jueves, 31 de diciembre de 2009

Recuerdo

Recuerdo

Siento al respirar.
Al respirarte,
Cuando tu ároma se introduce,
Cuando se impregna en mi sangre,
Oxigenándome
De ti.

Siento respirando.
Busco respirar, respirarte respirando
Necesito respirarte al respirar
Y respirar al estar contigo porque estoy contigo.

Respirar tu mirada
Respirar tus besos
Respirar tu sexo
Respirar tu ausencia.

Repirar en silencio
Respirar a ciegas
Respirar cansado
Respirar a tientas.

Estás impregnada desde que te impregnaste
En el aire, en mi boca.
Existes porque exististe, porque has existido
Y el recuerdo se respira y se siente y se impregna y existe.
Revolución Fantástica

De las muertes de mis muertes I

De las muertes de mis muertes
Sueños no húmedos (silencio)

A mi amor lo parió una cigüeña,
A mi sonrisa una arteria abierta.
A mi seguridad la violaron en la zona roja,
Mientras mis gritos se quemaban en el eco.

A mi voz los buitres le sacaron los ojos,
A mis letras las desterro el desierto.
Mis palabras me hunden en cada verso,
Mi desierto se inunda en cada intento.

Mis pensamientos no pueden hacer silencio.
Mi silencio rompe mi silencio.
Revolución Fantástica

domingo, 6 de diciembre de 2009

Cita de Pescetti

"La salvación


No lo consiguió sin lucha, mágicamente, sino de una manera humana, deshilando sus miedos como hebras delgadas y engañosas. Encontrando razones. Con llanto y risa, día a día. Nombre a nombre. Paso a paso. Palabra a palabra. Fantasma tras fantasma. Beso tras beso. Esquina tras panadería, cielo tras nube, nube tras Sol, y Luna, con su abrazo azul de lago en el cielo."

Pescetti, L. M., La salvación en "Nadie te creería", Alfaguara, México, 2006

viernes, 4 de diciembre de 2009

Me coso, total no me quieres ver roto

Me coso, total no me quieres ver roto


Fue y listo,
Fue y no será
Buscaba algo y necesitaba eso
Negado, y a pesar de buscar algo distinto
Probemos lo que me ha funcionado.

Vacua distancia de la mirada
Estupefaciente que impide que "lo bueno" tenga peso
Repetiste lo que más me ha lastimado
Y ni ganas de cambiarlo porque no hay momento de reflexión.

Bótalo, cual pelota, termínalo como si fuera finito
Y entiendo y no comprendo
Ante tanto interés que he visto poco prestado por el ambiente
Y aunque tal vez me equivoque
El mío es tan pobre que prefieres hacerlo a un lado
¿Cierto es, destrucción del infierno?

Recobro tus escritos
Y en mí los aplico
El dolor que manifiestas
Lo hago ahora mío.

Pinto mi raya, has lastimado demasiado
Espera mi estabilidad,
Es cuando he desmantelado
Tanta magnificencia, oh vaya, has desperdiciado.

Y en la historia el hombre ha buscado su camino
Ha encontrado su sentido
Y poco a poco ha anunciado
¡Dios ha muerto, que viva en el olvido!

Si sigo este camino
El que siempre me ha funcionado
Rompe y me rompe
Y por eso mejor opino.

Que yo ni así olvido
Que no soy Hombre, soy Drako la unión de mis dragones
Y aunque uno –Belial- hable
Se hará lo que con todos se ha decidido
Sigo(seguimos) estando abierto(s)
No haré(mos) lo que siempre me(nos) ha funcionado.

martes, 24 de noviembre de 2009

Ahí va mi Drako

Ahí va mi Drako, ahí va


Ahí va mi Drako, sigue tu curso, ten paciencia y no olvides los polvos de hada.

Dejaré que el tiempo me deje permitir correr el tiempo
Reflexión y relajación
Idea sabia que permite crecer en crecimiento
Poder ver desde arriba cosas que no se ven desde abajo
y estando arriba recordar lo visto abajo

Cuando uno ama, romper con esa idea necesita tiempo y esfuerzo, sobre todo si el romper lo rompe, y, si en todo caso, uno no busca romper, como es -oh divinidad- mi caso, entonces es más el tiempo y el esfuerzo, pero no se rompe ni me rompo.

