domingo, 26 de octubre de 2008

Colores en blanco y negro

Colores en blanco y negro
A los engranes, por la música repetida que explotó el 17 de octubre

Estaba en el viaje, entrando, caminando, las líneas se dibujaban delante de mis ojos, la gama de colores oscilaban entre el blanco y el negro: todos los colores visibles e invisibles, cada uno lleno de información, números binarios danzando entre ellos, creando y recreando.
Había una idea fractálica, infinita, cada momento tiene su yo a lo grande y su yo a lo pequeño, su yo multiplicado construyendo distintos yo's similares entre sí.
Lo abstracto y lo práctico, lo general y lo particular, lo objetivo y lo subjetivo.
Cada sentido, cada persona, cada grupo, cada partícula, cada imagen, cada pensamiento, cada existencia, cada inexistencia, la realidad y las realidades.
El olfato percibe ciertas sensaciones, olores. Los olores están compuestos de un olor general, del general al particular, miles de combinaciones construyendo otras más, perfectas, espectaculares, exactas.
Exactitud buscada por el conocimiento, por la realidad.
El mundo huele de una manera particular, está compuesto del olor de sus particularidades, de la selva, de las selvas, del desierto, de los desiertos, del mar, de los mares, de los continentes, del árbol, de cada árbol, de cada raíz, de cada hoja, de cada pez, de cada hueso, de cada unión, membrana, átomo, electrón. Olor construido y modificado a cada momento, en cada segundo, la conjugación de olores en el tiempo. La diferencia de olores por segundo se reúne en el olor diario, en el olor anual, en el olor absoluto.
La escuela inglesa -guiándome solamente por Newton- debate con la francesa -pensando sólo en Descartes- la idea de lo absoluto y de lo relativo. Lo absoluto (Newton) es lo divino, lo que incluye a todo, lo creado por Dios, piensa que Descartes únicamente ve lo relativo, lo mundano, lo que subjetivamente, ligado al hombre, existe.
Por lo tanto lo absoluto está compuesto por relativos, el hombre ve los relativos y sobre particulares construye la verdad. Su verdad.
Los olores se descomponen en millones de olores y estos se relacionan con otros sentidos, con otras realidades. Cada persona lo nota de una manera diferente, cada uno asimila el olor en sí de una forma subjetiva y la transforma en objetiva para comprenderla, por lo tanto acomoda la realidad percibida sobre la que le conviene, sobre lo que le acomoda.
Al unir los sentidos, el tacto experimenta algo parecido, el sentir del todo es algo general compuesto por sensaciones específicas; el sentir algo con el dedo no es sólo lo sentido por el dedo sino lo sentido desde la yema hasta el cerebro pasando por cada lugar específico en la conexión entre la sensación y lo sentido, hecho que nos lleva a una percepción de igual forma subjetiva que se asemeja a la del olfato (Olfato = x, Tacto = x), el mismo resultado, la misma conclusión, diferentes métodos, distintas dimensiones. Diferente.
La ciencia es una manera de sentido común, con ella se legitima la verdad y gracias a ella se construye la manera de ver una verdad. El sentido común se basa en una lógica, con o sin sentido, y al crearse esta lógica se forman caminos para ver lo que se quiere ver o lo que la lógica te lleve a ver, entonces la realidad (vista desde lo lógicamente construido) se relaciona con la explicación, con el sentido común. La ciencia.
Y el oído percibe distintas ondas que constituyen sonidos, sonidos semejantes, sonidos identificados como iguales pero que viven en su individualidad de espacio–tiempo.
Regresando a la exactitud, la matemática, parafraseando a Heidegger, es algo creado por el hombre que representa la exactitud del mundo. El mundo es exacto, por eso los números, al menos en la concepción general del hombre, son también exactos.
Al tener un movimiento sonoro se identifica el sonido como algo general, algo que proviene de un mundo ya conocido de cualquier cosa, pero es la combinación con otros elementos la que los cambia, rompiendo con el absoluto de “tiempo” que ve la física clásica. Cuando una piedra cae lo hace de una manera de acuerdo a la fuerza que actúa sobre en ella y no importa su tiempo relativo, si se imprime la misma fuerza y la misma dirección se comportará de igual manera, trascendiendo el patrón de lo específico y lo relativo para alcanzar lo absoluto y real. Lo exacto.
El sonido lo podemos comparar con una explosión: cada onda como movimiento va a repercutir en su espacio “no yo” vecino inmediato provocando nuevas vibraciones que, a su vez, construirán lo mismo llevándolo al infinito, a la realidad fractálica.
Diferente a la exactitud fractálica, puesto que la construcción matemática trasciende la realidad perceptible.
La matemática representa la exactitud de lo que ya no es posible representar como exacto.
El discurso de legitimar la verdad ya no tiene verdad que legitimar; y las líneas continúan rompiéndose, adoptando formas, formas que crearán otra forma única, con formas compuestas por formas y que harán nuevas formas.
Millones de formas para nunca saber cuál es la forma final o la forma primera.
Y las imágenes son instantáneas: fotos del momento, fotos tomadas por lo que se ve, instantes microscópicos que se articulan en una fotografía general e infinitas particulares. Con esto podemos construir movimiento estático, movimiento en la unión de las fotografías instantáneas, siendo que en un instante preciso se puede ver el movimiento de un paso sin que haya un paso realmente creado. Sin embargo, al unir todas las especificidades, podemos encontrar las que constituyan el paso y, por lo tanto, ver la animación en una pausa total.
La visión, lo ocurrido, el olor, lo sentido, se configura en una alianza que hace que se sea lo que se es en el momento indicado, dejando abierta la oportunidad de que sea cualquier otra cosa. Dejando libre la gama de dimensiones, pudiendo ser lo que no se es.
El mundo es un mundo de mundos.
El sexo es un sexo de sexos.
El concepto es una ambigüedad del “sí-mismo” catalogado por una generalización de lo particular.
La roca es una roca de rocas.
La roca como concepto está construido por el “sí-mismo” pensado arbitrariamente que se edifica por las rocas en su totalidad.
La frontera de las rocas es amplia y por lo tanto se especializa.
La ciencia es el concepto, no todas las investigaciones; por lo tanto, la ciencia se fragmenta y ese fragmento se divide, y esa división se especializa, y la especialización ve el mundo en base a metodologías y teorías, y esas metodologías y teorías son usadas por particulares específicos que ven lo que quieren y necesitan ver.
Y el viaje es lo que se ve en una cámara, en un estudio de filmación, un close up, un alejamiento, un uso mágico del zoom.
-Habla más, nos gusta oírte… para reírnos.
La imagen que se forma hasta el “oírte” es de un personaje de pie en un escenario que tiene el piso de parquet, luces que nacen desde abajo, con inmensas cortinas rojas a los lados abiertas de par en par, la orquesta tocando, un público, enorme, de pie, aplaudiendo desde sus butacas.
Esplendor.
Clímax.
"Para reírnos."
Un hoyo de gusano; un alejamiento de la cámara. El pensamiento muere. Un payaso sentado en un escenario negro con cortinas blancas, el suelo está medio despintado, las cortinas un poco raídas; sentado en una silla plegable, gris, de esas que rentan para las fiestas de pueblo en las primeras comuniones. El público callado, viéndolo, toses que golpean el silencio, el reflector de lleno en su cara. La cámara cambia de ángulo y se ve la nuca del payaso, el reflector de frente deslumbrando, reflector blanco en contraste con el fondo negro, con la gente sentada; en sus mejillas se ven gotas de sudor, han llegado desde su frente, el cuello muestra pintura corrida por la humedad de su cuerpo, por el calor que éste provoca.
Su traje es negro, su cabeza lleva un sombrero. La cámara gira, se ve de frente, tiene los dedos entrelazados, sus ojos paralizados, su boca torcida hacia abajo.
Una sonrisa es parte del maquillaje.
¡Está triste pero siempre sonríe!
Es su “sí-mismo”.


