domingo, 31 de octubre de 2010

Soñé que soñaba

Soñé que soñaba

Al cosmos, por ser una gran burbuja


-Buenos días Don Lucrecio, ¿cómo amaneció esta mañana?

-Sal, lluvia y fuego. Luna, conjuro, llena.
Muerte al sentimiento, cabeza royendo adentro.
Necesito verde monte, sonrisas al viento y al horizonte.

-Újule Don Lucrecio, ¿Por qué se nos va tan lejos?, ¿Qué va a hacer allá que no pueda hacer acá?

-Busco lo preciso, lo exacto, lo busco porque es lo más lejano, pero lo más hermoso, lo mejor. Y detesto el más y el mejor. Me busco por contreras, pero porque acepto las cosas tal como son. Terriblemente confundido, como siempre, eso me da una claridad casi mística.

-No, digo, si lo pone así quien soy yo para negárselo, pero cuando ande por allá ¿qué va a pasar?, ¿Cree que le sirva?

-En la competencia de lo viejo con lo nuevo erradicar el pasado termina siendo una orientación obligada. Cuando se trata de movimiento, cuando no se pelea lo nuevo con lo viejo, evitar el olvido y recordar se vuelve un problema constante que nunca busca un finiquito. En mi yo fuera del yo puedo elegir desaparecer lo viejo y ser alguien nuevo, o no olvidar el pasado y conformarme de acuerdo al proceso como tal que vivo. Evito destruir para construir.

-Hombre hace tiempo hablaba de algo así con mi compadre Juan, platicábamos del tema en la cantina, ese Juan decía cosas interesantes, pero siempre las decía borracho, me confesaba que le salía otro sentido.

-Que el incendio me permita escuchar al fuego. Que el diluvio me deje ver las gotas. Que los gritos me entreguen al silencio.

-Eso mero es lo que pienso, platicando sacamos a colación precisamente esta idea que me cuenta mi Don Lucrecio, resulta que uno después de vivir un ratito como que le saca la lengua a la misma vida pero aún así la quiere.

-Qué se suicide el sol, necesitamos sólo la noche.

-Ni que lo diga, sólo así uno termina viendo. Pero ayer lo vi caminando por acá a la misma hora, ¿se dirigía al mismo lado?, ya lleva un rato andando el mismo sendero ¿no?, ¿Qué ha aprendido en todo ese rato?

-Cielo, vuela, nubes, crean.
Destino manifiesto,
Justamente es destino.
Rompemos lo cierto,
Cambiamos el sentido hacia lo abierto.

-Eso puede llegar a matar, pero para eso se vive. ¿Cómo es que anda Don Lucrecio?, muéstreme sus callos.

-Para entrar a un viaje fantástico he necesitado:
Saliva dada debajo de un árbol;
Mojarme entre clases;
Que bailen sobre mis pies;
Recitar poesía entre ramas;
Pintarle la cara con colores imaginarios.
Crear mi viejo viaje.

-Ya lo creo, porque sabe Don Lucrecio, al final es un hecho: terminamos siendo todos en uno, ese cielo, los huevos de los nidos, el agujero del pantalón, la bolsa sin dinero, todo termina siendo lo mismo. Todo nos sucede a todos.

-Las nubes sospechan de ti, pero solo el mar puede castigarme.

-Esos callos ya no son sólo de andadas, pues pertenecen también a sus manos, usted también agarra, los tiene por todos lados, ha usado bien su cuerpo Don Lucrecio, pero ¿Por qué sigue andando?, ¿cómo llegará estando acá encerrado?, encerrado junto a nosotros, sus compañeros del manicomio, eternamente encerrado. ¿Qué pretende?

Y con ojos brillosos, y mirada perdida, como sacando de su cabeza un tesoro desaparecido dijo: Lo que deseo, lo que me encantaría es poder gritar, llorar y gritar, fuerte, sin que alguien se preocupe, poder gritar fuerte y claro, gritar, griTAR, GRITAR, GRITAAAR, GRITAAAAAAAAAAAR, GRIIIIIIIIIIITAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR.

Dos tipos corpulentos lo sujetaron e intentaron tranquilizarlo.

Revolución Fantástica

martes, 12 de octubre de 2010

De las muertes de mis muertes III

De las muertes de mis muertes
Indiferencia

Jodida indiferencia
Que entre sombras te confundo.
Me tratas de inocente,
Mientras rompes y me rompes.

Recupera las flores,
Canto de sirena.
Que no te deje perdido
Ni el olvido ni la pena.

Jodida indiferencia
Que me rompes y me rompes.
Eres el siguiente paso del silencio,
Que ahora no me rompe ni me entierra.

Sueño aún con el viento dictando las letras que te leo.

