miércoles, 30 de abril de 2008

Llévate tus flores, aún no estoy muerto


Llévate tus flores, aún no estoy muerto

Toma ese ramo de Rosas rosas con las espinas cubiertas de sangre, aún no es la hora de mancharme.
Toma esos Alcatraces blancos que me deslumbran, no quiero ver la fragilidad de sus tallos.
Toma esas Zapatillas de Venus, ¿qué no sabes que esas orquídeas están en peligro de extinción?, no quiero identificarme.
Toma esas Margaritas amarillas que se marchitan si no tienen agua, no quiero preocuparme por eso.
Toma esas Lunarias planas que sólo tienen dos dimensiones, no quiero pensar que alguien las aplastó.
Toma esos Narcisos chromacolor hermosos que me enamoran, no quiero perderme en ellos.
Toma esos Tulipanes de colores vivos, en inglés se les llama "tulips", que no ves que mayo es su último mes, no quiero que por mí dejen de disfrutarlo, que dejen de estar en el cuadro de Monet con ese bello molino de viento al fondo.
Toma ese Nenúfar perfumado de la tinaja, no quiero que los mosquitos vengan pensando que es un estanque.
Toma esas Flores de cuchillo pequeñas, su otro nombre me recuerda que los Hombres gustan de cazar a los Dragones.
Toma ese hermoso Agapanto azul eléctrico, recordar que significa la flor del amor hace que deseé ser uno con ella.
Toma esos Dientes de león llenos de pelusa, imagino que al estornudar destruiré su belleza.
Toma esa Flor de lis roja, signo del honor, de pequeño le tenía miedo a los lirios de la laguna, me asusta, no quiero pensar en los scouts.
Toma esos Girasoles enormes, será triste verlos en la noche todos dormidos y yo no puedo conciliar el sueño, me sentiré solo.
Toma esas Amapolas rojas, me recuerda a mis adicciones, a todo lo que nunca pude controlar.
Toma esas Nebulosas tan delicadas con nombre de algo que te gusta, pensar en Azucenas de mar hace que mi mente sepa que nunca fui a España nisiquiera a Europa.
Toma esos Hibiscos surfers, no quiero pensar que no volveré a bailar contigo, que no romperemos las olas juntos.
Toma esas Violetas por último, el darme cuenta de que eres tú representada en ellas me llena de ánimos y no estoy listo para vivir sin ellas en caso de que se marchiten.
No quiero que se sequen y todo quede ahí como un simple símbolo
No te quiero a ti en flores
Las flores se marchitan
El significado ¡nunca!
Quiero a las flores en ti
No traigas flores
Llévatelas, aún estoy vivo.

Letargo Fantástico
Revolución Fantástica

Mi demonio


Mi demonio
(Belial)

Rostro inescrutable, ¡maldita maldición!
¿Cuánto tiempo se necesita para crecer?
¿Qué es eso de conocerse a sí mismo?
Un dragón no sabe las respuestas.
Drako quiere hablar.

Siempre evito las crisis, prefiero resolverlo antes de que llegue a un punto que me pueda tumbar.
Alguien me dijo que no era bueno eso de madurar, porque lo que continua es podrirse. No lo creo, considero que lo que le sigue a lo maduro, es que se lo coman, esto quiere decir que si no es comido entonces es algo desperdiciado, por lo tanto lo maduro es lo que da energías, lo que sirve, lo que "funciona". Ni lo in-maduro, ni lo pos-maduro sirve.
Entonces entramos a una idea de que nosotros servimos sólo si en lo que somos nos aprovechan.
Pero ¿cómo lograr llegar a este punto?
Construcción personal.
Movilizándonos en nuestro querer ser para encontrar la ruta que vamos a seguir.
Ciertamente esto conlleva a una idea de auto-dirigirnos a un idealismo creado por nosotros mismos.
Para autoabastecernos, el medio ambiente en el que nos movemos es importante, pero no sólo eso, sino la literatura, el arte, la realidad escrita, los diferentes puntos de vista. La historia.
Todo esto nos lleva a pensar en que al tener una forma de ser construida por nosotros se elabora una moralidad en la que nos movemos, dicha moralidad va a ser parte de nuestra lógica de pensamiento, la lógica en la que nos movemos y actuamos.
Aquí hay que poner atención, puesto que la mía tiene que ver con la idea de ser maduro para servir a los demás, la idea de crecer para después proyectarlo sin necesidad de pensar que eso debe de ser la idea que todos adopten.
Mi camino es la Revolución Fantástica, el implementar un pseudónimo que resalte lo que quiero resaltar. Lo que quiero hilvanar, lo que voy a integrar después de una desintegración premeditada.
Al tener una lógica de pensamiento de acuerdo al ser que soy, al yo participante de la acción, y al yo que participó en la acción, como ente que existió y que por lo tanto existe, puedo cerrar los ojos y pisar terreno sinuoso a sabiendas de que a pesar de las cosas terribles que puedan pasar, voy hacia mi objetivo, hacia mi ideal.
La idea de Lois del ser humano adoptada por mí, tiene que ver con el deseo de no lastimar al otro; la idea de Lestat ante el humano es dejarlo libre y ver hasta donde puedo llegar y hacer lo que uno quiere de acuerdo a lo que acepta, dudar y protestar (a pesar de que mi voz la callo yo mismo); la idea de Armand es el verme bajo una moralidad y sólo en esa moverme, esa que puede ser cambiada y a la que mi moralidad se adaptará; la idea de Marius, el ver la hermosura y el respeto a los demás; la idea de Gabrielle, la hermosura de la naturaleza; Pandora, belleza en lo que puedo destruir, el amor ante todo; Maharet, cuidar lo que es mío, para que trascienda.
Interminables conexiones nerviosas que nos llevan a construir y a ser.
Y es que no puedo aceptar las cosas sólo porque me las digan, las necesito pasar por un filtro personal para adaptarlas o comprenderlas.
Si vemos a los demás en su lógica de pensamiento, veremos que lo que hacen va de acuerdo a una moralidad, a una idea de como debieran ser las cosas.
Ver la lógica de pensamiento nos conlleva a poder aceptar y respetar al otro.
Mi bronca es que muchas veces no lo tolero, me quedo en la frase de "comprenderlo todo no quiere decir perdonarlo todo".
Pero la ruta está trazada, la tolerancia la construyo después de la aceptación y el respeto.
Al fin y al cabo, termino siendo como Lestat.
Quiero que me digan lo que soy, lo que ven de mí, porque eso quiero ser, me hace ser tan yo: "Soy un perfecto diablo. Dime lo malo que soy. ¡Me hace sentir tan bueno!" (Lestat a Lois, en "La reina de los condenados", Anne Rice).

Revolución Fantástica