Revolución Fantástica

lunes, 15 de septiembre de 2008

Acción-Reacción


Acción-Reacción

Salió del salón, caminó hasta el estacionamiento, abrió la puerta de su carro.
Explotó.
Regañar a sus alumnos en clases le había costado la vida.



Revolución Fantástica

domingo, 14 de septiembre de 2008

Nivel 26


Nivel 26

N
Sí. Sííí, sííííííí, sííííííííííííhhhhhh
Noooooooooooooooo.

I
Fue en ese momento cuando comencé a correr: el aire frío tocaba mis órganos expuestos a la intemperie, el soundtrack de mi vida seguía avanzando, los motores, los gritos, la electricidad zumbando, las ondas de radio flotando por el viento de manera invisible.

II
La restitución permanente de dolores imperceptibles acomodaban la naturaleza misma en tejidos desmembrados que parecían aligerarse ante los pasos sofocantes que se estrellaban sobre los charcos nuevos de la noche, la suciedad que residía en los múltiples ecosistemas microscópicos se iba mezclando en mis agujetas desamarradas, la vivacidad de las gotas cayendo enjuagaba la sangre de las vísceras que salían de mi vientre.

III
Era como un aborto mal logrado, parte viva de mi ser estaba saliendo por un lugar poco convencional, la mierda escurría de mis intestinos.

IIII
Media mierda: porque el proceso no estaba completo. Comida un poco triturada, que apenas estaba siendo absorbida por mi cuerpo, era la que iba dejando rastros en el pavimento mojado. Comida más mierda.