Revolución Fantástica

Y

Y

De cuatro letras
De dos repetidas
De casi la última
De la primera de mi nombre.


"Y" de ¿y qué?
"Y" de "y sin embargo..."
"Y" de "yo"
"Y" de ella.

Yesca no seca
Yunta sin bueyes
Yema sin clara
Yeso no blanco.

"X" de mujer
"X" de indiferencia
"X" de Xäro
"X" de incógnita.

XY:
Ella.

X sin Y:
Yo.


XX
Siglo XX
XY
No es nuestro siglo.

Yomi
SeXY
RefleXión
YuXtaposición

Ya me oculto detrás de un Yelmo
Ra, el sol, me lo impuso
Y antes de Yacer
Yo me Yergo:
Escribiendo, escribiendo, escribiendo….

Apabullamiento Divino
Revolución Fantástica

Flor auriplateada


Flor auriplateada

Singularidad del bloqueo,espera desmantelada
Provocación a Doña Gusana.
Precipitación que es más que un torrente.
Y ante miles de particularidades
¿
qué desazón cubre mi peculiar condición?
¿Qué ocultamiento del ser impide descubrirme?
Pasando por aventuradas olas de depresión:

el velo velado devela la imposibilidad de poder mostrar.
Ruina destajada que pretende poder moverse en edificios pos-estructuralistas.
Esperanza desesperanzada, demolida, fundida por el magma.
¿Esfuerzo nulo?, desaparición de mi pasado inmediato,

unión de mi frontera con el tiempo.
Desvestido ante la demolición
Demolido ante la estatua de la diosa
Paganismo que transgrede la suerte
Suerte de marino primerizo durante tormenta en mar abierto.
Destrozado.
Y sin embargo…
Monumental satisfacción al estar consiguiendo curvaturas en los labios

al reconocerme impotente,
al olisquear reminiscencias del pasado,
al saborear los rasgos que me han sido permitidos guardar por adelantado.
Y sin embargo…
Nunca arrepentido de aventarme a este abismo,

nunca arrepentido de permitirme aprender tal divinidad sexual,
nunca arrepentido de no cejar en intentos, de no botar a la primera;
nunca arrepentido del dragón verde con tres colores.
Al cerrarse una ventana el mundo se destapa:
se destapa a fuerza, sin permitir el no destape;
se permite entrar al relajamiento,
se permite en todo momento descubrirse la cabeza.
Y aunque no estoy de acuerdo
Lo acepto y lo respeto,

y en base al “ya ni pedo”
te regalo este momento.
Serpiente de colores,
Dragón aún encantado,

permítanse el tiempo
de redescubrirse en su pasado.
Gracias por el respiro.

Apabullamiento Divino

miércoles, 15 de julio de 2009

Bosquejo de sentiemientos

Bosquejo de sentimientos

{Introducción}
El dolor en el cambio. Del cambio a la libertad. De la nada al todo: al nosotros mismos.

{De la idea de ser traídos al mundo con nuestras limitaciones y de la interacción con los otros}
Nos traen al mundo vomitados en grupo, tirados al lado de otros, sin ser lo que podríamos ser: simples extras de película de nuestro propio yo, juntos en masa, una masa que no sabe qué ser; con gente igual a nosotros: limitada e imposibilitada; gente que no se sabe, que sólo es sin haber llegado a ser.
Interactuamos en conjunto, con otra forma de percibir nuestro entorno, impedidos durante el inicio por limitaciones de nacimiento, con características incompatibles con los que nos son ajenos. Diferentes. Interactuando. Siempre diferentes e imposibilitados. Siempre interactuando entre diferentes (im)posibilidades.

{De la parte donde se hace notar que existe la diferencia de limitaciones}
De la diferencia nace una idea:

{Introducción al clímax}
El cambio.

{De cuando uno se encierra en el capullo sin saber qué le espera}
Una interacción con el yo que se sale del vomito al que pertenecíamos, que rebasa el estar con los otros, que necesita encerrarse, ocultarse, cambiar en uno mismo y permitir que se produzca algo nuevo, diferente, algo desconocido e impensable, algo que provoca miedo, temor, pavor: algo inevitable. Y nos encerrarnos para cambiar, para vivir con algo interno, aislados de los demás, visibles únicamente a nuestros ojos, a nuestra luz, alejados y diferenciados de las imposibilidades de los otros, construyendo nuestro refugio por medio de lo que somos y nos permitimos, trabajando arduamente para poder entrar y convivir con lo que siempre tendremos que convivir: nuestro proceso, nuestra soledad, nuestros cambios.

