que no iban al cuento con la lectura. Sin embargo eso se quedó en la memoria. Impulsando una cierta forma de observación que me gusta ejercitar, con lo que el gustar implica. Entrar en las grietas para adornar el escrito. La narración con la que se llena el discurso.
Imaginemos la tesis como un árbol, un árbol que he estado observado más de dos años: tiene sus raíces que llegan hasta mis intenciones subjetivísimas que caen en lo absurdo, pasando por intereses colectivos y aprendizajes entre todos. Te puedes pasear por su tronco: Poder y socialización, con nudos organizativos y huecos tipológicos. O pasear por las ramas para encontrar historias escolares, disertaciones políticas y de poder, interacciones sociales e implicaciones éticas. Fijarse en las flores que lanzan una propuesta para que ser polinizadas, para compartir sus néctares a cualquier ave o insecto que la pida a cambio de poder crear el hermoso proceso de la vida en la reproducción por semillas, la belleza de los pistilos y estambres madurando en la corola y fecundando inhalaciones y exhalaciones de la tierra en la que vivimos. La tierra respira. En ellos se encuentran hormigas y piratas, tazas de café y pequeños detalles ilustrativos que son el sustrato que alimenta las propias raíces, pues todos los muertos alimentan a los vivos. Por eso hay que morir, para alimentarnos. Son pequeñas notas en los pies de página que de manera subrepticia se colaron como los dragones que habitan las distintas islas de mi archipiélago poético. Aparecen de momento, se cuelan entre los espacios vacíos, es la cualidad del vacío, permite que sucedan cosas. Que se pueda rellenar. Veamos las hojas, receptoras de luz para autoalimentarse: tantas referencias experienciales y bibliográficas, de experimentos de redacción y juegos de palabras para que se alimente por sí misma, para que la tesis solita pueda funcionar con sus nutrientes, para que sirva a cualquiera que se acerque, para que vaya conforme a lo que necesita para alimentarse.
Y están los huecos, en esos huecos sucedieron muchas cosas en el proceso de observación. Hubo llantos, también fiestas. Idas y venidas de mis gustos por gente, hubo una nebulosa que le tocó experimentar estos huecos rellenados por piratas que abordando una carta decidieron mejor narrar la manera en que las uñas se cortan; hubo algunos chilitos y epazotes. Recetas nuevas e inventadas, discusiones entre carpinteros. Pedaleadas de bicicleta, viajes, miedos. Hubo mucha música, algunas películas. Ejercicios de memoria. Entre las hojas se dibujaron posibles didácticas, bibliotecas con libreros y palabras.
Yo no sé si tenía mucho sentido hablar de eso en mi exposición, pero aún así lo hice. ¿Qué pasa cuando te das cuenta de todo?, ¿cuando te das cuenta de completamente todo?, ¿hasta qué punto podemos darnos cuenta de qué? Al final, independientemente de lo que me dicen de cómo hay que observar, la experiencia de observar es ésta que me ocurre.
Ya narrar es otro punto, ese tiene que ver con las ansiedades de querer compartir todo, y buscar estrategias para que te lean, así son las flores, se pintan de colores para llamar la atención de los animales.


Sociologización educativa
Revolución Fantástica

Senderos de paraponeras XIII

Senderos de paraponeras 
Que se alimenten de plantas

 La visión es parca cuando centramos nuestros esfuerzos en nuestro propio beneficio, la visión es amplia y se sostiene por sí misma cuando todos nuestros esfuerzos buscan constantemente el beneficio de todos los seres, incluyéndonos. Basta virar la mirada para reconocer esta verdad. Basta mirar las acciones que suceden para reconocer la falsedad y la equivocación de nuestros esfuerzos egoístas. 
 Habrá que cultivar la segunda, como si fuera una plantita, sembrar y cuidar, ponerla bajo condiciones favorables, presenciar su brote y su crecimiento, desarrollar paciencia para que las flores se abran y los frutos maduren, disfrutar la múltiple fauna que llegará a esa planta. Dejar que sea una planta silvestre, para que alimente a quienes lo necesiten. Hay que aprender a cultivar lo que es de beneficio para todos los seres. Es importante. 

27 febrero 15

Unas joyas hermosas

Unas joyas hermosas


El trabajo se trataba de algo que requería bastante tiempo, décadas enteras. Pero representaba una muestra ejemplar de sublime belleza. La percepción que la gente tenía ahora gracias a la publicidad, permitía contemplar nuevas fuentes de deseo que al mismo tiempo contribuyeran a preservar un ecosistema bastante maltrecho. Era una publicidad inteligente, contrastaba imágenes de destrucción con diamantes y oro, cambiando la imagen a una selva esplendorosa con aves volando y silbando al compás del aullido de monos y ramas bañadas por el sol. Con una leyenda que decía, ¿a qué le llamamos belleza?, para terminar con la imagen de los distintos productos que se ofrecía y una leyenda de invitación a consultar los demás materiales informativos sobre la producción y su manejo (materiales que contenían una amplia producción audiovisual explicando el proyecto que también salía en diferentes comerciales. Así, al contrastar la sensación de lo hermoso con el resultado insano de una codicia alimentada de manera insostenible por objetos altamente contaminantes y destructores del entorno natural, se giró la visión a una belleza descubierta años atrás: Las plumas de las aves.


En sus actividades laborales necesitaba hacer uso de un bagaje conceptual y experiencial de posibles elementos integradores que podrían ayudar a trabajar en equipo para resolver los asuntos de la empresa: El laboratorio ecológico que investigaba las mejores condiciones del ecosistema para que las distintas especies de aves pudieran vivir en abundancia y en grandes cantidades; los biólogos y químicos contra-restando con reacciones situaciones bio-químicas desfavorables para el cuidado de las diversas especies de plantas y animales necesarios para una biodiversidad adecuada y un suelo con las propiedades requeridas, tratamientos de aguas y cosas por el estilo; el área de recursos humanos, responsable de capacitaciones y reparto equitativo de la riqueza, consultora de transacciones para la sobrevivencia plena de su personal, los requerimientos para un soporte en cuestión de salud, tanto humana como veterinaria; el centro de enseñanza, para todos los integrantes de la comunidad empresarial (dirigida hacia la extensión familiar de los trabajadores); los artesanos y joyeros, responsables de los tejidos y diseños, de la conservación de las artes nacientes, antropólogos, historiadores, arqueólogos, etc.; los recolectores de plumas, expertos escaladores de árboles, valientes exploradores de campos selváticos, de páramos amplios, de zonas áridas o congeladas y demás terrenos propios para el nacimiento de las plumas de las aves utilizadas en el proceso; los labradores y sembradores de árboles, arbustos y hierbas necesarias para el alimento de las especies que convivían en el ecosistema, aprovechando los recursos para alimentarse y extender la empresa. Además de las relaciones con las distintas empresas que trabajaban también en otras formas de sacar provecho del ecosistema de un modo más sabio, de modo verdaderamente inteligente y con responsabilidad ética.

Era un trabajo complicado que implicaba mucho esfuerzo, por lo que agradecía el buen alimento que se cocinaba en la comunidad que le dotaba de fuerzas y energía para cumplir con un labor de tal envergadura. Los resultados, sin embargo, eran sumamente provechosos, las plumas preciosas valían ahora más que el oro asesino, con la ventaja de poder prescindir de éste para llenar un amplio mercado.

Cuando se cumpliera el proyecto en su totalidad, podrían existir pueblos integrados activamente a esta naturaleza extensa donde la comprensión del orden social saltará a la vista de cualquiera que habitase el nuevo paraíso.

Caparazones juglares
13 febrero 15