V
Cámara lenta
La mierda salía e iba bajando mientras mis músculos se empezaban a mover al mismo tiempo que el pie absorbía todo el peso y las ondas de movimiento se esparcían por la ropa y la piel, el hueso parecía comprimirse de manera infinitesimal y la mierda continuaba cayendo, hasta que se encontraba con agua que salpicaba parte de su "sí-mismo" en la relación del "sí-mismo" de la mierda, ambas producía nuevas figuras completamente irregulares que iban girando sobre un eje invisible que, por medio de la fuerza centrífuga, formaba una especie de hélice.

VI
Cámara rápida
Caminó en línea recta hasta la avenida, sus vísceras colgaban y los carros no lo dejaban pasar, en un parpadeo logró pasar por la línea de peatones, llegó a su casa y se desplomó en la cama.

VII
Teléfono
Suena y suena; los timbres no permiten que escuche su propio pensamiento. Está acostado, a punto de desmayarse, observa el techo y suelta un gemido, escupe y maldice su puta suerte.
Responde, las palabras se entrecortan, no puede expresar lo que le pasa por la cabeza. Número equivocado.

VIII
Se termina su vida.
Grita.

IX
Cierra la ventana y apaga la computadora. De nuevo son las 4 de la mañana y al otro día entra a las 8.

W
Maldita suerte, no puedo pasar el nivel 26.


Revolución Fantástica

martes, 22 de julio de 2008

El número es 60


El número es 60

Y la mente parece como miles de explosiones a la vez, miles de pensamientos, como en una carrera en donde los 60 (necesariamente en números y no en letras) carros que compiten se encuentran en el centro de la pista y explotan al chocar. Como la letra de una canción que conecta las neuronas en tormentas eléctricas diminutas e iluminan el cerebro. Escuchando lo que nadie oye: el viento, la gelatina, el verde y el azul. Revólver en la sien con una sola bala, jugando a la ruleta rusa. La la la la lara lala, la la la la lara lala. Calcetines con hongos, apestosos y revueltos con la ropa interior. Como venas sangrientas palpitando en el cuello, despertando sueños vampíricos. Ranas saltando o croando en un estanque involuntario o cicatrices de piquetes de mosco por tanto rascarlas. Teclazos de conexión irreal para concretar citas reales para solucionar problemas mentales autocreados y destituidos. Señuelos lanzados en un tinaco verde montado en una casa azul. Y los colores desaparecen por momentos para recordarlos bajo una mirada o recuerdo propio del color. Defendiendo lo aprehendido, defendiendo lo escuchado e incluso lo comentado. Madre e hijo mezclados en una plática emocional creada por choque de visiones y puntos de vista. Silencio contra ruido, ruido para eliminar al silencio, relación de sujeto-objeto entremezclado en la dominación del sujeto ante el objeto. Espacio vacío que es intentado llenar. Chupo mi cigarro. Escritos no realizados pero pensados y de una manera olvidada, que su realidad como ser, ya no es. Sartre, Kundera, Siouxie, Rice, García Márquez, Polanski, Doyle, Goffman, Marx, Sabina. Otra vez el verde y el azul. Tomo mi cerveza, prendió el porro. Perforación, greña, semen, NADA. Y miles de explosiones, miles de pequeños golpeteos de botones cayendo al suelo para formar la cama más grande de botones. Recuerdos.
La tienda.
Rodeado de telas de miles de colores, el rojo y el amarillo juegan con el verde y el azul, el negro amamanta al rosa y el morado baila con Violeta (sí, faltó "el" porque es Violeta, no el violeta), las demás estampadas con agapantos y rosas se estiran durante toda la canción de 19 días y 500 noches, abarcan las paredes y la tienda se desacomoda, se arruga y se deja caer. La cama. Formada por las telas y el "pix-pix" mágico (siempre el recuerdo), el suelo desnudo y blanco. El techo se abre y caen los primeros botones, las primeras explosiones, rebotan y vuelven a caer, y rebotan de nuevo. Movimiento. Electricidad. Y caen más y caen otros, y se llena y resulta ser la cama, enorme y repleta de botones. Relleno de botones. Guerra de botones. Descanso de botones. Mentiras de botones. La posibilidad de abrir y de cerrar. Clavado.
Es la posibilidad de ser lo que se quiera. Las noches son de bodas y las lunas de miel. Discípulo de Sabina, hijo posmoderno, tristemente etiquetado por una estúpenda (sí, estÚpenda) idea de ser el reflejo de la historia de la humanidad. Ego presente.
Explosiones redondas y cuadradas, risas ahogadas y garganta que no sabe que sacar.
Quiero silencio y no lo encuentro.
Sueño quizás, los sueños dicen que no corte mi cabello.
Completo y totalmente entregado. (¿A qué?, no lo sé).