{Clímax}
Lo desconocido, la exploración, el empezar a ver cada rincón de nuestro interior. La elevación sublime del asco, del cambio, del choque de la belleza pasada con la que estamos construyendo, del sufrimiento que sentimos cuando desde el interior nos crece algo que creíamos externo.
Observamos con curiosidad y miedo las transformaciones que se empiezan a dar. Chocamos con lo inmediato, con nuestras paredes; nos movemos de manera inconsciente, sin saber qué sucede y qué nos ocurrirá: se nos caen los dientes, de la oreja brotan líquidos extraños, nuestro pecho se abulta, mostramos heridas con pus creando cosas inexplicables, con olores fétidos, nauseabundos. Nos aterramos al saber que somos eso.
Desesperación y odio: aversión a lo que estamos siendo. Aún así: admiración por lo desconocido.
Encontramos un espejo y todas las incongruencias, todas las perversidades y los horrores que mirábamos con asco empiezan a conformar un cambio del todo, del nosotros.
La imagen completa del cambio nos recuerda que somos parte de ese interior, de esa habitación semi-oscura y la reconocemos perfectamente: todas las pequeñeces están creando algo enorme, hermoso y perfecto; las heridas infectadas son sólo una pequeñez que evita la imperfección del cambio y de la transformación, son aperturas en la piel que se están cerrando y dejando una cicatriz que es sólo el recuerdo de lo que pasó; que el cabello caído y los dientes perdidos son remplazados por nuevos, diferentes, bellos: nuestros.
Esos hedores han eliminado la podredumbre y son ahora parte de nuestro perfume: ya no es desagradable.
Todo el cambio en conjunto se vuelve una obra perfecta.
Las lágrimas de dolor se convierten en gotas de alegría.
Somos nosotros. Otro nosotros.

{Desenlace del clímax}
Eres tú. El cambio está listo. Debes salir.

{De la culminación de la metamorfosis}
De nuevo en un mundo distinto a ti donde eres tú quien se encamina hacia un vacío infinito y desconocido. Ya eres y emprendes el vuelo.

Metamorfosis

De lacayos y camastros

De lacayos y camastros

Desenfunda esa espada
y clávala en mi roca.
Permite que te convierta en rey,
que ponga mil lacayos a tus pies.
Cédeme el formar tu mesa redonda:
llenarla de caballeros y piedras preciosas.
Accede a que grite
para que tu nombre suene por todo el reino,
llamarte Dios, Todopoderoso.
Destájame en tu lecho
hiéreme, sángrame, mátame
en tu lecho.
Deja de mí un simple remilgo de carne,
desflora mi suave virginidad:
córtala,
y seca con seda la sangre de tu espada
y arroja mi cadáver a las letrinas
y cúbrelo con cal para que el hedor no te llegue,
para que el sexo no incite a más doncellas a decirte Todopoderoso.
Exprime mi entrepierna húmeda...
¡Calla!
No mujer.
Prefiero clavarle esta espada

a un dragón
antes que a serpiente
tan rastrera
como tú.
Escupes hiel
espasmo de doncella,
blanco más impuro,
perfección imperfecta.
Apestas antes de morir,
hablas más de lo que dices
y tu poder, como mujer, me es inútil.
¡Calla ya de una vez!
Mujer

Serpiente
Que tus palabras perdidas no son dignas de mí...

¡Me excitan!

Apabullamiento divino
Revolución Fantástica

Si tan sólo...


Si tan sólo…

Si tan sólo fuese de aquellos que creen que existe una sola realidad…
Si tan sólo aceptase que existe la evolución y que su nombre es progreso…
Si tan sólo buscase definir mi personalidad y ser algo unificado…
Si tan sólo quisiese conocer mis determinaciones para trascenderlas…
Si tan sólo estuviese buscando la verdad y el método para hallarla…
Si tan sólo creyese en la monogamia como única forma de amor…
Si tan sólo el sexo fuese un trabajo más que hacer para la reproducción…
Si tan sólo pensase que lo que estudio debiera tener un trabajo asegurado…
Si tan sólo mi “rol social” hablase de lo que soy como miembro de la sociedad…
Si tan sólo la comunicación lograse que hubiera entendimiento y comprensión…
Si tan sólo el poder fuese responsabilidad y acción en pro de la mayoría…
Si tan sólo estuviese de acuerdo en que la democracia es la mejor manera de gobierno…
Si tan sólo esperase encontrar el fin último o el principio del
Todo…
Si tan sólo me convenciese de que occidente ha descubierto los caminos: igualdad y libertad…
Si tan sólo respetase la idea de los derechos humanos como parte inherente a la naturaleza humana…
Si tan sólo llenase la cabeza de los educandos para que ellos fueran lo que “deben ser”…
Si tan sólo los padres fuesen la única y última voz que contara…
Si tan sólo…
… no podría…