Revolución Fantástica

Anormal

Anormal
A mis carnalitxs, por ser una parte de mí.
A las voces que me piden un sí que me obliga a decirles no.
Si no lo veo no existe.

No.

Representa lo normal, respeta lo concreto, termina con lo que estaba antes, perdona la historia siempre y cuando quede como historia. Sólo existe lo que ves, lo que se demuestra, lo que se muestra.

No.

Dice el pasado que se queda en el pasado, dice el presente que sólo vives el presente, dicen los momentos que no importan que existe un único momento, un único modo de vivir.

No.

No recuerdes, no preguntes, no cuestiones, no busques, ya todo está dado. Las cosas son como son, para qué buscarle tres pies al gato.

No.

Muévete en lo real, la realidad te dice que las cosas no pueden tener más de una explicación, la realidad es completamente racional, tú eres sólo tú.

No.

¿Por qué no?

No porque no.

Carece de sentido, haz lo que te digo, sé tú mismo, sólo tú mismo, el yo radica en tu interior, en tu espacio interno, eres una sola cosa. Eres un punto que conforma el todo, eres una parte, acomódate en donde estás.

No.

El no que dices carece de razón, carece de argumentos, el no está sustentado en silencio, en mediocridad, en un encierro absoluto de ti ante el mundo, ante el diálogo, ante la conversación que tenemos.

Mi no es porque el no me consolida como yo. No porque no; no porque yo.
Hablas y dices historia, dices sentido, pero no es el mío, la negación es una reivindicación del yo como afirmación.
Propones que olvide lo anterior, que olvide mi historia, que me sienta como algo que se encuentra en un momento únicamente, que sólo me mueva en la realidad, en lo normal, en discursos legítimos, que yo sólo soy como yo mismo, como sólo yo mismo, solo, abandonado, sin los otros, que soy un pedazo interior, incluso dices que mi yo interior se conforma de una pieza, que al descubrirme sacaré a relucir mi esencia, que mi no es un argumento sin sentido.
Y me pregunto cómo quieres que me mueva en la realidad, en lo normal, si esa realidad no me gusta, si es a esa realidad es a la que le digo no, cómo pretendes que me olvide de los otros momentos que no son éste, cómo afirmas que todo está dado si me doy de golpes contra la pared porque a cada rato estoy en cambio, porque ese momento único del que me hablas desaparece de inmediato.
Olvidar mi historia es absurdo e incompatible con lo que me ha llevado a ser hasta este momento, mi yo, ese que dices que es único, se despedaza a cada momento, se fragmenta, y se carga de sentido precisamente al recordar, al preguntar, al cuestionar. Soy el mismo que lloró en la cama de su amigo, el mismo que corrió para que el metro no nos dejara después de recibir a alguien en el aeropuerto de noche, el mismo que se ríe de estupideces en la cocina, el que se disfraza porque lo encontró ocurrente, el que ha dormido acompañado, el del nudo en la garganta, el que ve que es eso otro que hacen, levemente, fuera de lo que está acostumbrado a ver de en su convivencia, el que sabe que un viaje de cuatro horas no resulta ridículo como pretexto de una fiesta, el que sale de su casa aunque llueva para llegar a un lugar siendo completamente irracional, el que se emociona por compartir algo que le gusta, el que se desvela, el que se enoja y se reconcilia, el que juega en casa ajena para quitarle la pistola al otro, el que inventa tácticas para disparar balas imaginarias, el que está en las fotos, el que ve pasar semáforos borrosos mientras es escuchado, el que insiste para estar un rato acompañado, el que ve en el otro un otro, incluso en su sí-mismo, que les pone apodos, el que no entiende que pasa con el otro y se lo pregunta, el que se calla sus cosas, el que logra expresarlas, el que dice que es cualquier cosa, el que compite por treinta antes de los treinta, el que se sabe roto sin sus otros, internos y externos.
Soy el que se fragmenta en cachitos, el que se presenta de distinto modo fuera de sí mismo, el que dice que es un dragón, pero que bien puede ser nombrado por su apellido, o por cualquier otro apodo, el que difícilmente presta su casa aunque quiere hacerlo, el que aprende que el silencio también es una forma de hablar, el que tiene otra vida que no es idéntica en ningún lugar en el que está parado.
Soy precisamente porque no soy. Soy yo porque no soy lo que dices que debe ser un yo.

Te mueves en paradojas, te niegas al decir que existes, razonas con el no, cosa imposible.

Es eso lo que intento decir con no, es justo eso lo que afirmo cuando me nombro anormal, cuando digo que no soy un ser humano, sino un ser fantástico, un ser que tiene de suyo el no existir en el mundo común, de estar y no estar, de ser ruido en el silencio y silencio en el ruido.

Nada de lo que dices tiene sentido.