Revolución Fantástica

miércoles, 21 de mayo de 2008

Ojos en blanco


Ojos en blanco

Tumbado en la cama del hospital las correas presionaban sus muñecas, sus tobillos, su abdomen.
Quería levantarse, sentía la necesidad de hacerlo, había estado mucho tiempo recostado, Verdi en la recamara, "Va, pensiero, sull'ali dorate", y la neceisdad de levantarse, la presión de las correas, el grito ahogado de su garganta, la voz grave de la ópera, los ojos desorbitados, el dolor quemándole las venas, los bazos reventandos, el cuello estirado con las venas marcadas, ojos inyectados de sangre, sudor en la frente, miles de voces en la música. Enojo concentrado.
La idea romántica de la ópera, los cambios repentinos, felicidad mezclada con el placer de la liberación, felicidad de la esclavitud porque promete estar libre.
Espuma por la boca, ojos en blanco, puños apretados, doctores llegando, apretándolo contra el camastro, dándole toques, inyectándolo, durmiendo.
Volando con las cuerdas del violín, elevándose con los tonos del tenor, durmiéndose cuando necesitaba estar despierto, dejando a todo fuera, recordando a Kundera en su idea de lo insoportable de su levedad.
Está acostado, en el fondo hay unas flores y le sale sangre por la nariz.