...................… no tendría las fuerzas…
........................................................… no querría…
.............................................................................… me sería imposible…
...............................................................................................................… no sólo pensarme…
....................................................................................................................................................................… existir

Revolución Fantástica

jueves, 2 de julio de 2009

Pero te conocí (inspiración)


Pero te conocí (inspiración)

A Yara

“Desenterré la daga de mi carne:
La sangre brota, incontenible, furiosa.”
La vida se exilia de mi cuerpo,

mi mente deja de ser;
termina el principio de la muerte.
Sentí necesidad de morir.

Pero te conocí
y no morí en paz,

no morí como quería morir.
Morí con tu recuerdo,
como no quería hacerlo;

de manera diferente a la que elegí.
Con alguien más aparte de mí.
No te sabía y moría feliz

pero te conocí
y ahora no entiendo por qué ya no quiero morir,

no entiendo por qué morí.

Apabullamiento Divino
Revolución Fantástica

domingo, 11 de enero de 2009

La frontera del enfoque


La frontera del enfoque


Abro los ojos y veo lo que vi con los ojos cerrados.
La visión nublada empezó a volverse cada vez más nítida, los contornos se delineaban de una manera sagaz y exacta dando lugar a una provocación visual distinta a otras que anteriormente saltaban a su memoria, sus recuerdos se pronunciaban a partir de evocaciones distantes, de miradas borrosas y disonantes.
Aquellas áreas de colores iban marcando su frontera y al hacerlo se distinguía perfectamente lo que cada una sugería, lo que cada una nombraba. Pudiera ser por eso que la definición se anclara en su mente y que pudiera verla cada vez que su deseo lo quisiese.
Este conjunto de resultantes produjo en un futuro pasado que el concepto se repitiera, que "lo mismo pero diferente" fuera una constante específica en la reconstrucción del sueño que arremetería contra él desde la primera vez que su inconsciente consiguió formarlo.
Al principio sólo distinguía tres colores: azul, café y blanco.
El café cubría todo el fondo, había una mancha borrosa en el centro; el azul pertenecía a la parte inferior de la mancha y el blanco a la superior. Se veía como a través de un lente desenfocado, como una visión que no alcanza a hacerse plenamente visión, como algo que puede ser pero que no es en ese momento, como cuando al tener la conclusión se entiende el primer paso, pero que únicamente teniendo el primer paso se ignora completamente la única solución posible y se está en la posibilidad de que sea cualquier cosa; se permite porque existe la duda y no se han escogido los caminos o las opciones necesarias para llegar a la conclusión definitiva. La mirada comienza a enfocar y de esa mancha se distingue una figura alargada. Las posibilidades se acortan.
El ojo se adapta un poco más a la situación del momento. El color café se empieza a ver de distintas tonalidades; el azul busca sombras y el blanco deja de ser un círculo para volverse un cuerpo irregular donde diminutas manchas oscuras impiden que el brillo deslumbrante de la combinación eterna de la luz siga siendo eso. Ya no puede ser otra cosa distinta a lo que es ahora y lo que sigue adelante.
Una adaptación más meticulosa empieza a distinguir que en el cuadro existe profundidad: los cafés de distintas tonalidades pertenecen a una composición de objetos que conforman una especie de puesta en escena vista desde arriba donde la perspectiva poco a poco va detonando lo más cercano para distinguirlo de lo que está en el fondo; el color azul tiene divisiones que hacen notar que existen otros colores dentro de esa gran mancha azul anterior; el blanco disminuye su posible superficie y se alimenta de un color distinto en el borde superior. Se puede empezar a tener una idea de lo que probablemente vendrá, una idea con ciertos límites.
La observación es más precisa. La anterior mancha del centro es un cuerpo arropado, está de pie y mira hacia el frente en la imagen compuesta, tiene un brazo apoyado en "un algo" café; por las dimensiones se puede adivinar que la ropa es voluminosa y que es portada con cierta coquetería. Las fronteras se ven cada vez más cercanas.