No, no lo tiene.
El no no es justificado, es simplemente un no que habla de un consentimiento ilegítimo, es la nula existencia. La nula existencia de tu sí.

Es irracional lo que me dices. Absurdo.

Sí.

Danza Cósmica
Disculpas Ausentes
Revolución Fantástica

Tres viajes

Tres viajes

Se anudó la corbata bajando del automóvil, llegaba con diez minutos de retraso, en la entrada habían varias personas, con paso decidido se acercó a la taquilla improvisada, pagó y aceptó el sello que ponían.
En un escenario de madera cuatro personas de entre dieciocho y veintiun años tocaban para la fiesta, eran los segundos en salir, muchos de los que se encontraban en la fiesta los conocían.
La guitarra y el bajo acariciaban a las ideas de los borrachos, el teclado alertaba al sonámbulo eterno, al nocturno que iba a todos sus “toquines”, el saxofón imprimía un toque bohemio que masturbaba el viaje de los pachecos.
El único de traje era él, todo el ambiente tenía mezclilla desgastada, sudaderas con gorro, mujeres con blusas holgadas, sin sostén, tenis, botas, huaraches. Sus zapatos estaban perfectamente boleados, su cabello engrasado resplandecía con las luces amarillas, pantalón sastre; chaleco, camisa y saco.
Mientras el solo del bajo sonaba, sacó un cigarro delgado de una caja metálica, lo encendió con una cerilla e inhaló su primera bocanada. Siempre fumaba cuando iba a ver nuevos grupos.

-Me pareció magnífico, en serio chavos, tienen mucho potencial-
-¡¿En serio?!, no pues gracias-
-No les quiero adelantar nada todavía pero después de que les muestre el material que me den les puedo asegurar que será muy sencillo, realmente son estupendos-
-Pues mira te paso mi número, a mí es al que seguramente encuentras porque ahora no estoy estudiando, te pasamos estos demos, el pedo es que son caseros, pero pues se escucha lo que hemos estado trabajando, sale pinche “Pelos” dame los demos para que se los lleve de una vez, no te tardes pendejo-
-Pues tienen mi tarjeta, yo les llamo mañana mismo. En la disquera estarán muy contentos, desde que salió la iniciativa la cacería de talentos nuevos está fuerte y para nosotros es de vital importancia conseguir grupos como ustedes. Un placer y ya saben cualquier cosa tienen mi teléfono.

-Era un tipo que trabaja en una disquera, te juro ma que nos cayó del cielo, andábamos acá en al fiesta del “Sefer” y pues de repente sale este cuate y nos dice que le latió lo que tocamos, que nos puede conseguir un contrato y que con el material que tenemos sin pedos sacamos un disco, está bien chingón (mijo no hables así), y ahora nos acaba de llamar y dice que quiere reunirse con toda la banda. Somos unos cabrones, a huevo-
-Ya te dije que no me gusta que hables con groserías, no es de buen gusto-
-Hay jefecita, como si eso ahora fuera importante, lo chido acá es que el cuate éste nos podría hacer el paro para llegar a algo más interesante, podría ser el principio de nuestras carreras-
-Hay mijo, y mírate, todo desarreglado, con las uñas sucias, con el cabello largo, pareces vago, ¿cómo vas a trabajar así?-
-Chale jefa pues de eso se trata, de andar así, como somos, es un trabajo chido-

-Güey ya junté el varo para comenzar, si el pendejo del “Chinos” ya tiene el varo pues ya la armamos, con eso sale para la sesión de fotos-
-Simón “Erizo”, acá el “Chinos” ya me dijo que tiene el varo, el Javier ya me pasó su resto y pues el tuyo y el mío yo los tengo. Ya chingamos, va a quedar de poca madre el disco.

La música había gustado a los tres entrevistadores, eso les pareció aceptable porque había otros grupos afuera que estaban esperando.
La respuesta fue afirmativa. Comenzar a grabar lo más pronto posible, la sesión de fotos y todo quedaría listo.

Después de largas pláticas decidieron que la idea de las fotografías no los convencía, preferían que la sesión fuera más costosa y ellos pagaban la diferencia, el primer álbum tenía que marcar la primera huella.

-Wey, deja esa pistola, luego las balas se pierden y mi carnal se enoja.-
-No mames, ese idiota nos chingó el varo, nos creímos toooooodo.-
-Sí güey pero con una pistola de bullets no vas a cambiar nada-
-Debería de ser de verdad, le di todo mi dinero, ¡qué poca madre!
-No digas pendejadas-
-Chale, te imaginas jugar ruleta rusa-
-Idiota no te dispares, si duelen-
-No pasa nada-
-Ándale pendejo hazlo, hazlo hasta que la bala perfore tu entrecejo.-
Disculpas Ausentes
Revolución Fantástica