viernes, 9 de mayo de 2008

Circo


Circo

Colores, alegres colores.
Colores, tristísimos colores.
Boletos relucientes, boletos impresos con tintas mágicas que aseguran una noche inolvidable, boletos de papel, de papel reluciente y limpio, boletos para entrar al mundo fantástico, con letras grandes y llenas de energía verdadera, boletos reales en su mano, en esa mano deseosa de aplaudir cuando salgan las maravillas del circo: animales, payasos, trapecistas, contorsionistas, fuego y diversas pizcas deliciosas de una magia de ensueño.
Boletos, descoloridos, arrugados, boletos tristes, de mala calidad, simples papeluchos, boletos desechables y apestosos, boletos que deprimen y prometen una noche de hastío, aberrantes momentos sin chiste, boletos con letras que sólo demuestran el deplorable aspecto del circo, boletos inventados, inventados para esa mano, mano desdichada y solitaria, con indiferencia ante las burdas actuaciones, mano que tendrá que palmotear sin ritmo y por puro compromiso, mano que jugará con las tablas de la grada para no tener que darle una gran ovación a tan pobres representaciones de un circo sin color.
Fila larga, llena de niños sonrientes y deseosos de incrementar a su memoria momentos felices, niños excitados y con los brazos atiborrados de comida para disfrutar el espectáculo. Vendedores de algodón dulce, refrescos, palomitas, perros calientes y confitería. Fila llena de expectativa, de niños impacientes con sonrisas naturales y bien formadas. La función está por comenzar.
Fila corta, sin alguien que realmente esté ansioso por entrar a la carpa maloliente. Sólo hay un vendedor cuyo producto son cervezas. Dos hombres sumamente borrachos están delante de él, llevan, en una bolsa de papel, una botella que expide un claro aroma de alcohol barato. Una pareja detrás de él necesita el lugar sólo para poder manosearse de una manera desesperada y poco apasionada. Una fila vacía, sin alguna gota de color que le imprima un deseo para disfrutar el grotesco espectáculo por el que pagaron. La función, por desgracia, pronto iniciará.
La fila comienza a avanzar, poco a poco se va adentrando a un lugar místico y lleno de esperados secretos. La fila sigue avanzando, se acerca al primer telón y se escuchan las palabras de dos personas vestidas de una manera elegante y divertida diciendo que lleven los boletos en la mano, que los tengan listos, que más adelante los acomodadores los llevarán a sus asientos. La fila sigue avanzando y pasa el segundo telón donde el grupo se empieza a dividir en partes que son hábilmente conducidas hacia la sección que marca el boleto que cada uno lleva entre sus dedos. La silla está junto a una familia de cinco personas. El lugar está alumbrado y las pantallas encendidas, la cámara va recorriendo las distintas butacas y captura gestos y acciones que son mostrados en las pantallas de enfrente. Hay ocasiones en las que todos ríen, otras en donde la gente voltea y saluda. El vendedor de tubos luminosos, lamparitas para el inicio del espectáculo, muestra sus productos que son recibidos con gran emoción por los niños pequeños. Es un momento lleno de felicidad.
La fila se mueve. La carpa tiene una especie de cortina que deja salir aromas de animales y de sudor. Detrás de la cortina, cortina de putero, está una persona gorda con traje ajustado y viejo, lleva tirantes rojos sobre una camisa blanca que tiene los dos primeros botones desabrochados. El saco lo ha dejado en la silla. Al extender el brazo para romper los boletos se puede observar una gran rueda de sudor que nace de las axilas, después de observar a los futuros espectadores, y obsequiarles una mirada hosca, abre la segunda cortina y los deja pasar. El piso de tierra levanta polvo, sólo hay una entrada a la que los pocos de la fila se dejan llevar movidos por un impulso irreal. Las tablas de las gradas están rayadas y sucias, son incomodas y tiemblan cuando alguien camina sobre ellas. Dos de tres reflectores apuntan hacia el centro de la pista, el otro ilumina una cortina por la cuál saldrán los entretenedores de ese público poco numeroso. El tercer reflector titubea hasta que una persona del circo le da una patada y deja de dar la luz intermitente. Nadie sonríe, los borrachos siguen bebiendo, la pareja ha comenzado a besarse de manera grotesca, algunos espectadores están dormidos, dos chicos fuman, un hombre parece que tiene la mano dentro del pantalón, una niña llora y le jala la ropa descuidada a su mamá, una mamá que por la apariencia muestra que es golpeada por su marido y ahoga sus penas en alcohol, un hombre orina debajo de las gradas, los demás espectadores son de diversas maneras, pero la mayoría tienen una pinta de haber salido de una construcción. Es un momento como cualquier tarde gris.
La música comienza, niños emocionados gritan, pues creen que el espectáculo está comenzando. El lugar está lleno. La música juega con los oídos, armoniza con el ambiente. Está creada con muchos instrumentos y una voz dulce entona letras ininteligibles como coros de obras musicales antiguas, coros con partitura. Poco a poco se empiezan a apagar las luces y todas las lamparitas y tubos luminosos resplandecen en el circo. La música sigue y, entre orgasmos de percusiones y violines, se escucha una voz con eco que resuena en cada oído del público, una voz potente, grave, una voz que da la bienvenida y anuncia que el espectáculo está comenzando, una voz que no se sabe de dónde viene porque las bocinas están acomodadas en todas partes. Todos los ojos apuntan hacia distintos lados. Un reflector logra concentrar todas las miradas hacia la plataforma principal. Súbitamente se apagan todas las luces, la voz se calla, la música termina y la tensión llega al límite. Repentinamente se escucha la misma voz anunciando el circo, el más maravilloso, electrificante, inimaginable, asombroso, increíble, divertido y mágico circo. Mientras su voz apareció, unas luces moradas brotaron desde el piso, un sujeto está parado en medio de la plataforma perfectamente negra, lleva un traje de gala, con el filo del saco verde, un verde que brilla con esa luz diferente, tiene puesta una máscara blanca inexpresiva y un sombrero de copa, la máscara reluce con un blanco diferente debido a la luz escondida en la parte inferior del escenario, el sombrero de copa tiene, del mismo modo, una cinta verde que brilla con la luz morada como la cinta del traje. En un sólo movimiento se libera del vestuario y sale un humo blanco detrás de este personaje, las luces escondidas se apagan y en su lugar, al borde de la plataforma, se prenden unas pálidas luces que apenas iluminan el lugar donde todos los ojos observan, un reflector con un haz débil apunta hacia la masa de humo, que al disiparse, muestra a una persona con el sombrero en una mano, con un traje de lentejuelas doradas, plateadas, negras y moradas, con un ramo de flores en la otra y con una sonrisa, ya sin máscara, que le ofrece a todos los espectadores. En las pantallas se puede ver el final de lo que ocurrió, se observa perfectamente la cara acercada del sujeto, su sonrisa demuestra el inicio de la magia del circo. El lugar estalla en aplausos.