Se marcan los contornos aparentes. La figura es definitivamente una mujer de piel blanquísima; su cabeza lleva el cabello suelto, el vestido se nota y se puede ver que es un estilo antiguo, es más ancho de la parte inferior y deja los hombros a relucir; su brazo y, más específicamente (ahora se sabe) su mano, está sobre un barandal; las dimensiones coloridas en tonalidades cafés del fondo corresponden a distintas profundidades: la más oscura es el suelo y las paredes que están debajo y detrás de la figura correspondientemente; las tonalidades más claras son de unas escaleras que se encuentran en la parte lateral izquierda y al inferior del cuadro. Por la manera en que las escaleras desaparecen se puede imaginar que seguirán subiendo a manera de caracol, en una espiral permanente. La chica está siendo vista desde arriba, desde lo alto de las escaleras, justo entre el primer y el segundo piso; la forma en que está parada muestra que mira hacia arriba y que, por lo tanto, tiene el cuello estirado (jamás podremos verla de perfil ni de frente). Lleva los brazos desnudos y seguramente sonríe. Las opciones, aunque limitadas, aún pueden ser infinitas.
La frontera salta a la obviedad. Es joven, de unos 21 o 22 años; su cabello es más claro que castaño; las tonalidades ascienden a millones y se puede ver que los tres colores principales de la obra se han ramificado de manera increíble y que ahora, aunque predominantes, son una minoría a comparación de la multitud de matices distintos que marchan sobre la imagen. Está sonriendo, sus labios son rojos, encendidos, y construyen una sonrisa sensual, sin excedentes, exacta; sus ojos son oscuros y miran profundamente, a un punto fijo, no se mueven; su mano ya no sólo está posada sobre el barandal, sino que lo acaricia de manera levísima; el vestido tiene un decorado sencillo, muestra sus hombros blancos y tiene un escote que sobrepasa ligeramente sus pechos de tal manera que se ve una oscuridad perdida entre ellos; tiene un cruzado en la parte del abdomen que permite que el vestido se ajuste a su cuerpo; la parte de abajo de su vestimenta es amplia, recuerda a las cortes en fiesta durante los banquetes de la nobleza francesa en el siglo de "su" revolución; las escaleras están siendo iluminadas por una luz que se encuentra justo arriba de donde es observada, por lo tanto las escaleras más cercanas a sus pies tienen menos iluminación. Lo único que separa lo vulgar del acercamiento con lo perfecto de la realidad son los milímetros de las fronteras, milímetros utilizados por Kundera para entablar fronteras, la frontera que en este caso es “la distinción de”.
Afinando se logra sacar de los instrumentos el sonido que “debe ser”, el sonido perfecto, el que corresponde a la realidad de la nota. Afinando la mirada buscamos encontrar la realidad de lo visto, la posibilidad de que eso mismo se desarrolle creando el sueño que sirve de modelo para las repeticiones subsecuentes.
Su cabello, con distintas tonalidades debido a su evidente pigmentación no natural, está recogido hacia atrás pero suelto, ella cuidó que tuviera la posición que tiene en ese momento, cuidadosamente dejó que estuviera suelto, específicamente permitió que tuviera un desorden que únicamente ella admitía, algunos cabellos se revelaron contra ese orden impuesto y por lo tanto decidieron volar libres o golpetear su cara de forma rítmica durante todo el tiempo que ella se los permitiera; sus ojos transmiten seguridad pero a la vez nostalgia, las líneas que van del centro del iris hacia el exterior contrastan de manera tajante con el blanco que rodea el circulo oscuro que posee colores amarillos, cafés y dorados, tiene cierto brillo de “estar llegando a un lugar pero aún encontrarse extremadamente lejos”; sus orejas tiene dos pendientes, pequeños, cada uno de color plateado, pequeñas esferas de las que se desprende una cadenita, tan sólo un hilillo, de plata que se mece como la cabeza de una persona al estar recibiendo un masaje que lo sumerge en un vaivén de las olas de su propio deleite sensorial; sus labios son rojos, brillantes debido a que se aplicó algún producto que ilumina de manera contrastante esas dos franjas que, si bien