viernes, 29 de abril de 2011

Uni-verso desħecho

Uni-verso desħecho

A los que muestran el eclipse y logran describirlo

Hoy respiro años pasados

Entre ladridos y guitarras.
No de Padres cargando a hijos
sino de cerdos dejando de ser cerdos
y de sus perros, aterrorizando,
de sus perros correteando.
De los bloques hechos nombres.
De igualdades nunca iguales.
De esos cerdos que quisieron ser hombres.
Hoy escucho Perros
y se va manifestando,
como hormigas,
.....................................
fila de hormigas,
otro de mis dragones.


Anormalidad Incómoda
Revolución Fantástica

viernes, 1 de abril de 2011

Peregrinos

Peregrinos
A Herzog por cabrón

Te detenías soportando. Cómo ocultar la presión en mi piel cuando, con mis dedos entrelazados a los tuyos, me soportabas con el dolor y el sufrimiento corriendo por las gotas de sangre que chorreaban de mis heridas, cuando las fuerzas que me corroían arrojaban a la percepción de la gente dudas atestadas de respeto y reflexión, contraponiendo mi cara concentrada ante sus caras: habitantes del abismo.
¿Podría ocultar mi historia después del trayecto que me ha destrozado la carne lentamente?, ¿Puedo acaso ignorar la determinación con la que empecé, no ya este último trecho, sino allá en un lejano comienzo, cuando me calzaba o me dejaba descansar para hacer lo que sabía que tenía que hacer?
Porque aún forjado al rojo vivo, golpeado en yunque, modelado por mano dura de herrero, de artesano bárbaro; derramo lágrimas en silencio, ocultas tras mis ojos, las tiro mientras voy cargando mis fantasmas, ahuyentándolos, dejándolos a cada paso un poco más lejos, esperando, esperándome para que cuando tenga que volver se me adhieran en el camino que recorra luego de que todo esto haya acabado.
Termino y deposito todo, incluso ese soporte que me regalaron tus dedos entrelazados a lo míos, tus pasos diminutos para continuar a mi ritmo.
Me encuentro solo, despertando solo, descubriendo solo, lentamente, que no estoy solo, que mi camino no es sólo mi camino, que cada parte de esa muchedumbre que se levanta ante mis ojos traen una historia que no pueden dejar atrás, que se sujeta a sus hombros con cada instante nuevo.
La muchedumbre, todos, llevan a sus muertos, comparten a sus muertos; lo hacen porque empezaron a andar con ellos, ofreciéndo sus manos y sus dedos para soportarlos, negándose el aceptar que son ellos los que, como vivos, necesitan de la presión de la piel del otro, ya sean vivos o ya sean sus muertos.
La mirada se desliza del punto fijo, quieto, al punto alto, grande, esperado, que te invita movimiento. Del enfoque al horizonte.
Y regreso, de nuevo, a hacer lo mismo de siempre, diferente: Cubierto en el silencio, radicando en el desconocimiento, oculto en el sufrimiento, me construyo y sigo siendo.

Revolución Fantástica