La música comienza. Ligeros redobles de tambor anuncian la salida de un actor del circo hacia la pista, los tambores se oyen en las tres bocinas del lugar, la calidad de la grabación demuestra que es vieja, a los tambores le siguen unas notas mal ejecutadas en trompeta finalizando con unos platillos que cortan la música, sale detrás de la cortina un sujeto rechoncho, bajito, calvo y con unos bigotes que terminan en punta, lleva un saco negro, unos pantalones del mismo color, rotos de una rodilla y con un parche para simular la abertura, el dobladillo está mal cosido, la camisa blanca tiene manchas de grasa que no pudieron ser removidas cuando se lavó. Lleva un bastón negro, liso y con una empuñadura de metal, el reflector que apuntaba hacia la cortina fue siguiendo sus pasos hasta el centro de la pista, ahí, el hombre se detuvo y, mirando hacia el público, dio la bienvenida al antiguo circo, su voz apenas llegaba hasta las últimas filas, filas ocupadas por nadie. No llevaba micrófono. Alguna persona aplaudió, pero la expresión seria del director apagó las pocas palmadas que un par de manos pudieron crear. El lugar está en silencio.
El individuo es un mago, un mago carismático que, sin dejar de sonreír, repite la presentación del circo, ahora más calmado, con un micrófono apenas visible; su voz, delicada, llega a los tímpanos nerviosos de la gente y, con cálidas palabras, envuelve a todos en el circo diciéndoles que serán parte del show, que el corazón mismo del circo es para todos los que están ahí. Se para al borde de la plataforma con la mirada hacia el reflector, se pone el sombrero y arroja hacia el aire brillos de colores que resplandecen al atravesar el haz de luz que éste provoca, en ese instante, del techo, caen miles de papeles de colores sobre todos los lugares que ocupan las personas. -A continuación- anuncia la voz, -vivirán los movimientos marinos, vivirán emociones y, sobre todo, magia verdadera-. Las luces se apagan y el mago desaparece.
El director del circo espera a que el virtual silencio llegue al lugar, pronuncia unas palabras repitiendo que están en un circo, un circo muy antiguo y que ha dado la vuelta por todo el país, menciona que experimentarán distintas emociones al ver el combate de fieras, risas con los payasos y suspenso con los acróbatas que arriesgarán su vida para regalarles momentos de sana diversión. Anuncia el siguiente acto y desaparece tras la cortina.
Gente cadavérica está en el escenario, el lugar es negro, el piso, las paredes, la cortina, parece que no hay fondo, que existe un vacío inquebrantable.
Todos van vestidos con trajes negros, sólo su cara, sus manos y sus pies están descubiertos, la tela con que se cubren está como adherida a sus cuerpos, cuerpos esbeltos.
Las caras están pintadas de blanco, todos están rapados, hay mujeres y hombres, cada uno tiene los ojos delineados de maneras y colores diferentes y los labios pintados del mismo color que el de las líneas de sus ojos.
La luz pálida sólo da tenues reflejos en el piso y hace que los que están en el escenario se vean ligeramente.
No hay nadie que observe el acto.
Del techo se desprenden telas negras con filo blanco, trapecios, aros, cuerdas.
Cada uno empieza a hacer distintas acrobacias con gestos inescrutables.
Vuelan por los aires, se deslizan por las cuerdas, se enredan en las telas, se balancean en los aros, bailan con movimientos robóticos.
Todos se acomodan en una línea horizontal, hombro con hombro, y el primero voltea la cabeza y besa al de la izquierda, éste recibe el beso y se voltea y le da uno al de su izquierda. Se crea un beso continuo que va desde el primero hasta el último. Se regresa. Se empieza a formar una coreografía donde hay una combinación de besos y de movimientos de cabezas que siguen un cierto orden caótico.
Se separan y empiezan a mover los brazos, se colocan frente a otro y se comunican con estos movimientos.
Caen pelotas del techo y se inician los malabares, malabares solitarios y en conjunto, el espacio sobre sus cabezas pronto se ve repleto de pelotas que van destinadas a alguien más.
Unos comienzan a mover bolas de fuego sujetas a cadenas; otros, palos con las puntas prendidas; otros más, aros prendidos. Las pelotas se estacionan en el suelo.
Todos toman unos monociclos que están en el piso y combinan todas las suertes anteriores, subiendo a telas, balanceándose en los trapecios, malabareando las pelotas, lanzando fuego por la boca, moviendo los brazos en coreografías eléctricas.
Se detienen y se toman de las manos.
Se forma un círculo.
Los de la derecha le quitan la vestimenta a los de la izquierda. Se desnudan.
Las acrobacias nacen de cada uno, sus cuerpos torneados permiten que las hagan con excelente precisión, sus genitales rebotan al hacerlo, se observa la tensión de los músculos en cada acción.
Se detienen.
Gritan.
Se apaga la luz.
Él aplaude, está excitado, los colores de la función, la magia de los actos, la perfección de la coordinación, la música bien elaborada, los payasos impredecibles, las luces deslumbrantes, todo salió perfecto.
Él aplaude, está excitado, los colores de la función, la magia de los actos, la perfección de la coordinación, la música bien elaborada, los payasos impredecibles, las luces deslumbrantes, todo salió perfecto.
Vio un acto bien organizado, la hermosura del trabajo, toda la gente junto a él iba a ver el circo, a ver momentos de distracción en magia moderna, en ensayos constantes. Veían el acto pero nadie quería ser parte del circo.
Vio un acto mal organizado, la hermosura del trabajo, la gente junto a él no iba a ver el circo, fueron a distraerse en un lugar a donde nadie los molestaría, bajo una diversión antigua, con ensayos constantes. Veían el acto pero nadie quería ser parte del circo.
Él sí.
Él sí.


