miércoles, 19 de febrero de 2014

Tropezones del pensamiento I



Tropezones del pensamiento
Justificaciones de tesis: Enfrentamiento



Regresé de la oficina del director, sabiéndome con más tiempo para preparar mi respuesta; esperé afuera del salón mientras contemplaba cómo mi asesora insistía enérgicamente sobre un punto que apenas se comprendía a todos mis compañeros de clase. Cuando salió, observó que estaba sonriendo, no se preguntó por qué (sólo una respuesta en forma de sonrisa a algún estudiante del aula de a lado donde manifestaba que efectivamente había un pedo. Lo comprobó pronto) y arremetió con furia ante mi actuación nada arrepentida: -... pero óyeme bien, o te vas tú, o me voy yo-; sonreí y pensé -yo no me voy.
No me fui, ella tampoco. Estuvimos en constante tensión hasta que no volvimos a vernos.
Años más tarde, mi hermano menor me comentó: -logramos que se fuera. Todo el grupo la desesperó y ya no está en la escuela-.
Al final ambos nos fuimos. Me pregunto si sonreiría como yo en caso de acordarse.


Sociologización educativa
Revolución Fantástica

martes, 11 de febrero de 2014

Andadas del pensamiento III

Andadas del pensamiento
Avances de tesis: Regresiones


Me volví muy aferrado, desde los quince me anclé a mi definición, al fuerte desde el que podía defenderme. Atrincherado con todos los recursos que sentí necesarios. Con eso soporte algunas batallas, creando toda una estrategia de ataque fundamentada en una distinción que al principio no fue nada clara: Los gritos asustaban al enemigo, ahuyentaban el valor de los atacantes, de los atacados.

Cuando la superstición desapareció en las nuevas flotas que llegaron, la estrategia centrada en gritos desapareció como roca hundida en el océano; se separó en sus entrañas mismas mostrándose descubierta: la distinción del grito hecho silencio. Hubo que recapitular.
Cuando se revuelve el mar -las olas vueltas rodillos que empujan y jalan la arena- suceden cosas que se metamorfosean en todo; así la comprensión de la explicación no se pierde en ruidos de ataque, sino que se envuelve en la profundidad de la representación, en el centro de la rueda: la transición, siguiendo al pedagogo brasileño, es un avance irrefrenable, en el que se presentan una serie de situaciones que deben comprenderse; así, las espirales instantáneas se dejan de confundir al mostrarse el avance impetuoso de la transición. Los retornos constantes, los experimentos que salpican, la desorientación en lo revuelto, dibujan miles de posibilidades haciéndonos regresar a la primera estrategia de combate, a los gritos desesperados, al violento pataleo.
Entonces silencio. Ante el grito desmembrado, silencio relajado; ante el deseo de hablar, la necesidad de escuchar; ante la prisa la calma, ante lo de siempre, lo de ahora -el ahora que viene y va, del ayer al mañana-; la transición al revolverse puede frenarse e ir más lento, la postura que se sabe en el mundo se inserta en el movimiento para la aceleración del todo, la aceleración conjunta desde todos y todas, para apaciguar la violencia de la tormenta, para andar todos y todas.
La revisión de lo ya construido permitió diferenciar el sendero, reconocer sus divisiones, alcanzar las direcciones, recorrer la maleza: ir conociendo el lugar donde se habita. Y así, invisible como el topo, remodelar desde adentro los aprendizajes obtenidos; o como la gaviota danzante del cielo trazar rutas aéreas, o como pulpo coloreado del océano experimentar las actuaciones, o como ratón roedor de cereales o lago o arena o como cangrejo ermitaño. Integrándose, existiendo, estando, re-estructurando. Y con la seguridad de la calma, apretar el paso. El escándalo separado convirtiéndose en tonada del entorno.

Re-educación sociológica
Revolución Fantástica