sonríen, se entreabren en el centro y mantiene pagada la piel más alejada del centro de la boca, el brillo que produce el producto aplicado se junta con la baba que proporcionó la lengua al haber humedecido esa piel distinta que diferencia la cara de la boca, es un brillo jugoso, fresco, llamativo; en el cuello lleva un collar de plata del que cuelga una piedra azul transparente no más grande que un botón; su vestido tiene un encaje blanco justo donde termina el escote, la tela se apoya un poco debajo de sus hombros y su abdomen está decorado con bordados de un ramaje curvo del que nacen distintas florecillas y hojas acomodadas en un color azul más brillante, un azul eléctrico, se juega con los reflejos que pueda dar la luz en la manera en que los bordados están acomodados; en la parte baja de la cintura se puede ver que las ramas dan frutos plateados y rojos brillantes, son pequeños pero proporcionan una diferencia que es apreciada de manera inconsciente, tiene pliegues y es ligeramente amplia; las mangas le llegan apenas arriba del codo, tiene guantes blancos que llegan hasta la mitad del antebrazo, éstos poseen también bordados en blanco y algunas líneas doradas casi imperceptibles que forman trazados caprichosos en toda la superficie que envuelve su mano; la piel que se creía blanca se distingue del blanco impecable de la tela y hace que se acerque a una tonalidad más humana, sin embargo, el contraste entre el azul de su vestido, el rojo de su boca, el oscuro de sus ojos, la iluminación del lugar y el mismo blanco de la tela, le da una textura de mármol vivo, de escultura viva. El barandal tiene un grabado que parece rococó; las escaleras son de maderas preciosas y el suelo es una duela a la que se le da un perfecto mantenimiento. Ella se encuentra aún en la planta baja, está del lado contrario de las escaleras, no ha puesto un pie en algún escalón, únicamente está viendo hacia arriba. Sólo se es lo que se es. Las posibilidades son nulas en cuestión de imagen. El olor posible que despide, el sonido o ruido que quizás produce, el sabor imaginable que puede tener y el tacto extenso que su contacto provoca, es, todavía, infinitamente infinito. Y a pesar de eso, ha eliminado infinitas posibles formas de percepción que se adecuarían a lo que hay.
Así se le apareció ella en su sueño, se le apareció en un continuo fluir de abajo hacia arriba, como tratando de subir flotando, burlando las escaleras, volando, rompiendo su pesadez, siendo una con el aire.
Así abrí los ojos, así desapareció de la nube.
Cada vez que la sueño, la posibilidad es única, ella misma con vestido azul burlando las escaleras y queriendo flotar.
El concepto está dado.
El matiz del sueño es el que varía.
Alguna vez es un vestido de confección árabe, alguna otra un vestido de playa con sus piernas sobresaliendo, de repente aparece con un vestido diminuto y pegado con una textura plástica que alimenta todo el kitsch del mundo, luego con un vestido más serio, una que otra con un vestido de novia rasgado de la parte de las piernas, espontáneamente con un tutú y mallas. Siempre azul, siempre eléctrico. A veces sin guantes, a veces con guantes negros, o con las manos pintadas. Siempre apoyada en el barandal, en la parte exterior de las escaleras. A veces en un salón enorme con escaleras de mármol, otras en el patio de una vecindad con escaleras de piedra, esporádicamente en un cuarto con muebles pop y escaleras de metal sesenteras. Siempre escaleras, siempre en el primer piso. Siempre blanquísimo, siempre labios rojos. Siempre azul eléctrico, siempre vestido. Siempre el brazo apoyado en el barandal, siempre fuera de las escaleras, siempre flotando.
La vi: el mismo cabello, los mismos labios, los mismos ojos, la misma piel, la misma textura, la
misma complexión.
Me acerqué. El mismo enfoque, el mismo acercamiento, la misma curiosidad, la misma emoción.
Le hablé, la conocí. Distintas respuestas. Difería en la ropa que usaba, le gustaba vestir de rojo no de azul; no vestidos, siempre pantalones.
La vi flotar. No en una nube, sino en su propia mente, en su personalidad, en su propio ser.
Le pregunté. Me sorprendió. Los labios generalmente no se los pintaba, pero si lo hacia, era sólo de un color. Azul.
Azul eléctrico.

Revolución Fantástica