Revolución Fantástica

miércoles, 7 de mayo de 2008

Como si no existiera


Como si no existiera

Mirad las manos ensangrentadas de ese hombre que acaba de matar todo recuerdo, mirad la cara que exhala placer en un gesto demoníaco, mirad cómo el estar consternado erradica la seguridad que creía perenne, mirad cómo el grito le desgarra la garganta y el líquido rojizo y viscoso deambula fatídicamente por el tubo hasta ser expelido por su boca, mirad los ojos con la pupila dilatada, con las venas a punto de reventar, que ven impávidos colores trastornados; mirad la carne arrancada por las uñas nauseabundas, mirad el sutil cambio del personaje mordaz, del personaje virulento, del satírico; mirad como su errabundo caminar llena de asco la habitación, de misterio, de sopor, de ese cambio; mirad como odia, mirad como siente el destruir para concretar, mirad como su mierda consume, en hedores fétidos, la visión de las moscas.
¡Miradle!, mirad cómo eructa, mirad con disgusto cada acción repulsiva que produce su cuerpo, mirad y sabed que él es asqueroso, mirad y escuchad sus gritos demoledores, guturales, cacofónicos, sepulcrales, mirad cómo sus venas se dejan ver en su enmugrecida piel, mirad cómo desea ser lo que no quiere ser, miradle, miradle detenidamente, mirad cómo se retuerce dentro de él, daos cuenta que la proliferación de sus sentimientos lo corroen. Miradle y observad lo humano que hay en él, mirad como no sabe qué hacer, mirad su desesperación, mirad cómo piensa, mirad cómo se destruye, cómo se condiciona para hacer cosas repugnantes y pretende no sentir algo; mirad cómo se autoconsume, mirad como no confía, mirad sus pequeños errores, miradlo y juzgadlo, juzgad sus acciones, juzgad su aspecto, juzgadlo y no tengáis compasión, arremeted contra él; mirad lo que puede ser capaz de hacer, decidle lo que queráis, él no escucha, podéis desahogaros en su persona y lo aguantará todo, no sabemos porque se volvió así. No nos importa. Oímos lo que dice, oímos lo que siente, oímos sus gritos, pero nadie le entiende, comprobadlo vosotros mismos tratad de oídlo y veréis que nada dice, que lo que hace no tiene sentido, vedlo, es como un animalito.
-No quiero que me oigan: quiero que me escuchen; no quiero que me miren: quiero que me observen; no quiero que me juzguen: quiero que me entiendan; no quiero dar asco: quiero que me acepten.
Es verdad: lo hemos oído y dice nada. Es como si no existiera.
-Pero existo.

viernes, 2 de mayo de 2008

Orgía de comida


Orgía de comida

Pliiiin pliin plin, plommmm, sonidos de campanas que anuncian la comida.
Desfile de viandas sabrosas, desfile de carbohidratos, grasas y lípidos. Tun tun, empieza el momento movido, los platillos se molestan; se ven con pasión y, en el centro de la mesa, empiezan una orgía de comida; salen disparadas las ropas de los alimentos: pellejo de pollo rostizado, caldo de frijoles, cáscaras de plátano, salsa de tomate, lluvia de ingredientes, ahhhhh, gritos nutritivos.
Comida, comida y más comida.
Yo como, tú comes, nos(otros) comemos, y tengo hambre.
Cara de indiferencia orgullosa y me cago de la risa.
Tengo que hacer mi antifaz, será un dragón, ya te contaré y te veré.
Mucha tarea, no quiero tener un nombre, por hoy soy un silbido, son los hombres los que ponen nombres.
Nunca pensé decirlo pero me encanta "LA FÍSICA"
Besos a la física bonita, Laurita Lokita.

Letargo Fantástico
Revolución Fantástica
19 de septiembre de 2007

miércoles, 30 de abril de 2008

Llévate tus flores, aún no estoy muerto


Llévate tus flores, aún no estoy muerto

Toma ese ramo de Rosas rosas con las espinas cubiertas de sangre, aún no es la hora de mancharme.
Toma esos Alcatraces blancos que me deslumbran, no quiero ver la fragilidad de sus tallos.
Toma esas Zapatillas de Venus, ¿qué no sabes que esas orquídeas están en peligro de extinción?, no quiero identificarme.
Toma esas Margaritas amarillas que se marchitan si no tienen agua, no quiero preocuparme por eso.
Toma esas Lunarias planas que sólo tienen dos dimensiones, no quiero pensar que alguien las aplastó.
Toma esos Narcisos chromacolor hermosos que me enamoran, no quiero perderme en ellos.
Toma esos Tulipanes de colores vivos, en inglés se les llama "tulips", que no ves que mayo es su último mes, no quiero que por mí dejen de disfrutarlo, que dejen de estar en el cuadro de Monet con ese bello molino de viento al fondo.
Toma ese Nenúfar perfumado de la tinaja, no quiero que los mosquitos vengan pensando que es un estanque.
Toma esas Flores de cuchillo pequeñas, su otro nombre me recuerda que los Hombres gustan de cazar a los Dragones.
Toma ese hermoso Agapanto azul eléctrico, recordar que significa la flor del amor hace que deseé ser uno con ella.
Toma esos Dientes de león llenos de pelusa, imagino que al estornudar destruiré su belleza.
Toma esa Flor de lis roja, signo del honor, de pequeño le tenía miedo a los lirios de la laguna, me asusta, no quiero pensar en los scouts.
Toma esos Girasoles enormes, será triste verlos en la noche todos dormidos y yo no puedo conciliar el sueño, me sentiré solo.
Toma esas Amapolas rojas, me recuerda a mis adicciones, a todo lo que nunca pude controlar.
Toma esas Nebulosas tan delicadas con nombre de algo que te gusta, pensar en Azucenas de mar hace que mi mente sepa que nunca fui a España nisiquiera a Europa.
Toma esos Hibiscos surfers, no quiero pensar que no volveré a bailar contigo, que no romperemos las olas juntos.
Toma esas Violetas por último, el darme cuenta de que eres tú representada en ellas me llena de ánimos y no estoy listo para vivir sin ellas en caso de que se marchiten.
No quiero que se sequen y todo quede ahí como un simple símbolo
No te quiero a ti en flores
Las flores se marchitan
El significado ¡nunca!
Quiero a las flores en ti
No traigas flores
Llévatelas, aún estoy vivo.

Letargo Fantástico
Revolución Fantástica

Mi demonio


Mi demonio
(Belial)

Rostro inescrutable, ¡maldita maldición!
¿Cuánto tiempo se necesita para crecer?
¿Qué es eso de conocerse a sí mismo?
Un dragón no sabe las respuestas.
Drako quiere hablar.

Siempre evito las crisis, prefiero resolverlo antes de que llegue a un punto que me pueda tumbar.
Alguien me dijo que no era bueno eso de madurar, porque lo que continua es podrirse. No lo creo, considero que lo que le sigue a lo maduro, es que se lo coman, esto quiere decir que si no es comido entonces es algo desperdiciado, por lo tanto lo maduro es lo que da energías, lo que sirve, lo que "funciona". Ni lo in-maduro, ni lo pos-maduro sirve.
Entonces entramos a una idea de que nosotros servimos sólo si en lo que somos nos aprovechan.
Pero ¿cómo lograr llegar a este punto?
Construcción personal.
Movilizándonos en nuestro querer ser para encontrar la ruta que vamos a seguir.
Ciertamente esto conlleva a una idea de auto-dirigirnos a un idealismo creado por nosotros mismos.
Para autoabastecernos, el medio ambiente en el que nos movemos es importante, pero no sólo eso, sino la literatura, el arte, la realidad escrita, los diferentes puntos de vista. La historia.
Todo esto nos lleva a pensar en que al tener una forma de ser construida por nosotros se elabora una moralidad en la que nos movemos, dicha moralidad va a ser parte de nuestra lógica de pensamiento, la lógica en la que nos movemos y actuamos.
Aquí hay que poner atención, puesto que la mía tiene que ver con la idea de ser maduro para servir a los demás, la idea de crecer para después proyectarlo sin necesidad de pensar que eso debe de ser la idea que todos adopten.
Mi camino es la Revolución Fantástica, el implementar un pseudónimo que resalte lo que quiero resaltar. Lo que quiero hilvanar, lo que voy a integrar después de una desintegración premeditada.
Al tener una lógica de pensamiento de acuerdo al ser que soy, al yo participante de la acción, y al yo que participó en la acción, como ente que existió y que por lo tanto existe, puedo cerrar los ojos y pisar terreno sinuoso a sabiendas de que a pesar de las cosas terribles que puedan pasar, voy hacia mi objetivo, hacia mi ideal.
La idea de Lois del ser humano adoptada por mí, tiene que ver con el deseo de no lastimar al otro; la idea de Lestat ante el humano es dejarlo libre y ver hasta donde puedo llegar y hacer lo que uno quiere de acuerdo a lo que acepta, dudar y protestar (a pesar de que mi voz la callo yo mismo); la idea de Armand es el verme bajo una moralidad y sólo en esa moverme, esa que puede ser cambiada y a la que mi moralidad se adaptará; la idea de Marius, el ver la hermosura y el respeto a los demás; la idea de Gabrielle, la hermosura de la naturaleza; Pandora, belleza en lo que puedo destruir, el amor ante todo; Maharet, cuidar lo que es mío, para que trascienda.
Interminables conexiones nerviosas que nos llevan a construir y a ser.
Y es que no puedo aceptar las cosas sólo porque me las digan, las necesito pasar por un filtro personal para adaptarlas o comprenderlas.
Si vemos a los demás en su lógica de pensamiento, veremos que lo que hacen va de acuerdo a una moralidad, a una idea de como debieran ser las cosas.
Ver la lógica de pensamiento nos conlleva a poder aceptar y respetar al otro.
Mi bronca es que muchas veces no lo tolero, me quedo en la frase de "comprenderlo todo no quiere decir perdonarlo todo".
Pero la ruta está trazada, la tolerancia la construyo después de la aceptación y el respeto.
Al fin y al cabo, termino siendo como Lestat.
Quiero que me digan lo que soy, lo que ven de mí, porque eso quiero ser, me hace ser tan yo: "Soy un perfecto diablo. Dime lo malo que soy. ¡Me hace sentir tan bueno!" (Lestat a Lois, en "La reina de los condenados", Anne Rice).

Revolución Fantástica